En estas cinco cartas que dirige a sus lectores, Ernesto Sabato ahonda en su análisis de nuestra realidad -empezado con Antes del fin- y aboga por un nuevo humanismo, con «la convicción de que únicamente los valores del espíritu nos pueden salvar de este terremoto que amenaza la condición humana». Los progresos de la ciencia y la técnica han convertido al hombre en un simple engranaje de una máquina de producir y consumir. Esta dramática preocupación por lo económico, la idolatría por la técnica y la explotación del hombre nos han llevado a la masificación, a la globalización, a la clonación, al miedo. Es la crisis de toda una concepción del mundo y de la vida. Pero se vislumbran nuevas esperanzas, otras maneras de mirar el entorno, en el arte, en la resistencia de algunos a la uniformización, en los deseos expresados, que nos hacen tomar conciencia de que se puede resistir al poder de la robotización. Y crear nuevos valores humanos, recuperando los afectos, el gozo, el diálogo, la imaginación, la belleza, la fe en nuestro destino. Como en otras épocas de crisis, salvaremos el abismo e inventaremos un nuevo humanismo.
Han pasado seis meses desde la muerte de mi madre. No he sido capaz de afrontarla hasta que un desconocido, que ha aparecido en mi vida de manera sorprendente, me ha apremiado para que resuelva los asuntos pendientes. He de aceptar una herencia que, aunque resolverá mi vida, me atará definitivamente a la de mi familia. No estoy segura de que perder mi independencia sea lo que quiero. Además, esto no implica simplemente firmar unos papeles en el notario, no. Primero he de instalarme en su casa durante tres meses y seguir las instrucciones que me ha dejado en seis cartas. ¿Por qué tanto misterio? ¿Quién es Paul Dombasle, el hombre que, también fallecido, me ha traído hasta París para hacerme un regalo extremadamente valioso? ¿Y mi madre? ¿Quién era realmente mi madre?
Con estas preguntas, comienza para Miranda Herrera un camino lleno de misterio, descubrimiento, peligro y «días rojos» —esos en los que de repente tenemos miedo y no sabemos por qué—, que la llevará, a través de las extraordinarias vidas de su madre y de su abuela, al amor sin ataduras ni convenciones que tantos se empeñan en negar.
Desde finales del siglo XIX y hasta los años cincuenta del siglo pasado, las jóvenes más humildes de los valles del Pirineo navarro y aragonés cruzaban a pie las montañas para trabajar en las fábricas de alpargatas del lado francés. Como las golondrinas, marchaban en octubre y regresaban en primavera, llenas de ilusión y cargadas de telas y enseres para el ajuar que constituiría su aportación a un futuro matrimonio.
Esperanza Ayerra es biznieta de Esperanza, una golondrina que cruzó los Pirineos en 1913 y a la que la mayor contienda mundial robó su porvenir. Es nieta de Esperanza, conocida como Perla, que no tuvo padre, ni marido, por el cruel destino de una España dividida. Es hija de Espe, una mujer que se tragó sus penas y a la que la historia dejó sin aire. Es el fruto de la frontera entre dos países que se alejan y se acercan cuando sus pobladores se enamoran.
Los personajes que habitan esta novela son lectores o están en camino de serlo.
Lectores como yo, tú, ella, ellos. Como nosotros. Cómplices en la mayor y más grande de todas las aventuras.
Julián ha luchado contra el aburrimiento de todas las maneras posibles. Desde que le diagnosticaron hepatitis, ha recreado en su cabeza conversaciones imaginarias entre ostras que no tienen nada que hacer, ha buscado formas fantasiosas en las manchas de la pared, ha lanzado mocos al aire.
Pero es feliz porque no tiene que ir a la escuela. Y por nada del mundo se acercará a los libros: no leerá, no escribirá reportes, no pensará en la tarea. ¡Por supuesto que no!
Por su parte, Isa no se detendrá hasta encontrar a las heroínas de la literatura que le ayuden a demostrar que para celebrar sus quince años no es necesario que haga dieta y se ponga un vestido que jamás volverá a usar.
Pero en estas páginas también aparecen ágiles espadachines, monjes detectives, replicantes muy humanos y niños perdidos en islas desiertas que saben bien que leer es un modo de resistir.
¿Qué precio hay que pagar para dar una vuelta de timón y decidirse a vivir los propios sueños?
Aunque Pablo Simó quiere construir la torre de sus sueños, se limita a dibujarla: hace veinte años que trabaja en un estudio de arquitectura que no puede o no quiere dejar. Veinte años son también los que lleva casado con Laura, a quien solo lo unen la costumbre y una hija típicamente adolescente.
Cuando una joven llegue inesperadamente al estudio buscando a Nelson Jara, comenzará a revelarse la trama en la que Simó está implicado junto a su jefe y una compañera de trabajo. La aparición de la muchacha y las derivaciones de ese hecho del pasado abrirán una grieta en la precaria estabilidad del arquitecto, que verá derrumbarse una a una las certezas que lo sostenían.
Durante la noche del 24 al 25 de julio de 1938, la XI Brigada Mixta del ejército de la República cruza el río para establecer una cabeza de puente en Castellets del Segre. En las inmediaciones del pueblo, medio batallón de infantería, un tabor marroquí y una compañía de la Legión defienden la zona. Está a punto de comenzar la batalla del Ebro, la más cruda y sangrienta que se libró nunca en suelo español.
Combinando de forma magistral la ficción con datos históricos y testimonios personales, Arturo Pérez-Reverte sitúa al lector, con sobrecogedor realismo, entre quienes, voluntarios o a la fuerza, lucharon en los frentes de batalla de la Guerra Civil. Sus nombres no son los que recuerda la Historia, pero cuanto les sucedió resuena en estas páginas con el dramatismo de una memoria que nos pertenece a todos.