Unas cuantas calles casi en ruinas, asediadas por los escombros y los delincuentes, es lo que queda del viejo Barrio Chino de La Habana. Cuando se adentra en él un Conde ya ex policía, dedicado ahora a la compraventa de libros de segunda mano, no puede evitar recordar que estuvo en ese rincón exótico y agreste de la ciudad muchos años antes, en 1989. Todo surgió de la petición de la teniente Patricia Chion, mujer irresistible, para que le ayudara en un extraño caso: el asesinato de Pedro Cuang, un anciano solitario que apareció ahorcado y al que le habían amputado un dedo y grabado con una navaja en el pecho un círculo y dos flechas. Eran rituales de santería que obligaron a hacer pesquisas por otros ámbitos de la ciudad. Pero el Conde descubrió hilos inesperados, negocios secretos y una historia de abnegación y desgracias que le devolvió la realidad oculta de muchas familias emigrantes asiáticas. Como dice una expresión china, tuvo que encontrar la cola de la serpiente para llegar a la cabeza.
Terapia shakeperiana para el mal de amores. De entre todos los grandes autores de la literatura universal, ninguno profundizó en los misterios del amor y ha tratado el asunto del corazón desde una perspectiva tan lúcida como William Shakespeare. Todavía hoy sus obras y poemas son una poderosa herramienta para comprender los insondables secretos de nuestro corazón. Del flechazo al desengaño, del primer beso al amor imposible, del compromiso a los celos, Shakespeare para enamorados saca de los escenarios y de las antologías poéticas la ciencia shakespeariana del amor para iluminar nuestra vida cotidiana y por fin dar respuesta a preguntas como: ¿Por qué hay personas que tienen mala suerte en en los asuntos del corazón? ¿Cómo se cura el mal de amores? ¿Se puede vivir un romance toda la vida? ¿Cuál es el secreto de la seducción? ¿Cómo luchar contra los celos? En definitiva, Shakespeare para enamorados es un libro fresco y increiblemente inspirador para los que se toman el amor muy en serio.
En el año 1984 Londres es una ciudad lúgubre en la que la Policía del Pensamiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso, su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el Partido considera la versión oficial de los hechos... hasta que decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.