Portnoy, mal de [llamado así por Alexander Portnoy (1933- )]: trastorno en el que los impulsos altruistas y morales se experimentan con mucha intensidad, pero se hallan en perpetua guerra con el deseo sexual más extremado y, en ocasiones, perverso.
Al respecto dice Spielvogel: «Abundan los actos de exhibicionismo, voyeurismo, fetichismo y autoerotismo, así como el coito oral; no obstante, y como consecuencia de la "moral" del paciente, ni la fantasía ni el acto resultan en una auténtica gratificación sexual, sino en otro tipo de sentimientos, que se imponen a todos los demás: la vergüenza y el temor al castigo,sobre todo en forma de castración» (Spielvogel, O., «El pene confuso», Internationale Zeitschrift für Psychoanalyse, vol. XXIV, p. 909). Spielvogel considera que estos síntomas pueden remontarse a los vínculos que hayan prevalecido en la relación madre-hijo.
El autor de La conjura contra América desvía ahora su atención hacia la lucha crónica de un hombre contra la mortalidad. El destino del protagonista de la novela comienza con la primera y abrumadora confrontación con la muerte en las idílicas playas de sus veranos infantiles, pasando por los problemas familiares y los logros profesionales en su edad adulta, hasta llegar a su vejez, momento en el que se siente desgarrado al comprobar el deterioro de sus contemporáneos y el suyo propio. Creativo publicitario de éxito con una agencia de publicidad en Nueva York, el protagonista es padre de dos hijos de un primer matrimonio, que lo desprecian, y de una hija de un segundo matrimonio, que lo adora, además del amado hermano de un buen hombre cuyo bienestar físico despierta en él una amarga envidia y el solitario ex marido de tres mujeres con quien ha mantenido matrimonios desastrosos. Es, por fin, alguien que acaba siendo aquello que no quería llegar a ser.
Elegía hace referencia a una obra de teatro alegórica y anónima del siglo XV, un clásico del antiguo drama inglés, cuyo tema es la evocación de la vida en la muerte.
Samuel mantiene desde hace ocho años una relación con Gabriela, pero sigue viviendo solo en su piso de soltero, ocupado con sus clases de alemán y ayudando ocasionalmente a Titus, su vecino redactor de manuales de autoayuda.
La primera mañana de junio recibe una postal sellada en Japón que muestra un gato conla pata levantada y una enigmática nota: «WABI-SABI.» Días más tarde le llega una segunda postal con la fotografía de un templo.
Un evento inesperado le impulsará a viajar al país asiático, donde aprenderá la belleza de las cosas imperfectas y se abrirá una inesperada ventana al amor.