Amaia dio un paso adelante para ver el cuadro. Jasón Medina aparecía sentado en el retrete con la cabeza echada hacia atrás. Un corte oscuro y profundo surcaba su cuello. La sangre había empapado la pechera de la camisa como un babero rojo que hubiera resbalado entre sus piernas, tiñendo todo a su paso. El cuerpo aún emanaba calor, y el olor de la muerte reciente viciaba el aire.»
El juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de la Policía Foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado basajaun, que sembraron de terror el valle de Baztán. Amaia también había reunido las pruebas inculpatorias contra Jasón Medina, que imitando el modus operandi del basajaun había asesinado, violado y mutilado a Johana, la adolescente hija de su mujer.
Cuando Amaia Salazar tenía doce años estuvo perdida en el bosque durante dieciséis horas. Era de madrugada cuando la encontraron a treinta kilómetros al norte del lugar donde se había despistado de la senda. Desvanecida bajo la intensa lluvia, la ropa ennegrecida y chamuscada como la de una bruja medieval rescatada de una hoguera y, en contraste, la piel blanca, limpia y helada como si acabase de surgir del hielo.»
En agosto de 2005, mucho antes de los crímenes que conmocionaron el valle del Baztán, una joven Amaia Salazar de veinticinco años, subinspectora de la Policía Foral, participa en un curso de intercambio para policías de la Europol en la Academia del FBI, en Estados Unidos, que imparte Aloisius Dupree, el jefe de la unidad de investigación.
En una sociedad en la que se ha ido abandonando poco a poco la educación sentimental para convertir en auténticos valores el dinero, la competitividad, la vida acelerada y el bombardeo de las redes sociales y la pantalla, el doctor Enrique Rojas pone el foco de atención en uno de los principales problemas: cómo lograr el equilibrio emocional.
La contravida habla de las personas que para hacer reales sus sueños de renovación y huida, concentran sus vidas, e incluso las arriesgan, en cambiar un destino que parece irreversible.
Donde quiera que se encuentren, los personajes de esta novela están permanentemente tentados por la posibilidad de una existencia alternativa que podría dar un giro a su futuro. Iluminando estas vidas en transición y guiándolas a través de paisajes familiares o ajenos está la mente del novelista Nathan Zuckerman, escéptica y envolvente. Ella calcula cuál es el precio que hay que pagar por querer moldear la historia, tanto en la consulta de un dentista de New Jersey como en un pueblo de Gloucestershire, en una iglesia del West End londinense o en un asentamiento judío de Cisjordania.
Tierra de los hombres, publicado en 1939, se compone de ensayos y relatos autobiográficos sobre la participación de Antoine de Saint-Exupéry en la aviación comercial de los años treinta, cuando el emprendimiento se unía a la aventura y el saber práctico a la reflexión filosófica. Destacan los relatos del accidente de su amigo Henri Guillaumet, que logró salir con vida tras estrellarse su avión en la cordillera argentina, y el siniestro del propio autor en 1935 en el desierto del Sahara, donde quedó varado durante casi tres días sin agua ni comida. El conjunto e sun libro de aventuras escrito con un lirismo que celebra la vida.
Cuando las mujeres que corren con los lobos alcanzan la madurez, empieza el baile de las mujeres sabias. Como si se tratara de una de esas historias contadas por las madres a sus hijas, Clarissa Pinkola Estés nos invita a reflexionar sobre los encantos del arquetipo misterioso e irresistible de la mujer sabia, representada simbólicamente por la figura de la abuela. Desde las matriarcas de los cuentos de hadas, pasando por las mujeres anónimas que la autora ha conocido durante su brillante trayectoria como psicoanalista, Pinkola Estés retrata magistralmente a esas almas maduras tan comunes en todas las tradiciones familiares, ofreciendo unas páginas llenas de luz, melodía y encanto .