La Italia del siglo XV es una tierra desgarrada por guerras, intrigas y traiciones, gobernada por señores a veces cautos, pero a la vez sedientos de poder y, en ocasiones, sanguinarios. Esta es la historia de la Italia del Renacimiento, una historia que marcará el futuro de Europa.
En Milán, Filippo Maria, el último Visconti, ante la ausencia de hijos varones, intenta garantizar su legado casando a su pequeña hija con Francesco Sforza, un prometedor hombre de armas. Mientras tanto, trata de sobornar al conde de Carmagnola para atacar a los Condulmer, los patricios de Venecia. Estos, repelen el ataque y logran el ansiado trono de Roma a través del papa Eugenio IV, a pesar de la oposición frontal de la familia Colonna. El apoyo de los Mecici, el doble juego de los Saboya, el enfrentamiento entre angevinos y aragoneses en el sur en una guerra cada día más descarnada y el avance de España y Francia en el tablero de tratados y alianzas del continente, marcan a siete dinastías dispuestas a todo por perpetuar a los suyos en el poder.
Eran perfectos el uno para el otro hasta que se conocieron.
MISHA
Mi profesora creyó que Ryen era un chico; la suya que yo, Misha, era una chica y las dos, completamente equivocadas, nos juntaron para ser amigos por correspondencia. No nos costó mucho darnos cuenta del error, pero ya habíamos hablado de todo: ¿la mejor pizza de la ciudad? ¿iPhone o Android? ¿Es Eminem el mejor rapero de todos los tiempos? Y ese fue nuestro principio.
No me escribía con regularidad: a veces me llegaba una carta a la semana. Otras, tres en un día. Daba igual. Las necesitaba. Solo teníamos tres reglas. Sin redes sociales, sin teléfono, sin fotos. Teníamos algo bueno. ¿Por qué arruinarlo?
Hasta que un día, encuentro la foto de una chica llamada Ryen, que ama la pizza de Gallo’s y adora su iPhone. ¿Demasiada casualidad? Joder. Necesito conocerla. Solo espero no odiarla.
RYEN
Misha no me ha escrito en tres meses. Algo pasa. ¿Habrá muerto? ¿Estará en la cárcel? Conociéndolo, cualquier cosa es posible. Sin él, me estoy volviendo loca. Y es mi culpa, debí pedirle su número de teléfono, o una foto. Algo. Puede que se haya ido para siempre. O puede que esté delante de mis narices y yo ni siquiera lo sepa.
Si alguien le pidiera a Jasmine Santos que describiera la última época de su vida con una sola palabra, seguramente utilizaría una que habría que censurar.
Después de años de dedicación e incontables huesos y compromisos rotos, sabe que su oportunidad para dedicarse profesionalmente al patinaje artístico está esfumándose. Sin embargo, cuando la oferta que tanto estaba esperando por fin llega, lo hace de la mano de un idiota arrogante que es, además, su némesis.
Pero tal vez haya llegado el momento de que Jasmine reconsidere muchas cosas...
Entre ellas, a Ivan Lukov.