Viena, 1894. En un sarcófago del Museo de Historia del Arte de la ciudad aparece, momificado, el cuerpo del profesor Alfons Strössner, uno de los mayores egiptólogos del mundo. El inspector Leopold von Herzfeldt será el encargado de un caso sobre el que parece cernirse una terrible maldición: de los cuatro miembros de la última expedición a la Tierra Negra, tres han fallecido en extrañas circunstancias.
Leo llevará al límite los novedosos métodos de investigación del momento para dar con el culpable; sin embargo, cuando las pistas se agoten recurrirá, una vez más, a Augustin Rothmayer, el sepulturero del Cementerio Central de Viena, y junto con Julia Wolf, ahora fotógrafa forense de la policía, se verán envueltos en un fascinante misterio en el que todos los indicios conducen a Egipto.
Lo siento bajo la piel... Después de Katmere, no debería sorprenderme nada. Pero aquí estoy, atrapada con el peor de los seres sobrenaturales: Hudson Vega. Puede que sea el hermano de Jaxon y puede que sea increíblemente atractivo, pero es una auténtica pesadilla.
Me está robando el corazón... Es una verdad universalmente conocida, al menos según Grace, que todo es culpa mía. Pero sospecho que no es tan humana como cree y que es ella la que nos ha encerrado aquí. Ahora tenemos que trabajar juntos, no solo para sobrevivir, sino también para salvar a todos aquellos a los que consideramos nuestra familia. Porque hay algo que nos conecta, algo más fuerte que el miedo... y mucho más peligroso.
Un recorrido por los episodios de corrupción más bochornosos de nuestro país de la mano del maestro de la divulgación histórica.
En La avaricia en la historia de España, Juan Eslava Galán repasa los episodios de codicia más bochornosos de nuestra historia, empezando por una estafa piramidal que se remonta al siglo XIX, la de la prestamista Baldomera Larra, y acabando con las caras más avaras (o presuntamente avaras) de la historia reciente de nuestro país.
Con la ironía, el humor y la sinceridad que lo caracterizan, Juan Eslava Galán relata anécdotas y datos curiosos alrededor del pecado de la avaricia como el rédito económico que se sacó de los esclavos africanos fletados a Cuba cual mercancías, el surgimiento de la palabra «enchufismo» durante la Segunda República, el precio que costaron las decisiones políticas del Generalísimo y los sucesos de una gran variedad de nombres que han llenado portadas de periódicos, como el Dioni, Mario Conde, Luis Bárcenas, Roldán, Millet o Pujol. Porque si algo tienen en común todos ellos es que han conseguido hacerse suyo el refrán que se repite a lo largo del libro: «A mí que me pongan donde haya».
Kate siempre ha estado enamorada de Ethan, pero nunca ha tenido el valor de confesarle su amor; al menos no directamente, porque las canciones y poemas que escribe gritan: «Amo a Ethan West», se miren por donde se miren.
A pesar de que ella se había jurado mantener sus sentimientos ocultos, durante la fiesta de cumpleaños de su hermano algo le hace darse cuenta de que no puede obviar lo que siente y que necesita que él lo sepa.
Kate deberá escoger entre superar su enamoramiento y continuar como amigos, o arriesgarlo todo y confesarle su amor.
Elmer y Rose han creado una familia perfecta entre los enormes cactus de un remoto paisaje desértico, un hogar lleno de amor para sus cinco hijas, todas con nombres de flor: Edelweiss, Iris, Melissa, Dahlia y Daisy.
Pero la inesperada llegada de Rick, un excursionista en busca de refugio, revoluciona a las hermanas. Y cuando Elmer y Rose descubren que el muchacho no es quien dice ser, el enfrentamiento que librarán -una lucha entre la verdad y la mentira, la justicia y el crimen- destapará terribles secretos que cambiarán para siempre la vida de todos ellos.
Afganistán, 2004. La doctora Edith Lombard, de Médicos Sin Fronteras, hace guardia en un hospital de Kabul. Al atender a una joven en quirófano advierte en su cuello algo que atrae su atención: un collar del que cuelga una perla de ámbar. Una perla que Edith reconoce enseguida, pues fue robada en su casa de Quebec dieciocho años antes, en un atraco en el que su madre falleció de un disparo. Unaperla de la que su padre, Édouard Lombard, había contado que perteneció a la famosa Cámara de Ámbar de San Petersburgo, desparecida durante la II Guerra Mundial.
Bilbao, 1937. Del puerto de Santurce está a punto de zarpar el Habana, que llevará a más de cuatro mil niños hasta la Unión Soviética, huyendo de la guerra civil que ahogaba el país. Allí, su historia, la historia de unos exiliados utilizados como marionetaspor el gobierno de Stalin, se hilvanará con la de la perla de ámbar en un viaje de setenta años que desempolvará recuerdos que nadie quería que viesen la luz.