Wiesbaden, 1951. Al Café del Ángel le ha salido competencia. Junto al tradicional establecimiento de la familia Koch ha abierto otro más moderno: el Café del Rey. Mientras Hilde Koch intenta en vano convencer a sus padres para que modernicen el local, su gran amor, por el que tanto ha luchado, parece a punto de resquebrajarse.
A su hermano August tampoco le van mejor las cosas. Cuando regresa a Alemania, tras haber sido prisionero de guerra de los rusos, comienza a sentirse atraído precisamente por una misteriosa joven rusa, cuya llegada amenaza con dividir a la familia...
Tras haber desenmascarado al asesino de la quiche letal, la fortuna parece sonreír a Agatha Raisin. Aceptada por la pintoresca comunidad de Carsely, y felizmente acompañada de sus dos gatos, su vida transcurre sin otro objetivo que doblegar la indiferencia de James Lacey, militar jubilado por el que Agatha siente verdadera devoción.
Un interés que parece evaporarse cuando aparece en escena Paul Bladen, el nuevo veterinario del pueblo, que no se muestra ajeno a sus encantos. Sin embargo, el hombre sucumbe a una inyección destinada a un caballo de carreras, y aunque todo apunta a un accidente, Agatha cree que se trata de un crimen. Ante la sorpresa de los lugareños, el coronel Lacey comparte, por una vez, la hipótesis de su tenaz vecina, hasta el punto de embarcarse con ella en una investigación mucho más peligrosa de lo que ambos habrían podido imaginar.
Las guerreras Maxwell 7
Carolina Campbell es la pequeña de la familia. A diferencia de sus hermanas y hermanos, que cumplen la voluntad de sus padres, ella es más inquieta. Su carácter independiente y retador espanta a todos los hombres que se le acercan. Peter McGregor, un guapo y joven highlander con un excelente sentido del humor, se dedica a la cría de caballos junto con sus amigos Aidan y Harald. Los Campbell y los McGregor se odian desde hace años por algo que ocurrió entre sus antepasados y que llevó a los McGregor a entregarles unas tierras que Peter está dispuesto a recuperar a toda costa. Y la oportunidad le llega de sopetón cuando Carolina, intentando salir airosa de un problema y sin apenas conocer a Peter, le ofrece las tierras que desea a cambio de que se case con ella. En un principio Peter se niega. ¿Acaso aquella Campbell se ha vuelto loca? Al final, viendo que de este modo recuperará las propiedades que su padre tanto ansía, termina aceptando el enlace para un año y un día con Carolina. Pasado ese tiempo no renovará los votos matrimoniales: volverá a ser un hombre libre y con las tierras en su poder. Pero ¿qué pasará si durante ese año se enamoran?