La historiadora y escritora Patricia Cerda debuta en la novela con un texto que no es solo un viaje al pasado de una mujer con agallas, sino tambien un viaje al pasado de un país contradictorio, trágico y bello al que llamaron Chile.
"He aquí las confesiones de una cautiva del reino de Chile. Cautiva como lo fue mi madre, como lo fue tambien mi hermano menor, como lo fueron muchos españoles entre los míos y muchos de los míos a este lado del mundo. Los cautivos, sus hijos y sus nietos están por todas partes en el reino de Chile. Son, somos el lado oscuro de la vida cotidiana. La vida es un viaje entre la nada y la nada. Yo nunca olvide mi viaje en ese equipaje. Desde que me tomaron en Lanalhue encarne dos mundos y este es mi testimonio. Fui cautiva, panadera, encomendera, monja, cantora y últimamente samaritana y cronista de mi propia vida. Todos estos roles me cayeron del cielo. No fui yo quien los eligió."
Año 2033. Tras una guerra nuclear devastadora, amplias zonas del mundo han quedado sepultadas bajo escombros y cenizas debido a la radiación. También Moscú se ha transformado en una ciudad fantasma. Los supervivientes se han refugiado bajo tierra, en la red del metro. En cada una de las estaciones, convertidas en pequeñas ciudades Estado, sus habitantes se agrupan en torno a las más diversas ideologías, religiones o movidos por un único objetivo: impedir una invasión de las criaturas mutantes del exterior.
Artyom, un joven soldado, será elegido para penetrar en el corazón del Metro hasta la legendaria Polis y alertar a todos del peligro que acecha a la estación de la que procede, la VDNKh, y a toda la red metropolitana. De él dependerá el futuro de su hogar, del Metro y puede que de toda la humanidad.
Un thriller salvaje sobre una pareja cuyo matrimonio de quince años por fin se ha puesto interesante...
Nuestra historia de amor es sencilla. Conocí a una mujer extraordinaria. Nos enamoramos. Tuvimos niños. Nos mudamos a las afueras. Nos contamos nuestros grandes sueños y nuestros secretos más oscuros. Y después comenzamos a aburrirnos.
En apariencia somos una pareja normal. Como tus vecinos, los padres del mejor amigo de tu hijo, los conocidos con los que cenas de vez en cuando.
Todos tenemos nuestros pequeños secretos para mantener vivo un matrimonio.
Solo que el nuestro incluye el asesinato.