¿Con quién te gustaría estar si supieras que mañana se acaba el mundo?
Violet y Levi se conocen desde niños.
Él sueña con crear un hogar.
Ella, con escapar del suyo.
Son mejores amigos, siempre están el uno para el otro y, cuando empiezan a crecer, se dan cuenta de que sus sentimientos también lo hacen.
Intensos. Imparables. Únicos.
Pero Levi desea echar raíces entre montañas mientras que Violet quiere volar muy alto y comerse el mundo.
Es posible que no existan dos personas más incompatibles que encajen mejor.
Una cabaña abandonada, una colección de figuras de madera y un amor de los que marcan toda una vida.
El de Levi, el chico que hacía muchas preguntas, y el de Vi, la chica que tenía todas las respuestas.
Obstinada, rebelde, irreverente, incontrolable. Esos eran algunos de los adjetivos con los que, Andrew Greenwood, el estricto y comedido conde de Hardwick definía a Marian Miller, o «Demonio Miller», como solían llamarla.
Andrew había tenido que asumir la responsabilidad de su título y su familia demasiado pronto y no permitiría que nada ni nadie se interpusiera en su camino hacia la rectitud. Ni siquiera los sentimientos irrefrenables que esa muchacha indisciplinada le provocaba.
Marian sabía lo que significaba perder todo lo que amaba siendo una niña y lo único que ansiaba era librarse del yugo de su avaricioso tutor, asumiendo que valerse por sí misma era la única manera de estar a salvo del dolor que provocaba la pérdida.
Pero todo se complica cuando Andrew y Marian descubren que el amor y la atracción que los une son casi tan potentes como la animadversión que los separa.
Esta novela, farsa negra o tragedia rosa, proyecta la condición humana, vulnerada e inerme, sobre un degradado local nocturno madrileño donde desfilan cupletistas venidas a menos, policías, tipos grises e incluso algunas almas cándidas como la solterona Antonia y su hermano.