Elisabeth Kübler-Ross supo desde muy joven que su misión era aliviar el sufrimiento humano. Y ese compromiso la llevó al cuidado de enfermos terminales. Mucho fue lo que aprendió de esta experiencia: vio que los niños dejaban este mundo confiados y serenos; observó que algunos adultos partían, después de superar la negación y el miedo, sintiéndose liberados, mientras que otros se aferraban a la vida sólo porque todavía les quedaba una tarea por concluir, pero todos hallaban consuelo en la expresión de sus sentimientos y en el amor incondicional de quien les prestaba oído. LA RUEDA DE LA VIDA es un libro tan singular como su misma autora, una mujer que creía en el poder de un amor incondicional capaz de guiarnos cuando abandonemos la tierra en busca del hogar definitivo: un remanso de paz y de amor.
Visegrado, Bosnia. Cuando Zehera cumple 18 años, su vida se convierte en una pesadilla al desatarse la guerra en su país. Pero, cuando cree que todo está perdido, la joven consigue abandonar su tierra y llegar hasta España, dejando atrás un estremecedor episodio de violencia, la pérdida de los suyos y un duro desengaño.
Sin embargo, el haber huido de Bosnia no es suficiente, ya que mientras trata de reconstruir su vida, lejos de la violencia de la guerra, encontrará que el odio racial y los prejuicios no son tan fáciles de dejar atrás. Lo único que logrará hacerla seguir adelante será una amistad incondicional y la posibilidad de un nuevo amor.
Un texto auténtico, emocionante y cómplice sobre la vida y sobre el duelo que te atrapará desde sus primeras páginas. Sentirás que ha sido escrito sólo para ti, como siempre sucede con la buena literatura.
Cuando Rosa Montero leyó el maravilloso diario que Marie Curie comenzó tras la muerte de su esposo, incluido al final de este libro, sintió que la historia de esa mujer fascinante le llenaba la cabeza de ideas y emociones. La ridícula idea de no volver a verte nació de ese incendio de palabras, de ese vertiginoso torbellino: «Éste es un libro sobre la vida… apasionado y alegre, sentimental y burlón.»
Al hilo de la extraordinaria trayectoria de Curie, reflejada aquí en sus aspectos más desconocidos, Rosa Montero construye una narración a medio camino entre el recuerdo personal y la memoria de todos, el análisis de nuestra época y la evocación íntima; habla de la superación del dolor, de las relaciones entre hombres y mujeres, del esplendor del sexo, de la ciencia y de la ignorancia, de la fuerza salvadora de la literatura y de la sabiduría de quienes aprenden a vivir con plenitud y ligereza.