En una plaza pública de Arabia Saudí, un hombre es ajusticiado bajo un sol abrasador y un chico de catorce años observa impotente entre la muchedumbre: es su hijo.
En un lúgubre hotel de Manhattan, aparece el cuerpo sin vida de una mujer joven y todos los indicios para identificarla han sido eliminados minuciosamente.
En un vertedero de Damasco, un destacado experto sirio en biotecnología es encontrado con evidentes signos de tortura.
En una remota región de Afganistán, el hallazgo de una sustancia bacteriológica letal en los restos de unos cooperantes internacionales desata la alarma.
Una línea invisible conecta todos estos hechos, dibujando un plan perfecto para cometer un monstruoso crimen contra la humanidad, y la única persona capaz de impedirlo es un ex agente que huye de su pasado y ha borrado su identidad: ahora sólo responde al nombre de Pilgrim, el peregrino.
En Sostener el cielo, Cixin Liu nos lleva a través del tiempo y del espacio. De una comunidad rural en las montañas, donde unos estudiantes tienen que recurrir a la física para prevenir una invasión alienígena, a las minas de carbón de la región septentrional de China, en las que una nueva tecnología podría llegar a salvar vidas o a desatar un incendio que arderá durante siglos. De una época muy parecida a la nuestra, en la que ordenadores de supercuerdas predicen todos nuestros movimientos, a dentro de diez mil años, cuando la humanidad al fin haya conseguido empezar de cero. Y también hasta el mismísimo final del universo.
En este volumen Elizabeth Barret Browning recogió una serie de sonetos dedicados al noviazgo que mantuvo con el señor Browning. La poeta consagró sus versos al amor y nos ofreció unas palabras cuya autenticidad aun resuena en el lector contemporáneo. Este poemario es una de las cotas más altas de la poesía inglesa moderna y condensa las contradicciones que desbordaron a la autora tras el impacto amoroso. En palabras de Carlos Pujol, «La belleza de sus versos habla por sí misma, transmite una verdad que está por encima del tiempo y que nos llega como un escalofrío inquietante en el que nos reconocemos tal como somos».