Quentin Coldwater es un chico brillante pero desdichado que vive obsesionado con las novelas de fantasía que leyó en su infancia y que transcurrían en un país mágico llamado Fillory. Cuál no será su sorpresa cuando inesperadamente es admitido en una muy secreta y exclusiva universidad de magia en Nueva York, donde recibirá una rigurosa educación sobre los arcanos de la moderna hechicería y descubrirá la amistad, el amor, el sexo, la bebida y el aburrimiento. Porque a pesar de los increíbles descubrimientos que ha hecho a lo largo de estos años de universidad, siente que le falta algo.
La magia no ha conseguido que Quentin encuentre la felicidad y las aventuras con que había soñado. Pero tras graduarse, él y sus amigos harán un descubrimiento asombroso.
Stephen King convierte un clásico cuento de hadas en una obra maestra del género de terror.
Los ojos del dragón es un apasionante relato de aventuras, con héroes, dragones, príncipes, hechiceros...
El joven príncipe Peter, hijo del difunto rey, da la talla de monarca y espera heredar el reino. Pero el mago de la corte dispone que sea ungido el Príncipe Thomas, un muchacho al que manipula de acuerdo con sus siniestros propósitos. Sin embargo, Thomas posee un secreto que nadie ha sido capaz de adivinar.
En la Extremadura profunda de los años sesenta, la humilde familia de Paco, el Bajo, sirve en un cortijo sometida a un régimen de explotación casi feudal que parece haberse detenido en el tiempo pero sobre el que soplan ya, tímidamente, algunos aires nuevos. Es época de caza y Paco se ha tronzado el peroné. Las presiones del señorito Iván para que lo acompañe en las batidas a pesar de su estado sirven para retratar la crueldad, los abusos y la ceguera moral de una clase instalada en unos privilegios ancestrales que considera inalienables y que los protagonistas soportan con una dignidad ejemplar.