Un vecino llama a la policía para advertir de que hay un joven sentado junto a la piscina de la víctima, que está llena de muñecas flotantes. El joven, Hugo, drogadicto, resulta ser el único hijo de Marianne, el gran amor de Servaz y a la que este no ve desde hace más de veinte años. Hugo parece el único sospechoso del terrible crimen pero una vez que Servaz se pone a investigar, descubre algo mucho peor: Julian Hirtmann, el perverso asesino en serie de Bajo el hielo, podría estar detrás del crimen.
Año del Señor de 1580. Sevilla vive su momento de máximo esplendor como capital del comercio entre el Nuevo y el Viejo Mundo.La Flota de Indias de Su Majestad está a punto de zarpar cuando la piel arrancada del rostro de una mujer y su cabellera pelirroja aparecen ajustadas como un disfraz macabro al mascarón de proa de la Soberbia, el buque de guerra que abre el convoy. Próxima al barrio portuario del Arenal, en una zona cercada por altos muros, se encuentra La Babilonia, el prostíbulo más cotizado de la Mancebía y donde ejerce Damiana. A pocos metros de allí está el convento de las carmelitas descalzas, donde vive en clausura sor Catalina. Ambas fueron amigas en la infancia y se verán unidas de nuevo a fin de averiguar quién cometió tan brutal asesinato y por qué. Para hacerlo pondrán en peligro sus propias vidas, pero también el secreto mejor guardado de la Corona.
Esta es la historia de un asesinato. O quizá esto no sea del todo cierto. En el fondo, es sobre todo una historia de amor. Lana Farrar es una antigua estrella de cine, un icono de la moda admirado durante años. Desde que su marido falleció, vive reclusa en su mansión de Londres. Cada año invita a sus amigos más íntimos a escapar del clima inglés y pasar la Pascua en su idílica isla griega privada, un pequeño islote de lujo azotado por un poderoso viento que los lugareños llaman «la furia».
Cuando la furia deja al grupo atrapado en la isla sin poder salir, las viejas amistades acaban sacando a flote el odio, la envidia y el deseo de venganza reprimidos durante años. Y, de repente, alguien desaparece. Así se inicia un juego de encerronas y trampas, una batalla de ingenio llena de giros y sorpresas que desemboca en un final inolvidable donde resuenan los ecos del temible The Grove, el célebre hospital psiquiátrico de La paciente silenciosa.
Año 2003. Una espesa bruma cubre el valle gallego, donde aún resuena el eco de los sangrientos crímenes cometidos por Romasanta, el primer asesino en serie de nuestra historia. Han pasado casi dos siglos, pero su nombre sigue vivo, convertido en una leyenda que continúa aterrorizando a todos los niños del lugar. A todos, menos al pequeño Manel.
Veinte años después, cuando aparece un hombre asesinado salvajemente a dentelladas, el inspector Mateo Romano ni siquiera sospecha que ese solo es el primero de una atroz sucesión de crímenes. La investigación lo conducirá hasta las entrañas de ese valle, en el que todavía se habla de la bestia que habita en las profundidades del bosque. ¿Puede una vieja leyenda contener la clave para detener al asesino?
A Morgan y su hija de dieciséis años, Clara, nada les gustaría más que no parecerse. Morgan está decidida a evitar que su hija cometa los mismos errores que ella, pues al quedarse embarazada y casarse demasiado joven, tuvo que dejar en el aire sus propios sueños. Con personalidades muy distintas les resulta cada vez más difícil coexistir. La única persona que puede traer paz al hogar es Chris, marido, padre y el ancla de la familia. Pero esa paz se rompe cuando se ve envuelto en un trágico y extraño accidente con desgarradoras consecuencias para ellas.Mientras lucha por reconstruir todo lo que se derrumbó, Morgan encuentra consuelo en la última persona que esperaba y Clara se vuelve hacia el único chico que le han prohibido ver. Con cada nuevo secreto y malentendido madre e hija se separan cada vez más, así que lo último que imaginan es que para volver a enamorarse se necesitan la una a la otra.
Imagina: eres un tiburón de las finanzas estilo lobo de Wall Street, perteneces a una buena familia y siempre lo has tenido todo; por no hablar de que no hay chica que se te resista. Y cuando estás a punto de rozar la cumbre del éxito con las yemas de los dedos, lo pierdes todo... por tu culpa. Tu única salida es volver a empezar y ahí estás, con tu traje esnob, en un polígono industrial en tu primer día como ceniciento. Pero, tranquilo, Alejo, que este no es el cuento de siempre, ¿o tal vez sí?