Conviértete en un maestro de la seducción con Sex crack, la obra de un auténtico profesional del ligue.
Su autor, Mario Luna, conocido como el científico de la seducción, ha sido pionero en nuestro país en decodificar sexualmente a la mujer y en ganarse la vida enseñando a todo tipo de hombres a convertirse en seductores irresistibles. Desde hace años publica libros, ofrece demostraciones, imparte talleres, seminarios y clases prácticas a todo aquel deseoso de aumentar su éxito con las chicas.
Dado que el material que estás a punto de leer condensa lo mejor de su conocimiento, te advertimos que resulta altamente efectivo. En consecuencia, el contenido de este libro queda claramente desaconsejado a todo aquel que no esté dispuesto a afrontar las graves consecuencias de convertirse en un imán para las mujeres.
Este no es un libro sobre lo que hay que hacer o lo que no hay que hacer en una relación de pareja. No habla de modelos ideales. Habla de relaciones diversas, con sus propias pautas y estilos de navegación. Pero también de aquellas cuestiones que habitualmente hacen que las cosas funcionen o se estropeen en una pareja, y de los ingredientes que facilitan o difi cultan construir una buena relación y mantenerla. Además, da pistas para que cada uno encuentre su propia fórmula, su modelo y su manera de vivir en pareja.
Joan Garriga, psicólogo gestaltista y especialista en constelaciones familiares, experto terapeuta que ha visto pasar por su consulta a muchas parejas, deja claro que en las relaciones no hay buenos ni malos, culpables o inocentes, justos o pecadores. «Lo que hay son buenas y malas relaciones: relaciones que nos enriquecen y relaciones que nos empobrecen. Hay dicha y desdicha. Hay buen amor y mal amor. Y es que el amor no es sufi ciente para asegurar el bienestar: hace falta el buen amor.»
A los veintidós años, Elizabeth Gilbert hacía todo lo que podía para evitar un trabajo a jornada completa. Trabajaba en ranchos en Wyoming, montaba a caballo como si fuera una vaquera y se enamoró de los cowboys que constituían el último vestigio de la frontera estadounidense que ella echaba tanto de menos. Y entonces conoció a Eustace Conway.
Eustace Conway no se parecía a ningún otro hombre. En 1977, con diecisiete años, abandonó su hogar para trasladarse a los montes Apalaches. Durante más de dos décadas vivió allí, haciendo fuego con palos, vistiendo pieles de animales y construyendo, cultivando y cazando todo lo que necesitaba para subsistir.
Elizabeth Gilbert, deslumbrada por sus relatos y aventuras, se decidió a reconstruir su vida: la historia del hombre que recorrió el Mississippi en una canoa de madera hecha a mano, que caminó los más de tres mil kilómetros del Sendero de los Apalaches, y que cruzó los Alpes alemanes en zapatillas deportivas.