Apasionada e impetuosa, la personalidad de Tina fue única. Nacida en Italia a finales del siglo XIX, y tras un breve paso por Hollywood, donde trabajó como actriz, llegó a México en plena efervescencia cultural de los años veinte.
Fue compañera en las reflexiones artísticas y políticas de los intelectuales y creadores de la época —Edward Weston, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros o Frida Kahlo, sólo por citar algunos— y acá encontraría el coraje y la inspiración necesarios para descubrir en la fotografía el medio idóneo con el que mostrar su indignación y compromiso por las injusticias sociales.
Pero más fuertes que su carácter e incluso su obra fueron sus fervientes ideales anti-fascistas, que mantuvo firmes hasta su trágica muerte, cuya causa real sigue siendo un misterio.
El mejor Isaac Rosa destilado en pequeñas dosis. Una magnífica edición de los relatos de una de las voces imprescindibles de la literatura española actual.
Este volumen reúne numerosas historias cotidianas que proponen una mirada a realidades y conflictos de nuestros días. Pisos con fantasmas inesperados, una cena navideña tras la que nada será igual, la vida contrarreloj de madres y padres en el alambre, o una biografía narrada mediante movimientos bancarios son algunos de estos relatos que hablan de miedo, cansancio y soledad, pero también de activismos espontáneos, fraternidad e imaginación colectiva.
¿Puede mantenerse una amistad a pesar de las mentiras?
Una despedida de soltera en autocaravana.
Un grupo de amigos...
...y muchos secretos.
Elísabet Benavent, @Betacoqueta, con 1.200.000 de ejemplares vendidos vuelve con una novela original, una propuesta diferente que aborda las contradicciones de un grupo de amigos que se ve obligado a mentir para dejar de sentir.
Un road trip divertido, surrealista, donde todo puede suceder. Una aventura en carretera que habla de la verdad que se esconde detrás de todas las mentiras.
Todo es silencio relata cómo los círculos del crimen rodean y corrompen, no siempre con éxito, el extraño duende de la condición humana.
Cuando al hablar te juegas la vida, todo es silencio.
En Noitiá, en la costa atlántica, hubo un tiempo en que las redes del contrabando, reconvertidas al narcotráfico, alcanzaron tanta influencia que estuvieron muy cerca de controlarlo todo: el poder social, las instituciones, la vida de sus gentes.
Fins, Leda y Brinco exploran la costa a la búsqueda de lo que el mar arroja tras algún naufragio, el mar es para ellos un espacio de continuo descubrimiento. El destino de estos jóvenes estará marcado por la sombra odiosa y fascinante a un tiempo del omnipresente Mariscal, dueño de casi todo en Noitiá.
Manuel Rivas, con una prosa incisiva que tan pronto es mar en calma como embravecido, da forma a un universo fronterizo en el que los silencios van moldeando a cada uno de los protagonistas.
Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres.
Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de él, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida está a punto de cambiar.
Porque ella está prohibida, pero le despierta la piel.
Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.
Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.
El desenlace de la Bilogía «Deja que ocurra». ¿Qué pasará con Axel y Leah?
Tras el éxito de Todo lo que nunca fuimos llega el desenlace de la Bilogía «Deja que ocurra». ¿Qué pasará con Axel y Leah?
Han pasado tres años desde la última vez que se vieron. Ahora, Leah está a punto de cumplir su sueño de exponer en una galería.
Y, pese al pasado, Axel necesita formar parte de un momento como ese.
Cuando sus caminos vuelven a cruzarse, Leah tiene que tomar decisiones que pueden cambiarlo todo, porque, a pesar de lo que ocurrió, los recuerdos de toda su vida siguen ahí; intactos, bonitos, únicos. Colándose en cada grieta que aún no ha cerrado.
Porque él sigue siendo el chico que aún no ha olvidado.
Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.
Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.