El papa Francisco ha presenciado cómo la crisis del Covid-19 ponía de relieve de una manera aún más evidente la crueldad y la desigualdad que nos rodean. Pero también ha visto en la capacidad de recuperación, la generosidad y la creatividad de muchas personas los medios para salvar la sociedad, la economía y el planeta.
En este libro, el Papa insta a no permitir que todo este dolor sea en vano analizando y aprendiendo lo que esta situación puede enseñarnos, y, con gran sinceridad, revela tres crisis en su propia vida de las que salió fortalecido.
Hablar de sanidad interior en el tiempo que estamos viviendo es un poco complicado debido a los muchos tabúes que existen principalmente en las iglesias con referente a estos temas, pero si por un momento pudiéramos sentarnos y analizarlo desde un punto de vista bíblico nos daremos cuenta de que para Dios es muy importante que estemos sanos para poder cumplir a plenitud con el propósito que Él tiene para nuestras vidas.
Scott Hahn busca definir la santidad, para ayudarnos a comprender mejor nuestra relación con ella.
A los católicos se les enseña a valorar la santidad, a admirarla en los demás y a luchar por ella en sus propias vidas. Pero apenas se habla de qué es la santidad.
En este libro, Scott Hahn busca definir el término, para ayudarnos a comprender mejor nuestra relación con la santidad. Al rastrear su significado, primero en el Antiguo Testamento y luego en el Nuevo, el autor revela magistralmente cómo Dios transmite gradualmente su santidad a su pueblo (a través de la creación, la adoración, etc.) y finalmente los transforma, al compartir su vida divina.
Te quiero, eres importante para mí, cuento contigo: amistad, afecto, aprecio, atención, cuidado, son deseos imprescindibles que nos unen y por los que el corazón siente una sed innata. El ser humano necesita amar y ser amado. De todos es sabido que compartir la bondad reduce las penas y contagia la alegría. El mandamiento del amor que nos dejó Jesús nos pide que amemos a los demás y a nosotros mismos de un modo auténtico porque solo así nuestras vidas serán plenas,
El pontífice nos propone en estas páginas quince pasos concretos para alcanzar la felicidad, pero no se trata de la que nos ofrece el mundo, sino de aquella permanente y eterna que viene de Dios. «El camino de Jesús siempre conduce a la felicidad. Siempre». Como él mismo explica: «Hemos sido creados para una felicidad más grande», y a través de sus palabras nos anima a salir de nuestra zona de confort, de miedo, de tristeza, para soñar en grande, para vivir plenamente nuestra vida aprendiendo a levantarnos tras los fracasos y a caminar de la mano de los demás: «En el arte de caminar lo que importa no es no caer, sino saber levantarse».