«Como en una lente, se reflejan en el judaísmo todos los problemas religiosos de nuestro tiempo, en el umbral del tercer milenio». Por ello, Hans Küng ha elegido esta religión como comienzo del proyecto global de investigación sobre la situación religiosa de nuestro tiempo, que tiene como fin el encontrar unos elementos comunes a todas ellas, mínimos e imprescindibles para conseguir un acuerdo básico en cuanto a valores vinculantes y criterios inamovibles con los que hacer frente a los retos éticos que se presentan a la humanidad en este fin de milenio. En este marco también «El cristianismo» y «El islam».
Este extraordinario libro revela cómo los temas y símbolos, los arquetipos mitológicos, religiosos y psicológicos de las antiguas narraciones continúan trayendo significado al nacimiento, la muerte, el amor y la guerra. De historias de los dioses y diosas de la antigua Grecia y Roma a las tradiciones del budismo, el hinduismo y el cristianismo, una amplia gama de temas que se consideran en conjunto para tratar de identificar la universalidad de la experiencia humana a través del tiempo y la cultura. Un impecable binomio de entrevistador y sujeto a través de la intemporal obra de Campbell, El poder del mito continúa ejerciendo una profunda influencia en nuestra cultura.
La amplia literatura mística y cabalística judía, que se extiende a lo largo de un dilatado periodo de tiempo y exhibe numerosas tendencias, es estudiada en esta obra desde la perspectiva de su desarrollo histórico, pero tratando al mismo tiempo de forma sistemática sus principales contenidos y abordando las diferentes interpretaciones a que éstos han dado lugar.
Los textos místicos del judaísmo, fruto muchas veces de tradiciones orales esotéricas, son así presentados dentro del contexto religioso y cultural de sus respectivas corrientes y etapas: el misticismo judío antiguo, el periodo clásico de la Cábala, la Cábala luriánica, la Cabala de Sabetay Tsebí y el movimiento jasídico. El recorrido concluye con una reflexión sobre la paradoja que es propia del lenguaje místico: querer expresar lo inexpresable.
El Mesilat Yesharim (El sendero de rectitud), que ha dejado una profunda huella en la ética del pueblo judío hasta nuestros días, se estudia en todas las escuelas y se le considera la obra principal de Musar (Ética). El rabino Israel Salanter escribió que si todas las obras de Musar demuestran que el hombre ha de temer a Dios, el Mesilat Yesharim nos enseña cómo hacerlo. Su fama y su importancia son tales que se le ha comparado con el célebre clásico de Bahia Ibn Pakuda, El deber de los corazones. La presente edición va acompañada del texto hebreo. RabÍ Moshé Jaim Luzzaitto nacido en el año 1707 (5467) en Padua, Italia, ya a los 13 años despuntaba, tanto por su asombrosa memoria como por sus profundos conocimientos y sus interpretaciones de los misterios de la Torah. También conocido como RAMJAL, fue uno de los sabios más profundos de los últimos siglos. Además de místico y gran cabalista, también fue poeta, pionero de la lengua hebrea moderna y gran sistematizador de todo el pensamiento judaico.
La obra Reshit Jojmá, del Rabí Eliyahu de Vidas, dio luz a la espiritualidad judía en Venecia, allá por el año 1579. Posteriormente, numerosas publicaciones han tratado sobre ella, en forma parcial y completa, incluyendo una edición de selecciones en yidish. Las páginas de esta obra proporcionan una certera guía para el desarrollo espiritual y la conducta humana, basada en la sabiduría interior de la Torá: la Cabalá. Al profundizar en ellas, el lector logrará adquirir inspiración para esforzarse en conseguir un estado de expansión de la conciencia del que se desprende el vínculo apasionado con el Altísimo. La pureza de las enseñanzas de Rabí Eliyahu de Vidas envuelve al lector en una atmósfera de santidad y le invita a remontar las alturas espirituales, de donde proviene el alma. La oportunidad es excelsa, sin embargo el viaje sólo es posible para quien quiera verse libre del tedio de un mundo desconectado de su dimensión trascendente y desee reconectar con la fuente de todo el bien, el Creador.
Estamos ante la idea de un principio que es el origen de todas las cosas, tanto en sus manifestaciones físicas como en sus aspectos abstractos, y al que todo debe retornar. El Tao es la energía fundamental que sostiene al universo y su movimiento. Una fuente cósmica primigenia de la que surge la creación. Es el camino por antonomasia, anterior a todo lo demás. Es uno de los fundamentos de la doctrina iniciática del taoísmo filosófico, con un papel relevante en la religión china, en el budismo y el neoconfucionismo. Es abstracto, amorfo, inaudible, intangible e inasible. Del Tao surge todo lo demás y por tanto es la esencia de todo lo existente. Una fuente de inspiración permanente para el hombre a lo largo de generaciones, que se expande más allá de las fronteras del Lejano Oriente y que aún perdura y tiene vigencia y gran influencia en nuestros días.