Esta colección de textos de Adam Michnik, Premio Princesa de Asturias y figura clave de la transición de su país a la democracia, es la primera antología preparada originalmente para el lector español.
Hijo de supervivientes del Holocausto, disidente en la Polonia comunista, preso político, miembro del sindicato clandestino Solidaridad y director de Gazeta Wyborcza, la vida de Adam Michnik recorre la historia polaca y europea, de la que es testigo intelectual, pero también protagonista político.
La antología se extiende a lo largo de toda su trayectoria, engarzando ensayos esenciales para comprender los grandes desafíos de nuestro tiempo. Desde Nueva vía evolutiva (1976) y la mítica carta escrita en prisión (1983), hasta el epitafio de Aleksiey Navalny (2024), algunos son testimonios históricos de una época pasada, varios resuenan como advertencias tempranas de la deriva europea hacia el populismo y, por último, otros exponen reflexiones de la más acuciante vigencia. Por sus páginas desfilan algunos de los protagonistas de la historia reciente de Europa, desde Thomas Mann a Václav Havel, desde Andréi Sájarov al papa Juan Pablo II. Entre todos ellos, el propio Michnik, por su mente lúcida y su heroico valor, destaca como el más fascinante de los personajes.
«El dios que fracasó» es una obra clásica, un documento esencial de la Guerra Fría, que reúne los testimonios de algunos de los escritores más importantes del siglo xx acerca de su fascinación por el comunismo y su posterior desilusión.
El premio Nobel francés André Gide; el poeta y narrador afroamericano Richard Wright, autor de Hijo de esta tierra, uno de los relatos más crudos sobre el racismo en su país; el luchador antifascista y novelista italiano Ignazio Silone; el poeta británico Stephen Spender; el narrador y ensayista Arthur Koestler, y el periodista estadounidense Louis Fischer, biógrafo de Lenin y Gandhi, cuentan cómo la búsqueda de un mundo mejor y el rechazo a las injusticias del capitalismo los llevó a abrazar el comunismo como una nueva religión, defendiéndola con el celo del converso.
Cada uno de ellos fue descubriendo, más tarde, la verdadera naturaleza del credo político al que habían consagrado su fe. Aquel amor inicial se transformó en rechazo y horror al descubrir que, tras los bellos ideales, se escondían crímenes atroces y retrocesos enormes en las libertades, de los que habían sido cómplices involuntarios. Sin abandonar la preocupación por la justicia, sus relatos apóstatas nos ayudan a entender la mentalidad fanática que puede carcomer una sociedad.
«Justificar la mentira, la deshonestidad o el crimen, compartir una fe gregaria y estar en posesión de la única verdad me parecen elementos totalitarios que no han variado ni un milímetro desde 1950. Incluso entre tanta gente que se cree demócrata». Félix de Azúa
Fue un sociólogo de origen húngaro. Estudió en las Universidades de Budapest, Berlín, París y Friburgo. Entre 1920 y 1933 fue profesor en Alemania, fundamentalmente en la Universidad de Fráncfort, pero tras la llegada del nazismo decidió salir de Alemania y desde 1934 hasta la fecha de su muerte desarrolló su labor docente en Inglaterra. Muy influenciado por el pensamiento de Karl Marx, y contemporáneo de Georg Lukács, fue uno de los sociólogos considerados por Raymond Aron en su ensayo "Sociología alemana contemporánea" (1935). Es una personalidad de gran relevancia en el debate acerca de la sociología del conocimiento, muy candente en Alemania en los años 20. Mannheim otorgaba mayor valor a las creencias subjetivas que a los hechos comprobables.
Durante siglos, la historia del mundo clásico ha sido relatada a través de emperadores, reyes y señores de la guerra, relegando a un segundo plano las personalidades femeninas que también lo conformaron. En La venganza de Pandora la clasicista Daisy Dunn se propone revertir esta tradición para situar a las mujeres en el centro de la narrativa.
Por las siguientes páginas desfilan personajes conocidos como Cleopatra, Agripina o Safo, seguidas por otras artistas, escritoras y líderes como Artemisia, la única mujer comandante en las guerras greco-persas; Cynisca, la primera mujer ganadora en los Juegos Olímpicos o Fulvia, la esposa de Marco Antonio que libró una guerra en su nombre, además de muchas otras de las que desconocemos su nombre, pero de una forma u otra marcaron en curso de la historia.
A lo largo de tres mil años, desde la Creta minoica hasta la Grecia micénica, desde Lesbos hasta el Asia Menor, desde el Imperio Persa hasta la corte real de Macedonia, y concluyendo en el Imperio romano, Daisy Dunn nos muestra el mundo antiguo a través de la mirada del increíble elenco de mujeres que lo conformó.
El presente libro ofrece un excepcional estudio de los principales filósofos políticos del siglo XX. Según Michael H. Lessnoff es absurdo mantener que la filosofía política murió en el siglo XX. Con un análisis claro, inteligente y autorizado el autor demuestra que este siglo produjo toda una pléyade de filósofos políticos perfectamente comparables a los de época anteriores. La originalidad en teoría política siempre ha sido impulsada por nuevos problemas y crisis, de los que éste, el siglo más político de todos, no estuvo precisamente exento. Lessnoff examina las propuestas a las crisis políticas de ofrecidas tanto por escritores liberales como por neomarxistas, sin olvidar a pensadores más difícilmente clasificables, como Hannah Arendt y J. Habermas. Muestra también cómo las teorías políticas del siglo XX se constituyeron como reacción a fuerzas sociales e ideológicas profundamente arraigadas tales como la burocratización, la racionalización y el «desencanto». Herramienta fundamental para el estudiante de filosofía y de Ciencias Políticas, este libro será igualmente bien recibido por el lector interesado en el pensamiento político o en la historia de nuestro tiempo.
Un cuarto de siglo después de su publicación en los Estados Unidos, la aparición de la versión española de la obra de Pocock constituye un acontecimiento intelectual de primera magnitud por dos motivos: por un lado, supone un excepcional ejemplo de investigación sobre la gestación del discurso republicano en Maquiavelo, en Harrington y en los padres de la independencia americana, construido desde la contextualización del discurso propia de la Escuela de Cambridge (Laslett, Dunn, Skinner), de la que Pocock es el principal referente; y, por otro lado, significa una magnífica respuesta al desafío que globalización y postmodernidad oponen a la conciencia histórica, articulada desde un replanteamiento de la categoría de tiempo privativa del viejo Occidente. La propuesta de Pocock entraña una vuelta a la política e implica una decidida toma de postura en un momento en que la democracia constitucional se halla inmersa en una crisis que sólo la fortuna sabe en que parará.