Matsutake es el hongo más valioso del mundo y una maleza que crece en los bosques alterados por los humanos en todo el hemisferio norte. A través de su capacidad para nutrir árboles, matsutake ayuda a que los bosques crezcan en lugares desalentadores. También es un manjar comestible en Japón, donde a veces tiene precios astronómicos. En todas sus contradicciones, matsutake ofrece información sobre áreas mucho más allá de los hongos y aborda una pregunta crucial: ¿qué cosas se las arreglan para vivir en las ruinas que hemos creado? Una historia de diversidad dentro de nuestros dañados ecosistemas y paisajes, El hongo del fin del mundo sigue una de las cadenas de materias primas más extrañas de nuestro tiempo para explorar los rincones inesperados del capitalismo. En el libro somos testigos de los mundos variados y peculiares del comercio de matsutake: los mundos de los gourmets japoneses, los comerciantes capitalistas, los luchadores de la jungla Hmong, los bosques industriales, los pastores de cabras chinos Yi, los guías de naturaleza finlandeses y muchos más. Estos compañeros también nos dirigen hacia las ecologías de los hongos y las historias de los bosques para comprender mejor la promesa de la convivencia en una época de destrucción humana masiva. Al investigar uno de los hongos más buscados del mundo, El hongo del fin del mundo presenta un estudio original de la relación entre la destrucción capitalista y la supervivencia colaborativa dentro de paisajes de múltiples especies, el requisito previo para continuar la vida en la tierra.
En octubre de 2019 tuvo lugar en Nueva York el Evento 201, un encuentro al más alto nivel en el que se dieron cita las principales agencias globalistas. Allí se simuló la irrupción de una pandemia que se extendería por el mundo debido a un novedoso coronavirus especialmente contagioso, basado en el SARS y que, procedente de un murciélago, saltaba a los humanos a través de un animal intermedio. El supuesto incluía la ausencia de vacuna durante el primer año. Las consecuencias sociales y económicas de la pandemia resultaban devastadoras.
Tres meses después, una OMS sostenida por los intereses privados de Bill Gates y de las farmacéuticas declaró la pandemia de covid-19.
Cansados, fracasados, ansiosos, empresarios de sí mismos, narcisistas, precarios? ¿Cómo se define una generación gestada a la sombra de un capitalismo voraz?
El filósofo Eudald Espluga crea en No seas tú mismo un mapa de retales de una generación hastiada y sobreexpuesta a los discursos de autosuperación personal, que ha vivido cómo el capitalismo digital se le metía bajo la piel. A través de referencias populares y cotidianas, descubriremos que esa fatiga puede subvertirse y transformarse en una forma de resistencia al neoliberalismo.
Escritos en primera persona, estos apuntes son una invitación a cuestionar el individualismo hiperproductivo y emprendedor.
Desde el arranque del siglo XXI, el nivel de incertidumbre que nos hemos visto obligados a manejar en las sociedades occidentales ha aumentado sin cesar. Empeñados en no desfallecer, seguimos pedaleando tan rápido como pudimos, tantas horas al día como el cuerpo nos permitía, con la perenne sensación de que siempre podríamos habernos esforzado un poco más. Pero cuando un virus detuvo el mundo entero, salimos despedidos a la velocidad de la luz hacia un páramo desconocido, a solas con nuestros miedos.
Miedo es un libro sobre los temores que han articulado nuestras vidas en los últimos años y que la COVID-19 ha evidenciado y agudizado, acelerando así el cambio de era en el que ya estábamos inmersos: la crisis del neoliberalismo, el cambio climático, la creciente desigualdad, los éxodos de migrantes y refugiados, la robotización del mercado laboral y el aumento del desempleo crónico, el encarecimiento de la vivienda, la crisis demográfica, la polarización y crispación sociales azuzadas por los algoritmos de las grandes empresas tecnológicas, o la privatización de los servicios públicos. La incapacidad de las democracias representativas para dar respuesta a estos desafíos ha terminado por convertirlos en una serie de miedos que los partidos populistas y de extrema derecha han instrumentalizado para imponer su agenda y los discursos de odio.
En un ensayo maravillosamente escrito, Patricia Simón recoge, con gran elegancia, sensibilidad y empatía, un conjunto de voces que ejemplifica los principales temores de la sociedad contemporánea, y ofrece un análisis brillante y sensato de las razones que nos están llevando de un mundo regido por la manipulación de la incertidumbre a otro gobernado por la manipulación de los miedos.
La pandemia ha sumido a países como España en una profunda crisis que exige reconstruir las bases de nuestro modelo económico. Pero, al mismo tiempo, la alarma sanitaria ha permitido en un año avances tecnológicos que sin ella hubiéramos necesitado más de un lustro en conseguir.
Los autores de este libro, Iñaki Ortega y José María de la Torre, un tecnólogo y un economista, apuestan por la tecnología como la palanca de reconstrucción de los países a los que la COVID-19 ha situado en una recesión económica y social inédita.
Para ello, defienden las bondades y las potencialidades de la disrupción tecnológica y proponen una serie de herramientas para la recuperación. Emprendimiento, agilidad, innovación abierta, sostenibilidad, propósito, ética y mucha capacitación son algunas de las claves mencionadas.
La buena tecnología es un alegato a favor de los grandes avances que ha traído y puede seguir trayendo la innovación de la mano del talento de las personas y el impulso de aquellos territorios que sepan apalancarse en ella.
Estos ensayos sirven de introducción al rico pensamiento de Michel de Certeau en una de sus facetas: la que concierne a la inspiración cristiana en medio del espesor del cuerpo social. Descripción lúcida del movimiento de la fe cuando ha perdido vigencia la herencia cristiana y una nueva incertidumbre abre a ese «Dios que sigue siendo un extranjero para nosotros».El extranjero es el libro más personal y profundo de Certeau. Publicado por primera vez en 1969, este libro supuso para su autor una mirada retrospectiva. Una mirada sobre un mundo cristiano en el que había vivido, pero que estaba desapareciendo a ojos vista.