Con motivo de los últimos acontecimientos políticos en Cataluña, se ha puesto de manifiesto el mal uso del lenguaje y de algunos conceptos acuñados a lo largo de la historia, tanto por los políticos, como por los medios de comunicación o...
La red no es libre, ni abierta ni democrática. Es un conjunto de servidores, conmutadores, satélites, antenas, routers y cables de fibra óptica controlados por un número cada vez más pequeño de empresas. Es un lenguaje y una burocracia de protocolos que hacen que las máquinas hablen, normas de circulación que conducen el tráfico, microdecisiones que definen su eficiencia. Si la consideramos un único proyecto llamado internet, podemos decir que es la infraestructura más grande jamás construida, y el sistema que define todos los aspectos de nuestra sociedad. Y sin embargo es secreta. Su tecnología está oculta, enterrada, sumergida o camuflada; sus algoritmos son opacos; sus microdecisiones son irrastreables. Los centros de datos que almacenan y procesan la información están ocultos y protegidospor armas, criptografía, propiedad intelectual y alambre de espino. La infraestructura crítica de nuestro tiempo está fuera de nuestra vista. No podemos comprender la lógica, la intención y el objetivo de lo que no vemos. Todas las conversaciones que tenemos sobre esa infraestructura son en realidad conversaciones sobre su interfaz, un conjunto de metáforas que se interpone entre nosotros y el sistema. Un lenguaje diseñado, no para facilitar nuestra comprensión de esa infraestructura, sino para ofuscarla. El enemigo conoce el sistema pero nosotros no.
Este libro te ayudará a conocerlo, y a comprender por qué la herramienta más democratizadora de la historia se ha convertido en una máquina de vigilancia y manipulación de masas al servicio de regímenes autoritarios. Solo así podremos convertirla en lo que más falta nos hace: una herramienta para gestionar la crisis que se avecina de la manera más humana posible. No tenemos un segundo que perder.
Valiente, lúcida y sincera, Joumana Haddad aborda en El tercer sexo su obra más ambiciosa: un ensayo en el que apuesta por deconstruir la sociedad actual, asentada en valores y medidas artificiales como el dinero, la raza o el género, para reconstruirla a partir de aquello que es inherente al ser humano y que nos hace auténticos: nuestra humanidad. «Es sólo nuestra humanidad, es decir, nuestro ‘núcleo’ lo que hace que la comparación (e incluso la discriminación, me atrevería a decir) entre nosotros sea aceptable, en lugar de adoptar nuestras ‘cortezas’ como base para la evaluación. Con mucho gusto aceptaría vivir en un mundo en donde dijéramos: ‘Esta persona es más humana que esa persona’, pero no en uno en donde decimos: ‘Esta persona es más blanca que esa persona’».
¿Cómo se ha ido desmoronando nuestro mundo made in USA tras los sucesos de 1989?
El final de la Guerra Fría dio comienzo a una "Era de la Imitación" llena de inestabilidad. Después de 1989, negarse a seguir el ejemplo de Occidente no era una opción, lo cual fue para los imitadores una imposición neocolonial humillante y, entre los imitados, alentó una arrogancia imperial y un total desinterés por el funcionamiento de otros países.
Krastev y Holmes sostienen que este es el origen de la caída del orden liberal: Rusia y Estados Unidos favorecen el desmantelamiento de la seguridad global, la Unión Europea abandona las promesas de su proyecto, la fe en la democracia cae en picado...
La luz que se apaga descubre las causas de este desconcertante escenario, producto de la arrogancia neocolonial y la resistencia anticolonial engendradas en 1989.
David Farrier nos invita a pensar cómo seremos recordados en los mitos, historias y lenguajes de las generaciones futuras. Porque el mañana de nuestro planeta estará colonizado por nuestra actual actividad humana, a través de la transformación de los ecosistemas, la explotación de los recursos naturales y la generación de desechos de larga duración. Los futuros fósiles del Antropoceno son parte de nuestro legado y, sobre todo, nos explican nuestro tiempo.
Huellas combina historia y ecología, literatura y ciencia, viajes y filosofía para darle la vuelta a muchas de nuestras preconcepciones, trazar analogías con otros momentos decisivos del pasado y mostrarnos cómo, frente al determinismo pesimista, existen aún alternativas e incógnitas en un maravilloso diálogo entre pasado, presente y futuro. De la mano de su propia experiencia vital e investigadora, acompañamos a Farrier desde el Báltico a la Gran Barrera de Coral, desde Shanghái a Tasmania, para descubrir un mundo que cambia aceleradamente, y cuyas consecuencias no solo alterarán nuestra forma de pensar sobre el futuro, sino también cambiarán nuestra forma de ver el mundo hoy.
¿Qué se siente cuando uno ve ondear la bandera de su país? A lo largo de la historia las banderas han representado las vivencias, esperanzas y sueños de millones de personas en todo el mundo. Las alzamos, las quemamos, marchamos bajo sus colores, y aún hoy en día, morimos por ellas.
En el libro, el autor abarca desde el ferviente sentido del nacionalismo en China, las dos Coreas, las identidades problemáticas de Europa y Estados Unidos, la influencia del simbolismo religioso ?como el aterrador mensaje del Estado Islámico?, las banderas de la libertad de la zona de África oriental y hasta la bandera blanca símbolo de rendición, la legendaria calavera pirata o la complejidad de la más global de todas ellas: la bandera de las Naciones Unidas.
En este momento el mundo es un lugar turbulento y es necesario entender los símbolos ?viejos y nuevos? por los que cada comunidad continúa movilizándose, exhibiendo hazañas o luchando por sus derechos. Tim Marshall se basa en más de veinticinco años de experiencia en reportajes por todo el mundo para mostrarnos las historias, el poder y la política de los colores que nos unen y nos dividen.