Desde que las últimas tropas estadounidenses abandonaron Vietnam no nos habíamos enfrentado a un vacío tan repentino en nuestra política exterior, no solo de autoridad, sino también de explicaciones sobre lo que ha ocurrido y lo que nos depara el futuro. Pocos analistas están mejor preparados para abordar este momento que Noam Chomsky y Vijay Prashad, intelectuales y críticos cuyo trabajo abarca generaciones y continentes. Calificado como «la voz más leída del planeta en materia de política exterior» por el New York Times Book Review, Noam Chomsky se une al célebre académico Vijay Prashad —que «ayuda a descubrir los mundos brillantes ocultos bajo la historia oficial y los medios de comunicación dominantes» (Eduardo Galeano)— para llegar a las raíces de esta época de peligro y cambio sin precedentes. Chomsky y Prashad interrogan los puntos de inflexión clave en la espiral descendente de Estados Unidos: desde la desastrosa guerra de Irak hasta la fallida intervención en Libia y el descenso al caos en Afganistán. A medida que los últimos momentos del poder estadounidense en Afganistán se desvanecen, este libro crucial sostiene que no debemos apartar la vista de los restos y que necesitamos, sobre todo, una visión no sentimental del nuevo mundo que debemos construir juntos.
Una provocadora historia de la humanidad que ahonda en los orígenes de la evolución para entender y poner solución a los problemas de la vida moderna
Vivimos la época más próspera de toda la historia de la humanidad y, sin embargo, la mayoría de las personas están más desganadas, enfadadas y deprimidas que nunca. ¿Qué explicación lógica cabe? Más aún, ¿qué podemos hacer para cambiar esta tendencia?
Heying y Weinstein, pareja y biólogos evolutivos ambos, nos explican que nuestros males nacen de la disonancia entre el mundo moderno y nuestros cerebros y cuerpos ancestrales. Hemos evolucionado para vivir en clanes, pero en la actualidad la mayoría de la gente ni siquiera conoce el nombre de sus vecinos. Hemos sobrevivido gracias al sexo, y ahora ponemos en duda su misma existencia. La educación, la alimentación o el sueño han obedecido siempre a hábitos que han sobrevivido milenios y que ahora nos permitimos alterar o cuestionar.
La historia del comunismo transcurre entre la revolución y la utopía, entre la violencia y lo criminal.
A lo largo de los tiempos, en cualquier lugar donde se haya impuesto o haya tratado de imponerse un régimen de estas características, se han cometido multitud de crímenes, algunos especialmente aberrantes como los de las tiranías de Stalin, Mao o Pol Pot.
El ideal comunista, que sobre el papel es inocuo, en la práctica se convierte en una pesadilla. Desde la primera revolución típicamente socialista —la bolchevique— hasta su epígono más reciente —la Venezuela bolivariana—, la praxis revolucionaria se ha cobrado la vida de millones de personas en todo el mundo y en menos de un siglo.
¿Por qué el discurso de los valores de la familia fue fundamental para la revolución conservadora y de libre mercado de la década de 1980 y por qué ha seguido ejerciendo una influencia tan profunda en la vida política estadounidense y de otros países occidentales? ¿Por qué los neoliberales del libre mercado a menudo han hecho causa común con los conservadores sociales sobre la cuestión de la familia, a pesar de sus diferencias en todo lo demás?
En este libro, Melinda Cooper desafía la idea de que el neoliberalismo privilegia el individualismo atomizante sobre las solidaridades familiares, así como la libertad contractual sobre el estatus heredado. En la tradición de las leyes de pobres de los países anglosajones, muestra cómo el espíritu liberal de la responsabilidad personal siempre ha estado respaldado por un imperativo más amplio de responsabilidad familiar y cómo esta inversión en las obligaciones de parentesco ha facilitado recurrentemente la alianza entre los liberales del libre mercado y los conservadores sociales.
El neoliberalismo, argumenta, debe entenderse como un esfuerzo por revivir y traducir la tradición de las leyes de pobres a la lengua contemporánea de la deuda familiar. A medida que los políticos neoliberales impusieron recortes en los presupuestos de salud, educación y bienestar, identificaron a la familia como una alternativa total al Estado de bienestar. Y a medida que la responsabilidad del gasto deficitario pasó del Estado al hogar, las obligaciones de deuda privada de la familia se definieron como fundamentales para el orden socioeconómico. A pesar de sus diferencias, los neoliberales y los conservadores sociales han estado básicamente de acuerdo en que los lazos familiares deben ser fomentados y, más aún, hacerse cumplir, como contraparte necesaria de la libertad de mercado. Solo al restaurar la familia a su posición central en el proyecto neoliberal podemos entender la alianza política que define nuestro tiempo entre la economía de libre mercado y el conservadurismo social.
Un manifiesto contra las narcotizantes rutinas que llevamos a cabo en la red como sinónimos de vida.
En las próximas décadas nos enfrentaremos a un mundo poscapitalista: una sociedad inmersa en el ininterrumpido consumo tecnológico; una tierra chamuscada, llena de plástico y pesticidas; una naturaleza devastada por el expolio de los recursos naturales.
En este ensayo tan pertinaz como demoledor, Jonathan Crary denuncia la manipulación a la que nos somete lo que él denomina el «complejo de internet», cuya presencia en todas las esferas de la vida hace que cualquier idea que contemple su marginación o ausencia resulte impensable. Pero, tal como argumenta Crary, la cultura y la economía tecnoconsumistas son intrínsecamente incompatibles con una tierra habitable y con la interdependencia necesaria para vivir de un modo más humano y menos alienante. Se trata de una obra que se alza en contra de la atomización social, característica de las redes y plataformas digitales, y reivindica la importancia de organizarnos colectivamente.
¿Qué ha de entenderse por totalitarismo? En esta obra rigurosa y amena, el autor hace una síntesis de los principales argumentos de esta cuestión, para deslindar y acotar a continuación el concepto centrando su análisis principalmente en la Alemania nazi y la Unión Soviética estalinista como paradigmas.