Un revelador manifiesto que nos ayudará a desarrollar una comprensión propia del siglo XXI acerca de la evolución y la variación humanas y que, además, nos armará contra el racismo científico
La raza es real porque la percibimos; el racismo es real porque lo practicamos. Cada vez se recurre más a la ciencia para reforzar las ideologías racistas y cada vez se emplea más en el discurso público sobre medidas políticas, migración, educación, deporte e inteligencia. Pero quienes se muestran abiertamente racistas no son los únicos que difunden estereotipos y mitos sobre la raza: también proceden de personas bienintencionadas cuyas experiencias y bagaje cultural las dirigen hacia posiciones que carecen del respaldo del estudio moderno de la genética humana. Incluso algunos científicos se sienten incómodos cuando se trata de expresar opiniones surgidas de sus investigaciones en relación con la raza. Sin embargo, si las entendemos correctamente, la ciencia y la historia pueden convertirse en poderosas aliadas contra el racismo al mostrar la imagen más clara de cómo son realmente las personas, en lugar de cómo son según nuestros juicios.
En 2006 le dijeron que durante unas semanas iba a vivir bajo custodia, pero aquel día la vida de Roberto Saviano cambió para siempre. Esta es la historia de un superviviente que se niega a rendirse.
«Aquí se cuenta una resistencia llevada a cabo con la palabra como única artillería y dentro del perímetro del propio cuerpo, partiendo de la base de que con cualquier lucha se aprende una única regla. Es esta: no es cierto que de la batalla o vuelves vivo o no vuelves; en caso de que vuelvas, volverás herido. Lo que estáis a punto de leer es mi herida.»
Todavía estoy vivoes un libro único, una colaboración insólita entre dos grandísimos narradores. Se trata del relato íntimo y descarnado de los últimos quince años en la vida de Roberto Saviano, en los que se ha visto obligado a vivir en la clandestinidad, por estar amenazado de muerte por la Camorra. Sus palabras dialogan con el trazo ágil y simbólico de Asaf Hanuka; recuerdan los días de una libertad perdida, la del niño apasionado de las historietas y que disfrutaba jugando con su hermano, hasta transformarse en un presente claustrofóbico, el precio a pagar por haber alzado la voz y que lo obliga a la vivir siempre pegado a sus escoltas. Es la vida de un hombre herido, pero que sigue luchando.
Si en tiempos premodernos las mujeres fueron consideradas físicamenteinferiores a los hombres, se insistía en su irracionalidady se las recluía a la vida doméstica, eso no significa que todas ellasestuvieran privadas de capacidad de decisión ni que sus vidas fueranirrelevantes para la cultura y la sociedad de su tiempo. Aunquefueron experiencias minoritarias, hubo mujeres que se destacaronen el ámbito público, e incluso otras heroicas, símbolos de la virtudfemenina, la justicia y la fortaleza.La historia de Tomiris es, precisamente, una de esas anomalías:reina de los masagetas (siglo VI a. C.), ante una amenaza exteriorcontra ella y su pueblo, actuó con inteligencia, valentía y singularjusticia.Este libro se ocupa tanto de su historia como de la vida póstumade su figura, de las fuentes de quienes la contaron y de las apropiacionesy usos que hicieron de ella. Recorrer esos caminos nospermite descubrir también algunas de las expresiones culturalesy sociales que se opusieron a la emancipación de las mujeres, asícomo las que propusieron, justificaron y posibilitaron un papeldistinto para ellas en el pasado.
El «Extremo Centro», una ideología necesaria en el panorama político actual.
Probablemente, hayas oído hablar del Extremo Centro, una etiqueta supuestamente infamante que maneja la Nueva Izquierda. El término sirve para acusar a los avatares políticos del «Extremo Centro» de atraer y blanquear a un votante que en realidad esconde un extremismo antipolítico y autoritario.
En este libro se analiza la actual sociología española, la cual se ha vuelto acomodaticia, perezosa de pensamiento y obra. Como respuesta, los autores presentan un alegato a favor del Extremo Centro y de una visión radical. A veces hay que ser, como dice el lema de Chris Dillow, «un extremista, no un fanático».
El planeta atraviesa un estado de emergencia climática. La región latinoamericana padece los efectos del despojo. Pueblos, comunidades y sociedad organizada ofrecen una terca resistencia. Carlos Lavore, autor de diversos trabajos sobre participación, planeación y comunicación, da cuenta en este libro de lo que esta ocurriendo a escala global con los bosques, hielos, suelos y agua, cuya brutal explotación se traduce en desastres “naturales” y colapsos parciales con severas afectaciones a la vida. A partir del recuento de los saqueos de bienes y recursos naturales en los ultimos 40 años en América Latina, Lavore explica el proceso de extinción de la vida planetaria, o de buena parte de ella; reflexiona sobre los efectos negativos que ha producido la concentración del poder financiero, político y mediático; y pone el acento en las posibilidades de rescate.
Si bien no existe un proyecto de liberación asumido colectivamente, este libro visibiliza las múltiples resistencias y consigna la potencialidad transformadora de distintas alternativas políticas y sociales a lo largo de América Latina, con un énfasis particular en México; como la experiencia del pueblo boliviano, el movimiento de los sin tierra, los zapatistas en el sureste mexicano, las fogatas populares en Cherán, el pueblo Yaqui en Sonora, los movimientos de mujeres en las grandes ciudades y una notable cantidad de resistencias locales.
A primera vista, el aumento del uso de armas no letales por parte de la policía garantizaría menos muertos y heridos graves en las protestas civiles. El tono eufemístico del concepto apunta en esa dirección. Sin embargo, ocurre justo al contrario. ¿Por qué? La utilización de balas de goma, gases lacrimógenos, granadas aturdidoras o pistolas eléctricas se ha multiplicado desde que empezaron a implantarse hace ya cuatro décadas. A medida que la democracia liberal pierde capacidad de regular las relaciones sociales, las garantías del Estado de derecho se entremezclan con lo que ha venido en llamarse Estado de excepción permanente. Ello implica que se crean nuevas infracciones, se amplía la definición de las ya existentes, se añaden circunstancias agravantes que agravan la calificación penal y aumentan las penas, aumentan los poderes policiales, y se reducen las libertades. Cadena perpetua en los tribunales, años de aislamiento en las cárceles, y mano dura en las calles. Hasta hace no tanto, la utilización de este tipo de armamento estaba acotada a contextos concretos. Ahora se emplea preventivamente contra un gran abanico de movilizaciones. Las mutilaciones, secuelas permanentes o perdida de vidas humanas quedan generalmente impunes.