La historia del comunismo transcurre entre la revolución y la utopía, entre la violencia y lo criminal.
A lo largo de los tiempos, en cualquier lugar donde se haya impuesto o haya tratado de imponerse un régimen de estas características, se han cometido multitud de crímenes, algunos especialmente aberrantes como los de las tiranías de Stalin, Mao o Pol Pot.
El ideal comunista, que sobre el papel es inocuo, en la práctica se convierte en una pesadilla. Desde la primera revolución típicamente socialista —la bolchevique— hasta su epígono más reciente —la Venezuela bolivariana—, la praxis revolucionaria se ha cobrado la vida de millones de personas en todo el mundo y en menos de un siglo.
Este no es un libro sobre política. Tampoco es un reportaje o un análisis sociológico. Es la crónica de una escritora que intenta entender qué sucede cuando se vive en un prolongado estado de emergencia; qué pasa cuando la vida sigue, a pesar de todo, y las personas se resignan a vivirla en medio de los escombros.
Huyendo de los grandes discursos políticos o los titulares de prensa, esta obra nos muestra el día a día de los venezolanos y, con ello, los efectos del Estado en la vida cotidiana. A partir de cuatro viajes de Colombia a Venezuela, Melba Escobar nos revela, de forma extraordinaria, otra geografía: la del hombre del barrio popular o la mujer de clase media que subsisten en medio de la grave crisis económica y política; y la de quienes se han visto obligados a emigrar y sobreviven en condiciones extremas. Se trata de una mirada al poder de los seres humanos para darle un sentido renovado a las cosas, sacar fuerzas de donde no hay y reinventar el presente.
Cargado de humanidad y respeto por el otro, este libro, que discurre por entero a partir del diálogo con la gente de a pie, nos habla no solo de Venezuela, sino también de las consecuencias de la erosión de la democracia en el quehacer diario de la población, una realidad premonitoria para muchos otros países.
Una provocadora historia de la humanidad que ahonda en los orígenes de la evolución para entender y poner solución a los problemas de la vida moderna
Vivimos la época más próspera de toda la historia de la humanidad y, sin embargo, la mayoría de las personas están más desganadas, enfadadas y deprimidas que nunca. ¿Qué explicación lógica cabe? Más aún, ¿qué podemos hacer para cambiar esta tendencia?
Heying y Weinstein, pareja y biólogos evolutivos ambos, nos explican que nuestros males nacen de la disonancia entre el mundo moderno y nuestros cerebros y cuerpos ancestrales. Hemos evolucionado para vivir en clanes, pero en la actualidad la mayoría de la gente ni siquiera conoce el nombre de sus vecinos. Hemos sobrevivido gracias al sexo, y ahora ponemos en duda su misma existencia. La educación, la alimentación o el sueño han obedecido siempre a hábitos que han sobrevivido milenios y que ahora nos permitimos alterar o cuestionar.
María Hesse cuenta en El placer cómo fue su camino hacia el despertar sexual, una senda tortuosa sembrada de vergüenza y desconocimiento, que sorteó gracias al sabio ejemplo de mujeres que supieron iluminar la ruta del placer para que otras la recorrieran más ligeras. Ese libro dio pie a otro, Malas mujeres, en el que sigue la pista de otras mujeres que también se salieron de las líneas caprichosas que los hombres habían trazado para ellas. Mujeres osadas a las que a menudo llamaron locas, fatales, brujas o sencillamente malas —de Madame Bovary a Sarah Connor, de Juana la Loca a Yoko Ono o de Helena de Troya a Monica Lewinsky—, y que Hesse reivindica como referentes en los que inspirarse para ser simplemente mujeres en el mundo en que vivimos.
Hace tiempo que perdimos la fe en la idea de que las personas podríamos alcanzar la felicidad humana en un estado futuro ideal. Pero, aunque hayamos perdido la fe en las utopías, lo que no ha muerto es la aspiración humana que ha hecho que ese tipo de imagen resulten tan cautivadoras. De hecho, dicha idea está resurgiendo de nuevo como una imagen centrada ya no en el futuro, sino en el pasado: un pasado abandonado y redivivo que podríamos llamar retrotopía.
Fiel al espíritu utópico, la retrotopía es el anhelo de rectificación de los defectos de la actual situación humana, aunque, en este caso, resucitando los malogrados y olvidados potenciales del pasado. Son los aspectos imaginados de ese pasado —reales o presuntos— los que sirven hoy de puntos de referencia a la hora de trazar la ruta hacia un mundo mejor.
Desde que las últimas tropas estadounidenses abandonaron Vietnam no nos habíamos enfrentado a un vacío tan repentino en nuestra política exterior, no solo de autoridad, sino también de explicaciones sobre lo que ha ocurrido y lo que nos depara el futuro. Pocos analistas están mejor preparados para abordar este momento que Noam Chomsky y Vijay Prashad, intelectuales y críticos cuyo trabajo abarca generaciones y continentes. Calificado como «la voz más leída del planeta en materia de política exterior» por el New York Times Book Review, Noam Chomsky se une al célebre académico Vijay Prashad —que «ayuda a descubrir los mundos brillantes ocultos bajo la historia oficial y los medios de comunicación dominantes» (Eduardo Galeano)— para llegar a las raíces de esta época de peligro y cambio sin precedentes. Chomsky y Prashad interrogan los puntos de inflexión clave en la espiral descendente de Estados Unidos: desde la desastrosa guerra de Irak hasta la fallida intervención en Libia y el descenso al caos en Afganistán. A medida que los últimos momentos del poder estadounidense en Afganistán se desvanecen, este libro crucial sostiene que no debemos apartar la vista de los restos y que necesitamos, sobre todo, una visión no sentimental del nuevo mundo que debemos construir juntos.