La cuestión judía, como se denominó a las discusiones relacionadas con el estatus civil, legal y nacional de los judíos como minoría, marcó un amplio y profundo debate en la sociedad europea. La izquierda no fue ajena a este debate.En;La cuestión judía, Enzo Traverso explora las causas y las formas del encuentro que tuvieron lugar, desde mediados del siglo XIX hasta el Holocausto, entre la intelectualidad de una minoría cosmopolita y la corriente ideológica más radical de la modernidad occidental. Desde Karl Marx hasta la Escuela de Fráncfort, la «cuestión judía»;un conjunto de problemas relacionados con la emancipación y el antisemitismo, la asimilación cultural y el sionismosuscitó importantes controversias en el seno de la teoría marxista. Enzo Traverso reconstruye minuciosamente este debate intelectual de más de un siglo, señalando tanto sus logros como sus callejones sin salida.Se trata de la segunda edición, completamente reescrita, actualizada y traducida al castellano.
La construcción de la sociedad comunista, donde se da a cada cual según sus necesidades, permanece siempre como objetivo fundamental, independientemente de las condiciones, los cambios y los procesos que determinan las relaciones de fuerza existentes". En este libro, Antonio Negri toma la intervención de Lenin en el pensamiento obrero ante la primera gran crisis capitalista en torno a la denominada guerra imperialista para explicar la mutación de la composición de clase que componía la fuerza de trabajo. Negri defiende la capacidad del leninismo para adaptarse a diferentes configuraciones de la clase trabajadora en Rusia, China, América Latina y otros lugares. Con esta reflexión de las tesis leninistas, Negri trata de renovar la lectura marxista un siglo después con los escritos de Lenin
Considerado precursor del ecosocialismo y de las teorías del decrecimiento, el filósofo y periodista de la RDA Wolfgang Harich nadó a contracorriente del pensamiento oficial en los países del Este. Defendió desde el marxismo las tesis del Club de Roma sobre los límites del crecimiento, aunque su propuesta se basaba en plantear un comunismo decrecentista con un Estado fuerte, pues consideraba que la sociedad solo aceptaría restricciones al consumo de bienes mediante mecanismos coercitivos. Ambas corrientes tendieron a converger en las décadas posteriores, siendo la base del ecosocialismo –desde el ámbito más teórico al más activista– que ha llegado a nuestros días: interpretar el desarrollo del capitalismo como una Raubwirtschaft o economía de rapiña continuada y creciente para impulsar la acumulación de capital. Entendidos así, los movimientos sociales a menudo tienen un contenido ecológico al intentar resguardar los recursos naturales fuera de la economía mercantil, y colocarlos bajo control comunitario.
Por un populismo progresista que enfrente al neoliberalismo El capitalismo financiero muestra su cara más despiadada: destruye la industria y condena a las clases trabajadoras a un estrés creciente y una salud menguante, a la segregación y la inseguridad social, mientras aumenta la deuda pública y resquebraja la vida comunitaria, alentando la competencia y el resentimiento. En medio de esta crisis global, muchas personas ya no creen en los partidos políticos y buscan nuevas opciones, sean de derecha o de izquierda. ¿Qué hacer para que la crisis del orden neoliberal alumbre algo mejor para las mayorías? Con talento conceptual y espíritu militante, Nancy Fraser aventura una hipótesis incómoda: si el neoliberalismo pudo sostenerse tanto tiempo, es porque conformó una alianza con los sectores progresistas, que le aportaron carisma y cobertura ideológica. Así, Fraser alerta contra ese progresismo que dejó de cuestionar la jerarquía social en pos de diversificarla, y que, a fuerza de luchar por derechos para las mujeres, los colectivos LGBTQ+ y otras minorías, perdió de vista la desigualdad y la brecha de clases y, así, terminó dándole una pátina emancipadora y cosmopolita a un sistema cada vez más regresivo. En una discusión rica con el feminismo y el progresismo, Nancy Fraser llama a construir una nueva hegemonía.
Una estupenda guía de las ideas de Karl Marx, presentadas por un elenco de autores fabuloso. Cuando el capitalismo pone en serios aprietos al planeta, volvemos la vista a Marx, redescubierto una y otra vez como el pensador que nos legó la crítica más penetrante y feraz. Y El renacer de Marx constituye probablemente la mejor introducción a la misma, la más actualizada y completa. Escrita en un estilo ameno y accesible por un grupo de especialistas de talla internacional, la presente guía temática recoge las interpretaciones contemporáneas más fecundas y sugestivas de la obra marxiana, y nos muestra las razones por las que esta es hoy más relevante que nunca. Una compilación, en suma, llamada a convertirse en herramienta indispensable, tanto para especialistas como para la nueva generación que se acerca, por vez primera, a la obra de Marx. «Poco sorprende que, en tiempos como los actuales, asistamos a un magno y renovado interés por Marx.
Con las cámaras de los teléfonos convertidas en apéndices humanos generamos muchas más imágenes de las que podemos consumir, imágenes que nos someten y ante las que, a veces, no queda más que sublevarse. Imágenes que nos degluten y a las que de vez en cuando conviene deglutir. Imágenes que, bajo la alfombra inabarcable de las millones de reproducciones, casi siempre nos ocultan los imaginarios de esta era, que empezó con la nueva derecha poniendo a volar la cabeza sin cuerpo de Lenin sobre el cielo de Berlín y se alarga hasta un presente en el que la nueva izquierda ha echado a cabalgar el cuerpo sin cabeza de Franco en el suelo de Barcelona.
Una revisión de las mentiras que enturbian la comprensión de un conflicto aparentemente irresoluble
¿Es Israel culpable de un genocidio palestino? ¿O el causante de que vivamos en un mundo cada vez más inseguro? Amplios sectores del mundo intelectual y de los medios de comunicación suelen responder afirmativamente a estas preguntas, una mentalidad que intoxica a buena parte de la opinión pública falseando los hechos y distorsionando la realidad de Israel.
Desde su creación en 1948, la existencia del Estado de Israel ha estado rodeada tanto de amenazas existenciales muy tangibles como de una serie de tergiversaciones y tópicos que han sido mayoritariamente aceptados de forma acrítica por las sociedades occidentales.
Son las creencias sólidamente asentadas en buena parte de la opinión pública occidental, como que Israel ejerce una forma de apartheid o que el pueblo palestino sufre un genocidio, lo que hace imposible una correcta comprensión del conflicto árabe-israelí y, lejos de contribuir a su resolución, lo perpetúan, en virtud de una mal entendida buena voluntad que muchas veces no es más que simple desinformación.
Y es ése y no otro el objetivo de este libro: desmontar los bulos más extendidos y situar en su lugar la crítica razonada a Israel, al margen de la avalancha de fake news producida por la industria de las mentiras.
Un incisivo ensayo que arroja argumentos que nos harán repensar el actual conflicto con otras claves.
A raíz del terrible atentado cometido por Hamás el pasado 7 de octubre de 2023 contra Israel y de la no menos terrible y desproporcionada respuesta del Gobierno Netanyahu, Adolfo García Ortega, escritor, editor, traductor y articulista, describe una realidad que le es bien conocida debido a su conocimiento de la región y su interés por la realidad política y cultural de la zona.
Desde el comienzo del milenio, cuando Vladimir Putin tomó el poder en Rusia, diferentes líderes autoritarios han llegado a dominar la política mundial. Autodenominados hombres fuertes han llegado al poder en Moscú, Beijing, Delhi, Brasilia, Budapest, Ankara, Riyadh y Washington.
¿Cómo y por qué llegó este nuevo estilo de liderazgo de hombre fuerte? ¿Qué posibilidades hay de que conduzca a una guerra o al colapso económico? ¿Y qué fuerzas existen no solo para mantener a raya a estos hombres fuertes, sino también para revertir la tendencia?
Estos líderes fomentan el culto a la personalidad. Son nacionalistas y conservadores sociales, con poca tolerancia a las minorías, la disidencia o los intereses extranjeros. En casa afirman defender a la gente común contra las élites globalistas; en el extranjero, se presentan como las encarnaciones de sus naciones. Y no solo están operando en sistemas políticos autoritarios, sino que han comenzado a surgir en el corazón de la democracia liberal.