Son tres las ideas que contiene Capital y resentimiento. Primero, que el Internet y las plataformas, que configuran el capitalismo actual (desde Amazon hasta Google), constituyen la última metamorfosis de un régimen financiero que fue instalado a partir de los años sesenta. Aquí, la información se ha vuelto una mercancía y una fuente de creación de valor. La segunda idea es que ha ocurrido una fusión entre el poder financiero y las nuevas tecnologías de la información. Las bolsas y el sistema de Internet trabajan en conjunto en más de un sentido. Esto ha dado por resultado una fragmentación y polarización de la opinión pública, que parece estar siempre tironeada por las falsas noticias y la necesidad de informarse. Esto ha traído consigo que el riesgo de pérdida de la democracia sea inmediato. La tercera idea, y la más inquietante de todas, afirma que para que este nuevo sistema funcione, las plataformas de Internet necesitan la activa presencia de todos nosotros en la web. Uno de los mayores combustibles de nuestras actuaciones y de todos los datos que producimos para el capital es, precisamente, el resentimiento. Es decir, el nuevo orden económico, consolidado sobre los mercados financieros y las plataformas de internet, transforma hasta la última fibra de nuestra subjetividad y sentimientos para producir valor y enriquecerse.
Mientras Estados Unidos centra su atención en la militancia religiosa y el terrorismo en Oriente Medio, en otra parte del mundo la democracia se ve asediada por el extremismo religioso, Tal y como nos revela Martha C. Nussbaum en este penetrante examen de la India actual, las fuerzas de la derecha hindú constituyen una inquietante amenaza para sus tradiciones democráticas y la laicidad del Estado.
Desde mucho antes de los disturbios de Gujarat del año 2002 en los que casi dos mil musulmanes fueron asesinados por extremistas hindúes, la derecha hindú ha ido adquiriendo cada vez mayor poder hasta llegar a amenazar las prácticas constitucionales de la democracia, la tolerancia y el pluralismo religioso que tanto han costado conseguir en la India. Bajo el liderazgo político del Partido Bharatiya Janata, la derecha hindú busca la subordinación de otros grupos religiosos y ha dirigido su particular crítica vitriólica contra los musulmanes, a los que considera demonios que necesitan ser purgados. El futuro dista mucho de estar asegurado, y el extremismo y el exclusivismo hindúes se mantienen como un preocupante obstáculo para la armonía en el sur de Asia.
Creado en 1944 por el jurista Raphael Lemkin, el término «genocidio» designa un tipo de crimen masivo por el que un grupo es destruido intencionadamente, de forma total o parcial, en nombre de criterios nacionales, étnicos, raciales o religiosos. El siglo XX, que empezó con la aniquilación de la población armenia y terminó con el exterminio de los tutsis en Ruanda y la "limpieza étnica" en la antigua Yugoslavia, dejando entre medias las grandes masacres de la era estaliniana, la tragedia de la Shoa y el exterminio de una parte importante de la población camboyana, bien puede llamarse "el siglo de los genocidios". En el presente libro Bernard Bruneteau analiza en detalle los casos del siglo pasado en que se puede aplicar el término, subrayando lo que considera su principal agente de incubación: el potencial de violencia acumulativa presente en algunas experiencias políticas, militares e ideológicas del siglo, como las matanzas derivadas de las conquistas coloniales, las teorías de la lucha por la vida que las sustentaron o la "guerra total" de 1914, que inauguró el encuentro de los europeos con la muerte en masa.
Benjamin Constant publicó su opúsculo De la responsabilidad de los ministros en 1815. Existe una segunda edición de 1817. El texto apareció pocos meses después de la promulgación de la Carta constitucional de 4 de junio de 1814, llamada a regir en Francia tras la restauración borbónica. La intención del autor fue seguramente contribuir a que ese texto constitucional fuese interpretado y aplicado a la luz de la experiencia de la Inglaterra de su tiempo, de manera que sirviera de base para un régimen auténticamente liberal y, por consiguiente, alejado tanto de la reacción absolutista como del autoritarismo jacobino y bonapartista. Así, Constant expone la teoría y la práctica inglesas en materia de responsabilidad ministerial, que se condensan en la institución del impeachment. Su idea central es que la responsabilidad ministerial es una condición indispensable para la existencia de un régimen liberal. Sin embargo, desde un punto de vista intelectual y más allá de la intención política, el principal problema era que la idea misma de responsabilidad de los ministros distaba de ser nítida, incluso en aquella época.
Decir que lo que ocurre en la metrópoli de Occidente -es decir, Estados Unidos de América- acaba llegando en unos años, y en plazos cada vez más cortos, al resto de sus dominios se ha convertido, a fuerza de casos repetidos, en un axioma. El fenómeno de la "cancelación", del que ya se ha empezado a ver tentativas en Europa, es una manifestación que, en sus varias vertientes, ha cobrado vuelo en los últimos años al calor de "guerras culturales" y de la creciente polarización que se dan en EE.UU., y que, degenerando a veces de movimientos legítimos y apoyándose en unas premisas artificiales fundadas en la corrección política, amenaza no sólo con silenciar o eliminar muchos de los elementos que integran la historia de la cultura, sino, lo que es peor, acabar reescribiéndola. De Mark Twain a Philip Roth, de J. D. Salinger a Margaret Atwood, de Dostoyevski a Platón e incluso al mismísimo Homero, Costanza Rizzacasa d'Orsogna reconstruye la génesis y las razones de este terremoto cultural en el contexto histórico y político en el que se ha originado, a la vez que brinda un aviso a navegantes a este lado del Atlántico.
Una ola de descontento recorre el mundo, y cada vez menos personas se sienten verdaderamente felices. Las encuestas revelan un aumento constante de la insatisfacción, el estrés y la depresión a nivel global. ¿Qué está sucediendo? ¿Por qué los niveles de infelicidad alcanzan récords preocupantes? ¿Cuáles son las últimas innovaciones de países, empresas, escuelas y la ciencia para revertir esta tendencia y aumentar la felicidad?
Andrés Oppenheimer explora este fenómeno global y ofrece nuevas perspectivas para salir del pozo de la insatisfacción. A través de una exhaustiva investigación en diversos países, concluye que el crecimiento económico -el parámetro que usamos para medir el progreso- es necesario, pero no suficiente para aumentar la felicidad.
La relación entre capitalismo y democracia se ha vuelto problemática, pero ambos se necesitan mutuamente
Hace tres décadas, tras el colapso de la Unión Soviética, el capitalismo democrático occidental pareció triunfar definitivamente. Hoy, ese sistema atraviesa una crisis profunda. A izquierda y derecha proliferan las voces de quienes afirman que al capitalismo le iría mejor sin democracia, y la de quienes sostienen que la democracia estaría mejor sin capitalismo.
La democracia liberal está amenazada incluso en los países donde nació, Reino Unido y Estados Unidos, en medio de una ola populista global. Los modelos políticos autoritarios y los modelos económicos anticapitalistas siguen ganando popularidad.
¿Por qué ha sucedido esto? Y, sobre todo, ¿qué debemos hacer? Martin Wolf reflexiona sobre el precario equilibrio donde se asienta el binomio capitalismo-democracia.
Si hay un conflicto que está definiendo ahora mismo la geopolítica mundial es la guerra de los chips. Todas las tecnologías actuales, de los misiles a los microondas, de los smartphones a los coches, funcionan con semiconductores. La economía mundial, el equilibrio de poderes, la supremacía militar y el desarrollo industrial dependen de su producción constante. Hasta hace poco, Estados Unidos era el principal productor de semiconductores, lo que le permitía mantener su liderazgo como primera superpotencia mundial. Sin embargo, su posición dominante se ve cada vez más amenazada por competidores de Taiwán, Corea, Europa y, sobre todo, China, que inyecta anualmente miles de millones en un programa de fabricación de procesadores con el fin de alcanzar a su competidor estadounidense. No solo está en juego la prosperidad económica de Estados Unidos, sino también su superioridad militar.
El autor cuenta en primera persona las operaciones que ha realizado desde mediados de los años 60, cuando terminó el servicio militar y fue reclutado para ser un agente de inteligencia. El protagonista es el mismo autor con diferentes nombres, según cada operación. Cuenta cómo ha participado en diferentes operaciones antiterroristas en la lucha contra ETA, cómo intentó convencer a miembros de ETA sin delitos de sangre para alejarles de la lucha armada, crearles una nueva identidad y enviarlos lejos de España.
Cómo se infiltró para conseguir información de alto nivel y evitar atentados. También cómo participó en una operación en el Vaticano para limpiar la corrupción de algunos cardenales y obispos.