Esta colección de textos de Adam Michnik, Premio Princesa de Asturias y figura clave de la transición de su país a la democracia, es la primera antología preparada originalmente para el lector español.
Hijo de supervivientes del Holocausto, disidente en la Polonia comunista, preso político, miembro del sindicato clandestino Solidaridad y director de Gazeta Wyborcza, la vida de Adam Michnik recorre la historia polaca y europea, de la que es testigo intelectual, pero también protagonista político.
La antología se extiende a lo largo de toda su trayectoria, engarzando ensayos esenciales para comprender los grandes desafíos de nuestro tiempo. Desde Nueva vía evolutiva (1976) y la mítica carta escrita en prisión (1983), hasta el epitafio de Aleksiey Navalny (2024), algunos son testimonios históricos de una época pasada, varios resuenan como advertencias tempranas de la deriva europea hacia el populismo y, por último, otros exponen reflexiones de la más acuciante vigencia. Por sus páginas desfilan algunos de los protagonistas de la historia reciente de Europa, desde Thomas Mann a Václav Havel, desde Andréi Sájarov al papa Juan Pablo II. Entre todos ellos, el propio Michnik, por su mente lúcida y su heroico valor, destaca como el más fascinante de los personajes.
¿Podrá España salir del laberinto en el que está atrapada por la ambición de poder de Pedro Sánchez y la deslealtad del nacionalismo catalán?
Dos derivas populistas preocupan a Cebrián en los últimos años: por un lado, la de Pedro Sánchez, dispuesto a todo para permanecer en el poder; por otro, la del nacionalismo catalán, que terminó en un golpe de Estado fallido. Los dos problemas han acabado fatalmente por converger en esta legislatura. De ahí que el «efecto Sánchez» no sólo perjudique a su partido, sino al país en su conjunto.
Ante estos retos, y otros que también revisa este volumen, como la fragilidad democrática de América Latina, la perversión del lenguaje, la gestión de la pandemia como ejemplo del desgobierno y la de la guerra de Ucrania como muestra de la ausencia de criterio en la política exterior, la presión a los medios desde el poder, el ascenso del populismo y la creciente polarización, Cebrián propone un regreso a la era de la razón, del pacto de Estado y de las reformas consensuadas. En tono moderado y con una visión profunda, radiografía los males de España y del mundo. Los artículos aquí reunidos, publicados en el diario El País entre 2018 y 2024, se enriquecen mutuamente, de tal modo que el libro se convierte no sólo en el valiente testimonio de un análisis de nuestra actualidad, sino también en una amplia reflexión necesaria para ayudar a construir «un país mejor».
Al desarme estratégico de Occidente le ha precedido un desarme cultural. El ataque de Rusia a Ucrania nos ha cogido desprevenidos, ocupados en nuestra propia destrucción. Este libro puede ayudarte a entender el regreso de Trump a la Casa Blanca y el ascenso de la ultraderecha en Occidente, en lo que parece una oscilación del péndulo brutal que confirma los augurios más pesimistas del autor.
Por primera vez, es el propio imperio el que contribuye a su colapso. La reescritura de la historia, la corrección política y un antirracismo radical y revanchista, defendidos por el establishment cultural y económico, niegan los valores occidentales y defienden que sólo tenemos pecados que expiar. El ecologismo extremo, religión neopagana de nuestro tiempo, demoniza el progreso económico. Aquellos que no cumplen los nuevos preceptos son cancelados. Los jóvenes, esclavizados por las redes sociales, son manipulados. La alianza entre el capitalismo financiero y las grandes compañías tecnológicas propugna una globalización contra los trabajadores y la clase media. Ya no existen injusticias económicas. Sólo «un planeta que salvar» y un mosaico de identidades que exigen reparaciones.
«El dios que fracasó» es una obra clásica, un documento esencial de la Guerra Fría, que reúne los testimonios de algunos de los escritores más importantes del siglo xx acerca de su fascinación por el comunismo y su posterior desilusión.
El premio Nobel francés André Gide; el poeta y narrador afroamericano Richard Wright, autor de Hijo de esta tierra, uno de los relatos más crudos sobre el racismo en su país; el luchador antifascista y novelista italiano Ignazio Silone; el poeta británico Stephen Spender; el narrador y ensayista Arthur Koestler, y el periodista estadounidense Louis Fischer, biógrafo de Lenin y Gandhi, cuentan cómo la búsqueda de un mundo mejor y el rechazo a las injusticias del capitalismo los llevó a abrazar el comunismo como una nueva religión, defendiéndola con el celo del converso.
Cada uno de ellos fue descubriendo, más tarde, la verdadera naturaleza del credo político al que habían consagrado su fe. Aquel amor inicial se transformó en rechazo y horror al descubrir que, tras los bellos ideales, se escondían crímenes atroces y retrocesos enormes en las libertades, de los que habían sido cómplices involuntarios. Sin abandonar la preocupación por la justicia, sus relatos apóstatas nos ayudan a entender la mentalidad fanática que puede carcomer una sociedad.
«Justificar la mentira, la deshonestidad o el crimen, compartir una fe gregaria y estar en posesión de la única verdad me parecen elementos totalitarios que no han variado ni un milímetro desde 1950. Incluso entre tanta gente que se cree demócrata». Félix de Azúa
La batalla por recuperar la libertad frente a las élites que intentan redefinir nuestro futuro.
Tras la caída del Muro de Berlín, aquellos destinados a liderar la sociedad creyeron que la tecnología y la globalización nos traerían un futuro espléndido. Sin embargo, se convirtieron en víctimas del pensamiento Pluto, una ideología perezosa que parecía invencible. Mientras tanto, algunos jóvenes activistas desde despachos universitarios estaban diseñando una nueva propuesta revolucionaria y social que, años más tarde, tendría en Occidente más influencia de la que jamás tuvo el comunismo.
La caída del Muro no trajo la libertad esperada, sino nuevas cadenas invisibles.
Hoy, quienes estudiaron en los años ochenta y noventa en costosas universidades privadas se preguntan por qué pasaron sus días aplicando políticas de igualdad y sostenibilidad basadas en principios que no compartían. La respuesta radica en que se equivocaron al pensar que la economía y la tecnología resolverían todos los problemas. El resultado contemporáneo es la disputada Agenda 2030, salpicada de dudas y muchos interrogantes, como: ¿Quién ha diseñado la agenda política actual? ¿Por qué el cambio climático es una prioridad por encima de la natalidad? ¿Es más poderoso el que hace la ley o el que logra imponer un nuevo sentido común?
Más allá de un régimen político, la democracia consiste en la vitalidad de la sociedad civil, que exige superar el individualismo. Alvira reivindica la libertad del ciudadano, entendida como responsabilidad y capacidad de acción respecto a lo común.
La democracia es vitalidad y pujanza de la sociedad civil, y exige personas nobles, no individualistas, que antepongan el servicio al propio interés. La verdadera democracia no excluye toda aristocracia. Más bien al contrario: la necesita. El empresario, entre otros, forma parte de ese núcleo humano, y su empresa es, como tal, una institución social. Conforma lo social. Para que la democracia engendre libertad y no solo independencia privada, necesita reinventar su aristocracia: personas que resistan al poder supremo compartiendo con él la responsabilidad por el bien común.
«La guerra de Ucrania acabará, pero la amenaza del Sahel seguirá ahí». Javier Colomina, representante de la OTAN para el flanco sur.
El Sahel es un cinturón que recorre África de este a oeste, desde el mar Rojo hasta el Atlántico. En él viven unos 400 millones de personas repartidas en diez Estados, sometidas a sequías devastadoras, la expansión del terrorismo yihadista, inestabilidad política, golpes de Estado, conflictos armados intermitentes y riesgo de hambrunas. Los problemas de la región se retroalimentan, atraviesan fronteras y suponen una grave amenaza.
Escenarios terribles como las masacres en la franja de Gaza y la guerra en Ucrania han acaparado la atención internacional, dejando en el olvido otros conflictos igualmente crueles, como los de algunos países de África y Asia (por ejemplo, Myanmar, antigua Birmania). Desde abril de 2023, los sudaneses padecen una guerra y una crisis alimentaria atroz de las que apenas llegan imágenes a los televisores europeos y americanos. Sudán forma parte del Sahel, y es en esa franja africana donde se está gestando un conflicto internacional capaz de cambiar sustancialmente el mapa geopolítico mundial, si no la próxima y más catastrófica confrontación bélica.
En el Sahel, muchos actores poderosos maniobran simultáneamente en varios tableros de ajedrez, donde las alianzas cambian con rapidez. Es también allí donde surgen y se incrementan factores desestabilizadores que pueden irradiar hacia el resto del continente africano y Europa.
El colapso de Occidente en África: cómo el continente se convierte en el nuevo campo de batalla por el poder global
El siglo XXI comenzó con la promesa de estabilidad en África mediante alianzas con Occidente. Sin embargo, dos décadas después, la región se ha convertido en un terreno de caos geopolítico, con Occidente perdiendo influencia. En un giro inesperado, Rusia, China y actores no estatales, como el Grupo Wagner, han ocupado el vacío, desatando nuevas tensiones y amenazas que Occidente no anticipó.
Desde los golpes de Estado en el Sahel hasta la proliferación de milicias armadas, El fracaso de Occidente en África analiza, de la mano de la periodista e investigadora Beatriz Mesa, cómo las estrategias fallidas de Estados Unidos, Francia y la Unión Europea no solo resultaron incapaces de generar estabilidad, sino que además abrieron la puerta a competidores que desafían el equilibrio global. A medida que los mercenarios de Wagner se apropian de zonas estratégicas y los recursos naturales africanos se convierten en herramientas de influencia internacional, el mundo enfrenta un nuevo paradigma de poder.
Con más de dos décadas cubriendo algunos de los conflictos más peligrosos del Sahel, Beatriz Mesa ofrece un análisis profundo y revelador sobre el declive occidental en África y sus graves implicaciones para la seguridad mundial. La hegemonía occidental está en riesgo, y las nuevas potencias están redefiniendo las reglas. ¿Cómo pudo Occidente no preverlo?
Habiéndose gestado el feminismo norteamericano –como movimiento y teoría política– en el seno de las luchas abolicionistas y obreras de finales del siglo xix, ¿cómo es posible que la voz y las reivindicaciones de las mujeres negras hayan sido sistemáticamente invisibilizadas por el feminismo blanco liberal? A partir de esta pregunta, Angela Davis traza una nueva genealogía de los movimientos radicales de liberación norteamericanos en la que desvela las raíces comunes de las luchas antiesclavistas y de los movimientos de defensa de los derechos de las mujeres.
A lo largo de sus páginas, se muestra el contexto material y simbólico en el que se fueron plasmando las diversas luchas, la fuerza de la organización colectiva frente a las fuerzas de poder y explotación dominantes. Pero no se trata de un mero ajuste de cuentas con el pasado: también proyecta una mirada al futuro. Una reconstrucción como esta brinda un análisis esclarecedor no sólo para denunciar las situaciones de injusticia, sino para explicitar las estrategias de lucha y los problemas de composición de las diferencias que, hoy día, siguen desgarrando los movimientos políticos.