Una IA aprendió a ganar al ajedrez realizando jugadas que los grandes maestros nunca habían concebido. Otra IA descubrió un nuevo antibiótico analizando propiedades moleculares que los científicos no comprendían. Aviones propulsados por IA están derrotando a experimentados pilotos en combates aéreos simulados. La IA está irrumpiendo en la investigación, la transmisión en directo o streaming, la medicina, la educación y muchos otros campos y, al hacerlo, está transformando la forma en que los humanos experimentan la realidad.
La era de la Inteligencia Artificial es una hoja de ruta esencial para nuestro presente y nuestro futuro, una era distinta a todas las anteriores.
Desde el comienzo del milenio, cuando Vladimir Putin tomó el poder en Rusia, diferentes líderes autoritarios han llegado a dominar la política mundial. Autodenominados hombres fuertes han llegado al poder en Moscú, Beijing, Delhi, Brasilia, Budapest, Ankara, Riyadh y Washington.
¿Cómo y por qué llegó este nuevo estilo de liderazgo de hombre fuerte? ¿Qué posibilidades hay de que conduzca a una guerra o al colapso económico? ¿Y qué fuerzas existen no solo para mantener a raya a estos hombres fuertes, sino también para revertir la tendencia?
Estos líderes fomentan el culto a la personalidad. Son nacionalistas y conservadores sociales, con poca tolerancia a las minorías, la disidencia o los intereses extranjeros. En casa afirman defender a la gente común contra las élites globalistas; en el extranjero, se presentan como las encarnaciones de sus naciones. Y no solo están operando en sistemas políticos autoritarios, sino que han comenzado a surgir en el corazón de la democracia liberal.
Pensábamos que conectar el mundo traería una paz duradera. Pero, más bien, nos está separando. En las tres décadas desde el fin de la Guerra Fría, los líderes mundiales han estado integrando la economía, el transporte y las comunicaciones del mundo, derribando fronteras con la esperanza de hacer imposible la guerra. Pero han creado, sin pretenderlo, un formidable arsenal de armas para conflictos de nueva generación.
Crece el conflicto entre individuos en las redes sociales, en Europa del Este, y entre Estados Unidos y China; se extiende la guerra cibernética y la amenaza de grandes flujos migratorios; hay incapacidad para cooperar en el cambio climático o en el modo de afrontar una pandemia; no hay un consenso que permita distinguir entre guerra y paz, y que establezca sanciones aprobadas por todos.
Como líder autorizado en relaciones internacionales, Mark Leonard ha estado en muchas de las salas donde se decide nuestro futuro, desde la sede de Facebook y los laboratorios de reconocimiento facial en China hasta los palacios presidenciales y los centros militares más remotos. Al tratar de comprender cómo la globalización ha roto su promesa de hacer nuestro mundo más seguro y próspero, Leonard explora cómo alcanzar un futuro más esperanzador en una era sin paz.
La construcción de la sociedad comunista, donde se da a cada cual según sus necesidades, permanece siempre como objetivo fundamental, independientemente de las condiciones, los cambios y los procesos que determinan las relaciones de fuerza existentes". En este libro, Antonio Negri toma la intervención de Lenin en el pensamiento obrero ante la primera gran crisis capitalista en torno a la denominada guerra imperialista para explicar la mutación de la composición de clase que componía la fuerza de trabajo. Negri defiende la capacidad del leninismo para adaptarse a diferentes configuraciones de la clase trabajadora en Rusia, China, América Latina y otros lugares. Con esta reflexión de las tesis leninistas, Negri trata de renovar la lectura marxista un siglo después con los escritos de Lenin
Desde hace algunas décadas, las solicitudes de cambio de sexo entre niños y adolescentes se han disparado de forma alarmante, tanto en Estados Unidos como en Europa. El peso de la cultura LGBTQI ha dado una mayor visibilidad a la «disforia de género», que traduce una sensación de inadecuación entre el sexo de nacimiento y el que se «siente».
Bajo la premisa progresista de que librarse de las diferencias anatómicas y genéticas entre los sexos es algo emancipador, el transgenerismo pretende abolir el «binarismo» de género y legitimar la sensación de haber nacido en el «cuerpo equivocado».
Se le hace creer así al niño que puede estar experimentando problemas de identidad sexual en su etapa de inmadurez, que puede «autodeterminarse» y elegir su sexo en función de sus vivencias. Varios países están avanzando hacia una legislación en la que basta con querer cambiar de sexo para poder hacerlo, sin el consentimiento de los padres ni el consejo médico, y basándose únicamente en los sentimientos, que se erigen como la verdad.
"El 20 de noviembre de 1992 secuestraron a Maria Àngels Feliu Bassols, farmaceutica de Olot. Esta mujer, madre de tres hijos, pasó dieciseis meses bajo tierra, enterrada viva en un agujero del tamaño de un armario. Arañas, hormigas, ratas, serpientes y humedad fueron sus compañeras de cautiverio."
Así empieza la historia increíblemente real de uno de los casos más extremos de la crónica negra española. Aquel crimen se transformó en un drama humano cuya investigación, repleta de errores policiales y judiciales, estuvo acompañada de vergonzosos ejemplos de periodismo basura.
Por si fuera poco, los captores de Maria Àngels se mostraron incapaces de culminar el secuestro expres que habían planeado. Lo único que lograron fue eternizar el suplicio de una mujer que sobrevivió a tan adversas circunstancias gracias a su determinación y su fortaleza psíquica. Tras ser liberada, aún tuvieron que transcurrir cinco años para que los responsables fueran detenidos y otros cuatro para juzgarlos.