Una propuesta para repensar nuestra relación con el trabajo y el papel del trabajo intelectual en la sociedad contemporánea.
Tiempo atrás, algunos pensadores nos vendieron la idea de un futuro en el que el ocio ocuparía el centro de nuestras vidas mientras las máquinas trabajarían por nosotros y crearían riqueza. Ese futuro utópico no llegó jamás, y a lo que nos enfrentamos es a un presente en el que al hablar del mundo laboral nos vemos abocados a utilizar palabras como hiperproductividad, precariedad, competición, burocracia…
Ante este panorama, Remedios Zafra se rebela y dice a la vez sí y no. No a la violencia burocrática, a la tristeza administrativa y a la deshumanización tecnológica; al desafecto que se extiende entre los trabajadores cuando su tiempo está ocupado por tareas que nada tienen que ver con su propósito: investigar, enseñar, crear… Sí a transformar esta situación, a liberar el tiempo propio, del que nacerían mejores ideas y mayor compromiso con aquello que hacemos, con la sociedad, los cuidados y el planeta, la atención que requieren la justicia y la ciencia, o el goce de la cultura.
Este informe pone al mando el alma y el estómago frente a tecnologías que en nada contribuyen a la emancipación. Frente al hartazgo de un hacer mecánico que engendra desapego, la autora se pregunta: ¿qué está en juego si el trabajo intelectual sigue cediendo a la obediencia?, ¿quiénes perturbarán a las personas para recordarles que son personas?, ¿quiénes intentarán cambiar pesimismo por crítica, resignación por vínculos?
Instituto Tavistock: organismo real situado en Essex, Inglaterra, creado para controlar el destino de todo el planeta y cambiar el paradigma de la sociedad contemporánea.
Después de vender tres millones de ejemplares en todo el mundo con La verdadera historia del Club Bilderberg, Daniel Estulin destapa ahora la existencia del Instituto Tavistock, un organismo real considerado el máximo centro mundial de control mental, una sofisticada organización creada para controlar el destino de todo el planeta y cambiar el paradigma de la sociedad contemporánea.
En este libro revolucionario, Estulin revela los orígenes y el del Instituto, quién está detrás del mismo, cuáles son sus objetivos y cómo nos afecta a nosotros, las víctimas, en nuestra vida cotidiana. Pero también aprenderemos a combatir sus métodos. Desde la música, pasando por la contrainsurgencia, las drogas, la televisión.
A fin de cuenta, todos estamos expuestos a los oscuros mecanismos creados por un grupo de psicólogos, psiquiatras y antropólogos pagados por la oligarquía internacional que controla el mundo a fin de favorecer sus propios intereses.
Albert Marquès nos muestra la realidad del sistema penitenciario estadounidense a través de la historia de Keith Lamar, un afroamericano en el corredor de la muerte.
A lo largo de más de treinta años aislado en una diminuta celda del corredor de la muerte de una prisión de Ohio, Keith LaMar ha logrado mantenerse cuerdo escuchando jazz e intentando entender por qué la justicia estadounidense lo eligió a él. Acusado sin pruebas materiales y después de que los fiscales ocultaran testimonios que le exoneraban, un tribunal formado exclusivamente por blancos le condenó a la pena capital por cinco asesinatos ocurridos durante un motín carcelario en Lucasville, en 1993. Desde entonces, ha luchado por demostrar que es inocente y por recordar que es un ser humano.
En mitad de la pandemia del covid-19 y el movimiento Black Lives Matter, Albert Marquès, pianista de jazz de Granollers residente en Nueva York, conoció su historia y, tras meses de amistad y colaboración, crearon juntos el disco Freedom first, al que ha seguido una serie de conciertos en América y Europa en los que el propio LaMar interviene por vía telefónica recitando sus escritos.
A partir del caso de LaMar, El jazz en el corredor de la muerte analiza el racismo inherente en la justicia estadounidense, el multimillonario negocio de la privatización de las prisiones y la lucha por seguir mentalmente sano dentro de un sistema penitenciario diseñado para el castigo. Pero, sobre todo, este libro habla de aferrarse a la verdad y a la vida en condiciones extremas, de la fuerza del jazz para unir a los seres humanos y del poder de la música para superar la adversidad.
Como sociedad, estamos olvidando que casi todos los sucesos extraordinarios que han tenido lugar en la historia los han llevado a cabo personas que creían en los valores judeocristianos y en el poder de la razón nacido en la Grecia clásica. Estas ideas pueden resumirse en dos nociones relacionadas. La primera, que todos los humanos están hechos a imagen de Dios y la segunda, que los humanos nacen con una capacidad de razonar que les permite explorar el mundo.
Esos valores, cuya historia relata de manera asombrosamente ágil y profunda este libro, permitieron el nacimiento de la ciencia, el sueño del progreso, los derechos humanos, la prosperidad, la paz y la belleza artística. Construyeron Occidente, derrotaron al nazismo y el comunismo, sacaron a miles de millones de personas de la pobreza y les proporcionaron un objetivo moral.
Sin embargo, hoy en día el sectarismo, el hedonismo, el progresismo, los gobiernos autoritarios de izquierdas, el feminismo y el materialismo científico están a punto de echar a perder los logros conseguidos.
No debemos permitirlo. El lado correcto de la historia es, al mismo tiempo, una explicación de los valores judeocristianos y la ley natural griega responsables de la grandeza de Occidente y la mejor defensa que se puede hacer de ellos.
Ha habido muchos ladrones de arte a lo largo de la historia, pero ninguno como Stéphane Breitwieser. Él nunca robó por dinero, sino que sustraía solo aquellas piezas cuya belleza lo embelesaba, y exponía esos tesoros en un par de habitaciones secretas de su casa, donde podía admirarlos a su antojo. Nuestro ladrón tenía, además de una gran sensibilidad artística, una habilidad innata para burlar casi cualquier sistema de seguridad, y consiguió perpetrar un número asombroso de robos a plena luz del día, sin armas ni amenazas, mientras su novia distraía a los guardias de seguridad. Pero ese talento iba unido a un creciente desprecio por el riesgo y una necesidad adictiva de fijarse nuevos retos, ignorando las súplicas de su novia para que dejara de hacerlo, hasta que un último acto de arrogancia acabó con todo.
A lo largo de casi ocho años, Breitwieser recorrió museos y catedrales de toda Europa, donde robó más de trescientos objetos —entre ellos cuadros de Pieter Brueghel el Joven, Antoine Watteau o François Boucher— y llegó a acumular más de 1.400 millones de dólares en piezas de coleccionismo de primer nivel. En El ladrón de arte, un auténtico rompecabezas con giros que resultan casi increíbles, Michael Finkel explora con brillantez la emoción de los golpes que llevó a Breitwieser a seguir adelante y narra de manera genial la historia de este ávido coleccionista para quien los museos no eran más que prisiones donde el arte se encontraba recluido.
Comenzando en su ciudad natal de Nueva Orleans, Clint Smith nos guía en un inolvidable recorrido por monumentos y lugares emblemáticos que ofrecen una historia intergeneracional de cómo la esclavitud ha sido fundamental para dar forma a la historia colectiva de Estados Unidos y sus habitantes. La historia de la plantación de Monticello, en Virginia, la finca donde Thomas Jefferson escribió cartas en las que defendía la urgente necesidad de libertad mientras esclavizaba a más de cuatrocientas personas. La historia de la Plantación Whitney, una de las únicas antiguas plantaciones dedicadas a preservar la experiencia de las personas esclavizadas cuyas vidas y trabajo la sustentaron. La historia de Angola, una antigua plantación convertida en prisión de máxima seguridad en Luisiana que está llena de hombres negros que trabajan en los dieciocho mil acres de terreno prácticamente sin remuneración. Y la historia del cementerio de Blandford, lugar de descanso final de decenas de miles de soldados confederados. El legado de la esclavitud es una investigación profunda y una exploración conmovedora del legado de la esclavitud y su huella en siglos de historia de Estados Unidos.