Los conceptos de «cultura» y «valores» que vertebran la presente reflexión son no solamente amplios, sino esencialmente difusos. Y, sin embargo, a pesar de su indeterminación terminológica -o precisamente por ello-, son omnipresentes en el lenguaje empresarial y organizativo. A pesar de la dificultad de su delimitación conceptual y, por ello, de su supuesta menor operatividad, la cultura organizacional y los valores que la configuran constituyen la clave de bóveda del análisis ético en y de las entidades. El concepto cultura es el que mejor define el ambiente, el estilo o el sustrato de una organización; condiciona qué tipo de relaciones se establecen en la entidad, y entre esta y la sociedad. Media la percepción de la realidad y también condiciona los criterios, procesos y tipo de decisiones que se toman tanto en el corto como en el medio y largo plazos y remite directamente a los valores en los que se sustenta. El ejercicio de definición de los valores de la empresa, desde la ética, permite también distinguir entre los mínimos de conducta que se han de cumplir y los ideales y aspiraciones compartidas que definen la identidad de la organización.
Curso de Media Management muestra, paso a paso, el uso de los frameworks más avanzados en la gestión de medios de comunicación digitales. Aprenderás, de forma práctica y con multitud de ejemplos, tecnicas avanzadas que te permitirán alcanzar tus objetivos de audiencia y negocio. Conocerás en profundidad los problemas a los que se enfrentan los medios, la necesidad de definir un propósito, las peculiaridades de su liderazgo bicefálico, sus dependencias, sus fortalezas y debilidades.
Los griegos tomaron Troya; Temístocles venció en Salamina; Aníbal mantuvo en jaque al ejército romano... ¿Qué tienen en común estos y otros episodios del mundo antiguo? El uso de trampas, trucos y engaños; en una palabra, estratagemas para dominar al enemigo. La historia antigua está repleta de acontecimientos en los que someter al otro ha sido posible gracias a un destello de astucia decisivo en el fragor del enfrentamiento.
Aunque hicieran creer que eran los enemigos quienes perpetraban contra ellos las artimañas más ambiguas, en realidad, griegos y romanos nunca tuvieron reparos en utilizar medios tortuosos y fraudulentos. Consideraban que la inteligencia era el arma más eficaz, fiable y competente para superar las dificultades, vencer a los enemigos e imponerse en la escena política.
Sé coherente, Sé veraz, Sé cortés, Sé claro, son regulaciones del buen uso que actúan como imperativos: del cumplimiento o de la violación de estas máximas deriva el éxito o la ruina de la comunicación.
Lenguaje claro y accesibilidad comunicativa mantienen estrechos vínculos. Ambos conceptos coinciden en un mismo objetivo: solucionar problemas en la comprensión de mensajes.
Ser una planta exige una creatividad biológica extraordinaria. Y, efectivamente, las plantas han desarrollado estrategias muy ingeniosas para poder sobrevivir y prosperar a pesar de no poder desplazarse. En los últimos años, los científicos han descubierto que se comunican, reconocen a sus familiares, presentan conductas sociales, escuchan, se camuflan, almacenan recuerdos útiles que informan de su ciclo vital e incluso manipulan a animales en su propio beneficio, por citar solo algunos de sus sorprendentes talentos. Si las observamos de cerca, descubriremos que, lejos de imitar la inteligencia humana, las plantas han creado lo que parece un sistema paralelo.