Los animales que aparecen en este libro tienen en común que nos van a dejar a todos con los ojos como platos. Ya sea por alguna característica singular de su aspecto, como el mono narigudo, su sistema de protegerse, o la extraña manera de hacer sus deposiciones, todos ellos son únicos, peculiares, curiosos, insólitos y originales.
Gyo, el hijo de Ren, el sacerdote del templo, acaba de romper un precioso jarrón de porcelana. Se escapa al bosque y allí conoce a Baba-san, el espíritu que vela por el templo. Baba-san le va a ayudar a superar su torpeza al confiarle una misión arriesgada. A fuerza de perseverancia y gracias a su ingenio, Gyo va a tener éxito y reparará su falta.
Cuando los reyes de la selva presentan al pequeño príncipe león, todos los animales presuponen que será tan valiente como el resto de la manada. Sin embargo, este leoncito tiene tanto miedo… Y es que su mundo está lleno de peligros: la oscuridad, las sombras, los monstruos, las brujas, los fantasmas, los vampiros, etc. Pero quién tiene un amigo tiene un tesoro y nuestro león contará con el apoyo de un ratoncito para dejar atrás todos sus temores.