Yo mis cantares lancé a los vientos, yo di a las brisas mi inspiración; tu amor grandeza dio a mis acentos: fine fueron tuyos mis pensamientos en esos himnos del corazón. Salomé Ureña «a mi madre».
¡CONOCE LA VERSIÓN DE ESTA HISTORIA CONTADA POR LAS CRIATURAS SUBMARINAS! En esta parlanchina aventura acuática, acompaña a Dory y a sus otros chiflados amigos en una misión para encontrar a su familia. Habrá risas (y no sólo las del pez payaso); habrá lágrimas (principalmente de una almeja desconsolada); y, lo más importante, habrá mucha familia.
Anochece y los Hollins, completamente perdidos, deciden acampar en pleno bosque sin sospechar nada. Ni siquiera desconfían cuando amanece y descubren que han montado la tienda cerca de un castillo con muy mala apariencia y que unos extraños perros de aspecto feroz enloquecen por ellos. ¡Al contrario! Acaban de decidir que lo más conveniente es enviar a Henry, el más pequeño de la familia, a saludar a los propietarios del castillo.