¿Qué derecho podían invocar los gobernantes norteamericanos para atropellar así la libertad de un pueblo soberano? ¡Ninguno! se hacían culpables de un gravísimo delito, que atentaba contra nuestra nación. Contra América y contra el resto del mundo. El principio de No Intervención, base fundamental de las relaciones entre los pueblos civilizados, fue tan brutalmente desconocido que aún se escucha por toda la vastedad del planeta el eco de la más dura repulsa contra los invasores. Francisco Alberto Caamaño Deñó 3 de septiembre de 1965
Nuestro pedazo de isla, nuestra bella y entrañable Quisqueya, ha sido desde sus orígenes mismos, una ingenua a la que casi todos, de una manera u otra, de buena o de mala fe, han engañado; han usado para servir intereses extranjeros o intereses particulares, según fuere el momento histórico que se estuviese viviendo. Manolo Tavárez Justo
En un campo dominicano, la familia de María siembra aceitunas. Como la cosecha no prospera, tendrán que abandonar la finca, y esto los llena de tristeza. Un día, el padre de María llega de la ciudad, acompañado del indio Quisqueya, y trae una fruta desconocida para ella: naranjas. Esa noche la niña sueña que siembra semillas de naranja y al dar gracias, inspirada por Quisqueya, una señora de manto brillante y corona de estrellas se le aparece. Después la familia volverá a sembrar la tierra con renovadas esperanzas.