It’s time for Sleepy Sheepy’s very first sheepover! But when it’s time for bed, Sleepy Sheepy CANNOT SLEEPY! You see, his blankets scratch, and his pj’s don’t match! Sleepy Sheepy…misses his home! Will Grammy and Grampy ever get their favorite little sheep to sleep?
From acclaimed author Lucy Ruth Cummins and brought to life by New York Times bestselling illustrator Pete Oswald (The Bad Seed, The Good Egg, The Smart Cookie, The Sour Grape), Sleepy Sheepy and the Sheepover is a fun and funny bedtime read-aloud that will appeal to any child who has felt a bit unsure at their first sleepover.
What if the narrator of the book you’re reading is just…WRONG?! This hilarious book from the author of The Day the Crayons Quit will have you correcting what you’re reading—and laughing!
Do bicycles say cock-a-doodle-doo? Do firefighters shout Ding Dong! before they put out a fire?
That’s what the narrator of this hilarious picture book thinks! Good thing there are some other characters in this book to set him straight…
With bright bold illustrations, this laugh-out-loud funny story, written by the author of The Day the Crayons Quit, is sure to give kids—and grown-ups—a serious case of the giggles.
Because a flower goes chugga-chugga-choo-choo. Right? Right?
Celaena Sardothien ha sobrevivido a mortíferos combates y a la demoledora experiencia del desamor, pero a un costo indescriptible. Ahora debe viajar a una nueva tierra para enfrentar su más oscuro pasado, una verdad sobre su historia que podría darle un vuelco a su vida, y a su futuro, para siempre.
Mientras tanto, brutales y monstruosas fuerzas se van reuniendo en el horizonte e intentan esclavizar su mundo. Para derrotarlos, Celaena debe hallar la fortaleza no solo para combatir a sus propios demonios internos, sino para vencer al mal que está a punto de desencadenarse.
La vida de Jace ha cambiado radicalmente. Está a punto de comenzar la universidad y de cumplir sus sueños de convertirse en doctor, pero, sin embargo, es incapaz de alegrarse. Su corazón se ha quedado anclado en aquella noche de hace cuatro años, cuando perdió al amor de su vida. Porque ¿cómo pasa uno página tras algo así?
Pero entonces conoce a Charlotte. Tan parecida a Charlie y al mismo tiempo tan distinta. ¿Será esta su oportunidad de recuperar la ilusión perdida? ¿Se atreverá Jace a dar el paso para enamorarse y ser feliz de nuevo?
Robar un corazón es la misión más peligrosa.
Un romance fantasy lleno de acción y de intrigas sobre una chica que se verá atrapada entre dos cortes y sus seductores príncipes
Brie sería capaz de hacer cualquier cosa antes que hacer un pacto con los fae; morir suena mejor que verse envuelta en una de sus estratagemas. Pero cuando un sádico rey fae secuestra a su hermana, Brie estará dispuesta a todo, incluso a hacer un pacto con el mismo rey para robar tres reliquias mágicas de incalculable poder en la corte rival.
Pero acceder al castillo no es una tarea sencilla. Su única opción es hacerse pasar por una de las jóvenes candidatas a casarse con el príncipe Ronan, un príncipe que quizá no es tan malvado como ella pensaba. No dispuesta a que sus sentimientos pongan en peligro su objetivo, Brie aceptará la ayuda del líder de una banda de rebeldes. Cuanto más tiempo pase con él, más le costará resistirse a sus encantos.
Atrapada entre dos cortes, Brie tendrá que decidir en quién puede confiar. Sin que su corazón la traicione.
¿Y si te enamoraras de la persona menos indicada?¿Lo arriesgarías todo por una posibilidad?
Él nunca lo ha tenido fácil y esconde su vulnerabilidad tras una apariencia despreocupada.
Ella desea salir al mundo y conocer el amor.
Él esconde cicatrices mucho más profundas que las que marcan su piel.
Ella quiere volar alto y cumplir ese sueño que no se atreve a confesar.
Ren y Jisoo se conocen desde niños y no podrían ser más diferentes.
Sin embargo, cuando el destino los ponga a prueba, descubrirán que el corazón no entiende de reglas.
Porque hay polos opuestos que encajan y sentimientos más fuertes que el miedo a lo prohibido.
Porque el amor no sabe de imposibles y, a veces, merece la pena apostarlo todo por un puñado de quizás.