Todos tenemos una prueba que cumplir. El primer paso es descubrirla. Serena creyó que había perdido todo, pero recibió una segunda oportunidad. Aunque a veces, un obsequio puede ser también una maldición.
Serena sabe que murió. Recuerda el frío del cuchillo en su pecho, la sensación de estar atrapada dentro de su cuerpo, el silencio. Y sobre todo recuerda que la Muerte se presentó frente a ella y le dio otra oportunidad. Podrá vivir, pero solo a costa de los demás, tomando la energía que el resto de las personas conservan en sus cuerpos. Dividida entre su deseo de llevar una vida normal y la culpa por dañar a quienes más quiere, Serena intenta encontrar la clave de su destino. Luca, el chico de sus sueños, está dispuesto a ayudarla. Con la energía de sus besos y sus caricias, ella logra mantenerse fuerte. Lo bastante fuerte como para descubrir quién fue su asesino. Y vengarse.
La razón y el deseo entran en conflicto en este romance de verano ambientado en Italia.
Maya Killgore tiene veintitrés años y todavía está en proceso de descubrir qué hacer con su vida.
Conor Harkness tiene treinta y ocho, y Maya no puede dejar de pensar en él.
Es un cliché tan manido que le va a explotar el corazón: hombre mayor y mujer más joven; ricachón que trabaja en el sector biotecnológico y estudiante de posgrado con dificultades para llegar a fin de mes; el mejor amigo de su hermano y la chica en la que él ni se había fijado. Como bien le ha dicho Conor en más de una ocasión, la dinámica de poder está demasiado descompensada. Cualquier relación entre ellos sería conflictiva por muchos motivos, así que Maya debería quitárselo de la cabeza. Al fin y al cabo, Conor ha dejado claro que no quiere que ella forme parte de su vida.
Pero no todo es lo que parece, y los clichés a veces pueden convertirse en un giro en la trama.
Avery, Isabella, Odina, Lee y Josie son jóvenes, salvajes e inseparables desde que se conocieron en un campamento de surf en una pequeña isla frente a la costa de Carolina del Sur. Están viviendo el verano de sus vidas hasta que, de pronto, Josie desaparece sin dejar rastro.
Diez años después aparece una pista…