Un relato muy adecuado para mostrar a los niños el problema de la demencia senil o del Alzheimer. es una bonita historia sobre los lazos entre abuelos y nietos y los recuerdos.
Tobías se considera un buen detective, por lo que toma notas de todo cuanto le explican sus entrevistados. Ser un niño no le impide hacer un trabajo serio sobre el pasado de su personaje: Elvira.
Olivia lleva veinte años sin querer regresar al pueblo; lo que pasó allí es demasiado doloroso de recordar. Pero el problema de darle la espalda al pasado es que no vemos cuándo vuelve a nosotros con fuerza.
En el momento en que su jefa la obliga a escribir un reportaje sobre el lugar adonde juró no volver, a Olivia no le queda otra: debe enfrentarse a sus fantasmas, que parecen pesar más de lo que pensaba.
La aparición de unos botones en su mesilla, fruto de una antigua leyenda local, la llevará a recorrer la comarca de la mano de alguien en quien llevaba tiempo sin pensar, pero que tal vez ocupaba un espacio en su corazón que no recordaba ni ella. Pero ¿cómo dejar entrar al pasado después de haberlo bloqueado durante tantísimo tiempo?
¿Hay que seguir apostando por el amor por muy inoportuno e inevitable que sea, o aceptar que algunas veces puede convertirse en un punto muerto entre lo que pudo ser y lo que nunca será?
Josh siempre lo ha tenido todo fácil: es una persona que cae bien, con una novia maravillosa, un trabajo de paso y unos amigos que comparten sus gustos. Es feliz con poco, sin problemas.
Entonces, conoce a Alessandra. Venida de Italia, llega para trabajar con él en el Madame Tussauds. Ella también tiene novio, amigos y una vida. Sin embargo, en cuanto congenian Josh sabe que ya no hay vuelta atrás.
Porque de la amistad al amor hay un paso, y ellos no hacen más que bailar en esa línea fina que los separa.
Eso son problemas, errores y demasiados asuntos que Josh no sabe gestionar.
Pero si Less de verdad es su alma gemela, ¿está dispuesto a sacrificar la facilidad de su vida por tirarse al vacío?