Escándalos, fiestas salvajes, celos, secretos, mentiras, amores prohibidos y todo ello con el glamour del Olimpo. Parece ser que los dioses no son tan diferentes a nosotros, especialmente cundo se meten en problemas.
Acompaña a Perséfone en su nueva y fascinante vida en el mundo de los dioses donde tendrá que aprender a vivir, aunque vaya en contra de sus deseos más profundos, bajo las reglas inquebrantables que reinan en el Olimpo. ¿Podrá dar rienda suelta a su amor prohibido con el dios Ares? Adictiva y apasionante, Lore Olympus se ha convertido en una de las mejores historias mitológicas que jamás se hayan contado. Sumérgete en el fenómeno número uno de WEBTOON escrito e ilustrado por Rachel Smythe.
Sé testigo de lo que los dioses hacen... después del atardecer.
Las amistades y las mentiras, los chismes y las fiestas salvajes y, por supuesto, los amores prohibidos. Parece ser que los dioses no son muy diferentes a nosotros, especialmente cuando se meten en problemas.
Esta historia superadictiva y con mucho estilo es una de las mejores de la mitología, vista desde los ojos de Perséfone, como nunca la habías visto.
El amor romántico lo inunda todo. Está en las películas, los libros, las canciones y los programas de televisión. Y además aparece siempre en singular: EL AMOR. Lo inunda todo y no deja espacio para nada más. Como si fuera el único y el más importante, el que hay que conseguir para convertirte en una persona entera, para sentirte completo y ser, como si no hubiera más, como si los plurales no fueran posibles. Es así el preferente, la cúspide, la meta, el de verdad. Pero ¿que pasa si hablamos de los amores? De todos esos secundarios, figurantes, dobles de luces y sucedáneos del amor-amor.
Pues que entonces el relato cambia.
En este precioso álbum ilustrado por Naranjalidad, Roy Galán reflexiona con su estilo único sobre el amor romántico y sobre todos esos otros amores que configuran nuestra vida construyendonos tanto (o más) que el amor de pareja. Aquí se trata de alumbrar, rescatar y dar importancia a todos los amores por igual. Porque repartir el peso del amor es la única forma de amar mejor.