Layla, de diecisiete años, solo quiere ser normal. Pero con un beso que mata a cualquiera que tenga alma, ella es cualquier cosa menos normal. Mitad demonio, mitad gárgola, Layla tiene habilidades que nadie más posee. Criada entre los Guardianes -una raza de gárgolas que tiene la misión de cazar demonios y mantener a la humanidad a salvo-, Layla intenta encontrar su lugar, pero eso significa esconder su lado oscuro de aquellos que más ama. Especialmente del atractivo Zayne, un Guardián de quien ha estado enamorada desde siempre. Cuando menos se lo espera, Layla conoce a Roth, un demonio sexy y tatuado que dice saber todos sus secretos. Layla es consciente de que debería permanecer lejos de ese chico, pero hay algo que se lo impide-, sobre todo cuando se percata de que con él sus besos no son mortales, ya que Roth no tiene alma. Pero en el momento en que Layla descubre que ella es la razón del violento levantamiento demoniaco, confiar en Roth no solo puede arruinar su oportunidad con Zayne- Podría convertirla en una traidora para su familia. Peor aún, podría llevarla a un viaje sin retorno al fin del mundo.
En La heredera, se inició una nueva era en el mundo de La Selección. Han pasado ya veinte años desde que America Singer y el príncipe Maxon se enamoraron. Ahora le toca el turno a su hija Eadlyn, quien tendrá que escoger entre treinta y cinco pretendientes, y está más que convencida de que allí no encontrará el amor verdadero. Pero el corazón a veces hace de las suyas y nos sorprende, y Eadlyn se verá en una encrucijada en la que deberá tomar la decisión más dificil e importante de su vida.
Sofía tiene tres amores: su gata Holly, los libros y El café de Alejandría. Sofía trabaja allí como camarera y es feliz. Sofía no tiene pareja y tampoco la busca, aunque desearía encontrar la magia. Sofía experimenta un chispazo cuando él cruza por primera vez la puerta. Él aparece por casualidad guiado por el aroma de las partículas de café... o tal vez por el destino... Él se llama Héctor y está a punto de descubrir dónde reside la magia