Hija de uno de los mayores mitos de Estados Unidos y criada en el territorio salvaje de Graceland, Lisa Marie Presley cuenta por primera vez su historia en estas memorias sinceras, conmovedoras y totalmente únicas, fielmente completadas por su hija, Riley Keough.
En 2022, Lisa Marie Presley le pidió a su hija que la ayudase a terminar las memorias que tanto tiempo llevaba preparando.
Un mes después, Lisa Marie fallecía, dejando al mundo sin la posibilidad de escuchar su historia en sus propias palabras. Nunca llegarían a descubrir a la mujer apasionada, alegre, cariñosa y complicada que Riley tanto quería y añoraba.
Riley recogió las cintas que su madre había grabado para el libro, se tumbó en su cama, y escuchó a Lisa Marie contar historia tras historia sobre cómo solían estrellar coches de golf en los jardines de Graceland, sobre el amor incondicional que le profesaba su padre, sobre el tiempo que pasaban en la planta de arriba, solos los dos. Y sobre cómo tuvieron que sacarla a la fuerza del cuarto de baño mientras corría chillando hacia su cuerpo, inerte en el suelo. Sobre su vida con su madre en Los Ángeles, donde pasaba de un colegio a otro, acumulando expulsiones, siempre metida en líos. Sobre la especial relación con Danny Keough, que se prolongó durante toda su vida, sobre su matrimonio con Michael Jackson y todo lo que tenían en común. Sobre la maternidad. Sobre los abismos de la adicción. Sobre la tristeza que la acechaba constantemente. Riley supo que tenía que cumplir el deseo de su madre y compartir esos recuerdos, incandescentes y dolorosos, con el mundo.
Salvaje, voraz y creativa: así fue la vida de la pintora Suzanne Valadon. Hija de una lavandera viuda, hizo y fue de todo antes de dedicarse a la pintura: modista, obrera, florista de una funeraria, camarera, acróbata, modelo… Pero, en aquel Montmartre parisino de finales del siglo XIX e inicios del XX, en un momento en el que las mujeres quedaban relegadas al salón burgués, al claustro conventual, a la máquina proletaria o al lecho prostibulario, Suzanne no se dejó encasillar. Modelo de algunos de los artistas más aclamados de la primera modernidad, como Renoir, Degas o Toulouse-Lautrec (quien la bautizó tal como ahora la conocemos), no tardó en convertirse ella misma en una afamada pintora. Así, entre lienzos, amantes y alcohol, consiguió salir de la extrema miseria en la que había vivido hasta el momento y comenzó a disfrutar del reconocimiento de los exigentes círculos artísticos parisinos y de una notable fortuna que no le preocupó malgastar antes de morir. Entretanto, pintó su vida de colores, se la comió a mordiscos y se la bebió de un tirón.
En 1870, el enfado de Cézanne (1839-1906) ante los sucesivos rechazos del Salon parisino a su trabajo acabó en advertencia: «Reirá mejor quien ría el último». Tomó dos guías seguros, Hércules y Moisés. Y buscó sin desaliento dotar a su arte de una base ética y conseguir «la lógica de las sensaciones organizadas». Arte, ciencia, literatura y filosofía recorren cada momento de su paciente trabajo. Para descifrar su objetivo: «la verdad en pintura». Y para ello diseñó un triple programa: escrúpulos ante las ideas, sinceridad ante uno mismo, sumisión ante el objeto. De modo que en la mente de Cézanne se registró una biblioteca imaginaria en tres volúmenes. El primero contenía la creencia de que tenía un proyecto, un camino, y que bastaba con seguirlo sin desfallecer. El segundo era un ensayo sobre el mundo moderno en el que se declaraba que éste era un lugar desgarrador pero que, sin trascenderlo, todo trabajo era inútil.
Se sabe que Gertrude Stein era una mujer atrevida en sus opiniones y con un sentido del humor peculiar; pues bien, el título mismo de este libro demuestra su talento y la voluntad de ir más allá de lo establecido en cuanto a géneros literarios: aparentemente estamos leyendo un texto autobiográfico y quien lo firma es Alice B. Toklas, la secretaria y compañera sentimental de la gran autora, pero quien está detrás de estas páginas es la misma Gertrude Stein.
Así, al hilo de la voz de Alice, entramos en la casa que las dos mujeres compartieron en París entre 1903 y 1933, y por donde desfilaban las figuras que definieron lo que sería la cultura de principios del siglo XX. Comiendo con Picasso, cenando con Hemingway o hablando de sombreros con Marcelle Braque, se fue hilando una tradición intelectual que hoy ya es clásica y a Gertrude Stein debemos el gran favor de haber abierto las puertas de este salón donde las anécdotas, divertidas o trágicas, acabaron convirtiéndose en Historia con mayúsculas.
Cuando Beethoven nació, Goya tenía veinticuatro años. Ambos murieron con apenas un año de diferencia. En el momento de su muerte los dos habían coronado la cima de la creación artística. Pero, más allá de su talento, entre ellos existe una fuerza invisible que los vincula.
Vivieron unos años decisivos en el curso de la historia europea. Nunca se cruzaron, ni siquiera parece que supieran el uno de la existencia del otro, sin embargo, cuando se analizan sus vidas y obras se encuentran coincidencias asombrosas.
En estas páginas se presenta el resultado de una concienzuda investigación en la que se han analizado los fascinantes paralelismos entre los dos artistas, incluso más allá de su muerte: las consecuencias en ellos y su entorno de la sordera y la Revolución francesa, su relación con la alta sociedad vienesa y española, sus romances prohibidos… Pero también sirve para desmentir muchos de los rumores que han contaminado su memoria en estos dos siglos de legado.
Este libro invita al lector a explorar la historia de dos hombres extraordinarios que, con el tiempo, han trascendido lo humano para convertirse en leyendas.
Durante dieciséis años, Angela Merkel asumió la responsabilidad de gobernar Alemania y dirigió el país a través de numerosas crisis, moldeando la política nacional, europea e internacional con su actitud y sus decisiones. En sus memorias, la política recuerda su vida en dos Estados alemanes: en la RDA hasta 1990, y luego en la Alemania reunificada. ¿Cómo logró ella, una mujer del Este, llegar a la cima de la CDU y convertirse en la primera canciller de una Alemania unida? ¿Y cómo llegó a convertirse en una de las jefas de gobierno más poderosas del mundo occidental? ¿Qué la guio?
En Libertad, Angela Merkel nos habla de la vida cotidiana en la Cancillería, así como de los dramáticos días y noches en que tomó decisiones trascendentales en Berlín, Bruselas y otros lugares. Traza las largas líneas de cambio en la cooperación internacional y revela la presión que soportan los políticos hoy en día cuando se trata de encontrar soluciones a problemas complejos en un mundo globalizado. Nos lleva entre bastidores de la política internacional y muestra la importancia que pueden tener las conversaciones personales, así como sus límites. Merkel reflexiona sobre las condiciones para la acción política en una época de creciente confrontación. Sus recuerdos ofrecen una visión única de los entresijos del poder y constituyen un decidido alegato en favor de la libertad.