Será una partida a muerte
Guillermo lo tiene todo para ser feliz: una mujer maravillosa, un hijo encantador, un trabajo bien pagado, un chalet en las afueras de Madrid y dos perros. Pero se está aburriendo.
Tras la muerte de su madre comienza a atravesar su particular crisis de los cuarenta e intenta llenar ese vacío en el polideportivo del pueblo, hasta que un día se apunta a un club de juegos de mesa, y allí conoce a K.
K es un hombre vulgar pero magnético que le propone una peculiar empresa: diseñar un juego genial, diferente, único… Establecen una extraña amistad y lo que empieza como algo lúdico se transforma en una escalada emocional, llena de adrenalina; un viaje sin retorno hacia el peligro que solo puede acabar en desastre.
Club de juego es una historia sobre la culpa y sobre una generación con miedo a envejecer, sobrecargada de estímulos, que ve en la rutina el peor de sus fracasos.
Una atrevida, amena e irónica mezcla de ciencia ficción, ucronía y thriller.
El genio matemático Lawrence Pritchard Waterhouse colabora en 1942 con Alan Turing y especialistas británicos de Betchely Park para descifrar los códigos secretos de las potencias del Eje.
Sesenta años más tarde, la empresa de Randy, su nieto y brillante criptohacker, proyecta crear un paraíso de datos y exponente de la libertad informática: la Cripta.
Criptonomicón se traslada al escenario bélico del Pacífico para plasmar las aventuras del marine Shaftoe en busca de MacArthur, así como las de Lawrence, con su imaginativo tratamiento matemático de la cualidad y efectos de las eyaculaciones, y las de un Randy enfrentado a las mafias de la política, la tecnología y las finanzas.
En 1942, Lawrence Pritchard Waterhouse, genio matemático y capitán de la marina estadounidense, colabora con Alan Turing y especialistas de Betchely Park en la tarea de descifrar los códigos secretos de las potencias del Eje.
Sesenta años más tarde, la empresa de su nieto y brillante criptohacker, Randy Waterhouse, proyecta crear la Cripta, un paraíso de datos y el mayor exponente de la libertad informática.
Al final, ni siquiera Wagner o el «oro del Rhin» han de resultar ajenos a la plural y camaleónica trama de Criptonomicón, un tour de force narrativo incomparable, desmesurado y sorpréndete. Un hito en la narrativa moderna, con una atrevida mezcla de géneros: ciencia ficción, ucronía y thriller, entre otros, que componen una novela llena de humor e ironía.
Solo un asesino en serie en tiempos de Instagram hará que dos policías se pongan de acuerdo: él, un boomer chapado a la antigua; ella, una milenial con ganas de cambiar el mundo
Una modelo de diecisiete años a la que le falta el ombligo desaparece en Madrid. Los inspectores Martínez y Pieldelobo se hacen cargo de la investigación, pero chocan desde el primer momento. Él es un padre cincuentón y caótico, tierno pero mordaz y un tanto anticuado; ella, una milenial combativa, inteligente y feminista.
Mientras recorren por España lugares misteriosos y templos en apariencia tranquilos, surgen dos hipótesis para desenmascarar a un asesino en serie: o la mafia rusa está detrás de una red de prostitución de lujo o hay un psicópata religioso que pretende enmendarle la plana al mismo Dios.
Este thriller plantea una reflexión irónica sobre la intolerancia, la dicotomía entre pecado y belleza, entre misericordia y castigo, y las relaciones entre el hombre y la mujer como dos seres destinados a entenderse desde el principio de los tiempos.
El accidente sufrido por su padre junto a su nueva pareja y el asesinato de Gonzalo, el pretendiente que la abandonó en vísperas de su boda, son otra motivación para iniciar una vida propia bajo un nuevo nombre: María González. María sospecha que su madre tuvo relación con esas muertes y, por ello, como detective improvisada, irá descubriendo toda una red de mentiras que implican a su familia, prototipo de aquella burguesía madrileña que enterró y nunca reconoció su apoyo al franquismo con la llegada de la Transición.