A la amistad están dedicados íntegramente los libros octavo y noveno de la Ética a Nicómaco, uno de los tratados más célebres e influyentes de Aristóteles. El filósofo no sólo la considera necesaria, sino también bella: nadie desearía una vida sin amigos por más rica que fuera en otros bienes. La amistad es, pues, una virtud indispensable en toda etapa de la vida y para toda comunidad humana. Pero ¿no existen diversos tipos de amistad?, ¿y acaso son todos igualmente virtuosos? Hay relaciones basadas en el placer, otras en la conveniencia y otras tan sólo en la voluntad de ambas partes de obrar bien y obsequiarse mutuamente. ¿Cuáles son más duraderas y tienen efectos más beneficiosos incluso en la vida política? Una reflexión viva que apela al lector a pensar sobre una dimensión de la existencia individual y colectiva sin la cual no conoceríamos la civilización.
“La imbecilidad no está tranquila jamás, teme de arriba y de abajo, la combaten los dos flancos, ve peligros delante y detrás, tiembla en toda ocasión, siempre está sin defensa y hasta tiene miedo del socorro. Pero el sabio está preparado para todos los ataques, y cuando la pobreza, la pérdida de sus deudos, el desprecio y el dolor le ataquen, no retrocederá; al contrario, avanzará sin temor y combatirá gallardamente en medio de sus desgracias”. En una sociedad en la que la felicidad se mide por la cantidad de bienes que se poseen, cómo es posible aspirar a la sabiduría y al bien? ¿Estamos hablando de la Roma imperial del siglo I d. C. o de la sociedad occidental contemporánea? Bien podría tratarse de cualquiera de las dos. Lucio Anneo Séneca, filósofo estoico, poeta, dramaturgo y hombre dedicado a la reflexión, sigue de permanente actualidad. En su tiempo fue famoso por su influencia en la corte imperial. En la actualidad lo leemos como fuente intemporal de “soluciones” al creciente vacío espiritual que nos invade.
Dedicado a Nerón a comienzos de su reinado, este tratado constituye una loa a su personalidad, pero también una muestra del camino ideal para el buen gobernante, aquel que pudo seguir el emperador cuando todavía admitía consejo. "Sobre la clemencia" nos habla del valor y el ejercicio de la virtud, pero sobre todo es uno de los primeros y más preciados «espejos de príncipes» de nuestra literatura.
Maggie Nelson nos propone un replanteamiento de la libertad basado más en el respeto a los demás que en una idea maximalista o abstracta.
En esta época en que los sectores más reaccionarios de la sociedad hacen bandera de un concepto sesgado de la libertad, distorsionando, manipulando y apropiándose de su significado, parece indicado aplicar una estricta crítica del lenguaje y descubrir que, en el fondo, sean cuales sean las confusiones que provoca hablar de la libertad, esencialmente no difieren de los malentendidos a los que nos arriesgamos al hablar de cualquier otra cosa. Este es el tema básico de este libro, que se aleja de cualquier elucubración metafísica para proponer una filosofía «práctica», en la que el peso de la actualidad no impide la reflexión ni la lucidez, sino que aporta una luz que arranca esa palabra de cualquier supuesto o idea recibida.
La polifacética Maggie Nelson nos propone un replanteamiento del concepto de libertad desde la óptica de las cuestiones más acuciantes del momento, como la pandemia, el debate en torno al consentimiento sexual o el cambio climático, la discriminación racial, la droga como elemento que puede liberarnos o esclavizarnos (a veces al mismo tiempo) o el papel del artista a la hora de crear de manera «responsable». Centrándose en la dialéctica entre libertad y restricción, en este volumen de género fluido confluyen la filosofía, la sociología, la crítica de arte y la reivindicación de una libertad sexual no agresiva y carente de género y etiquetas.
Esta conferencia de Jacob Grimm, traducida por primera vez al castellano, comparte con el texto clásico de Cicerón una visión optimista y serenamente alegre de la vejez. Los dos autores enfrentados al dolor de una perdida reciente, Cicerón la de su querida hija y Grimm la de su hermano, son capaces de sobreponerse para hablarnos de las ventajas de llegar a una edad en la que podemos disfrutar de los placeres de la vida de una manera más sosegada y menos exigente. La satisfacción de una vida plena, la capacidad de apreciar el día a día, los paseos, las lecturas o el trabajo en el huerto, se convierten de la mano del gran filósofo romano y del filólogo alemán en un panegírico valiente y calmado de esa etapa de la vida.
Movido por su admiración por Goethe, Schopenhauer elabora una teoría del color que pretende respaldar los hechos que Goethe compiló en su propia teoría y, así, apoyarle en su radical oposición a las ideas newtonianas. Schopenhauer amplía las ideas de Goethe desde una perspectiva fenomenológica y psicológica: vincula la percepción de los colores con sus reflexiones sobre la representación y la voluntad, contribuyendo al desarrollo de teorías estéticas y a la comprensión de la percepción sensorial. Pese a no tener un contenido plenamente filosófico, este escrito contribuye a la comprensión del pensamiento schopenhaueriano sobre la intuición empírica y las formas a priori del conocimiento. Complejo y apasionante a la vez, el texto deja entrever su inquietud por las tensiones latentes entre sujeto y objeto, realidad y representación, arte y ciencia, así como las innumerables dicotomías que estimularon el diálogo entre ambos filósofos.