Impulsado por la energía que abunda en la escritura de Vaneigem, este libro se propone «rastrear la huella de lo vivo bajo el oscurantismo religioso e ideológico», en este caso de una Edad Media que tantas veces se nos ha transmitido «sumergida en la fe cristiana como la sardina en el aceite». En dirección contraria a este postulado, este trabajo recupera la historia del «Libre Espíritu»: el movimiento herético que llevó la religión hasta su disolución en la afirmación inmediata del goce y de la vida sin más mediación que la libre voluntad. Para ello el autor procede a realizar un vasto recorrido que arranca del siglo y llega hasta el , y en el cual se recupera la estela de una corriente insospechada: el milenarismo joaquinista, la herejía valdense, los llamados amaurianos, la multitud de comunidades de beguinas y begardos que abrazaron el «Libre Espíritu», los Homines Intelligentiae, algunos sectores de los taboritas, los llamados eloístas (proletarios despreciados por Lutero) e incluso los alumbrados de Sevilla.
Hace más de cuarenta años Fraser publicó por primera vez este libro, que ofrece una narración distinta de la guerra civil española: brinda el «testimonio colectivo» de quienes participaron en la contienda o la sufrieron en sus carnes. Destaca la importancia de lo subjetivo, la recreación de un ambiente, de un clima, de una memoria personal no siempre coincidente con la «verdad» histórica, pero que nos acerca a la «realidad» del conflicto con una viveza estremecedora. Esta aproximación dota al libro de una fuerza y un frescor que se mantienen intactos más de cuarenta años después, cuando tantos otros libros sobre la guerra civil nos parecen irremediablemente condenados al olvido.
El siglo XIX todavía es percibido como una losa en la historia de España, como un laberinto político y social inexplicable en un país excepcional, cainita y fracasado. Sin embargo, esta visión dista mucho de la realidad europea de la época.
Esta obra, divulgativa y novedosa, reivindica la importancia del «largo siglo xix español» que transcurre desde 1793, cuando un ilustrado Carlos IV se enfrentó a la Revolución Francesa, hasta 1923, cuando su descendiente, Alfonso XIII, optó por una solución autoritaria, finiquitando así una intensa trayectoria liberal y constitucional.
Daniel Aquillué, uno de los principales especialistas en el periodo, desmonta tópicos y mitos para aportar luz a un siglo que se tornó decisivo para la configuración de la España contemporánea. Una obra llamada a cambiar para siempre nuestra visión sobre una época injustificadamente denostada.
Hace varias décadas, el historiador Bernard Wasserstein se propuso estudiar el pasado de un pueblo situado a más de 60 kilómetros al oeste de Leópolis del que procedía su familia, en especial su abuelo Berl: Krakovets. Quería observar y comprender de qué forma pudieron afectar a la gente corriente varias de las grandes fuerzas determinantes para la historia de nuestra época.
Wasserstein traza el arco de la historia a través de siglos de conflictos religiosos y políticos, a medida que distintos ejércitos de cosacos, turcos, suecos y moscovitas arrasaron la región. En plena Ilustración, el magnate polaco Ignacy Cetner construyó un palacio en Krakovets y, con su animosa hija, la princesa Anna, creó una arcadia de refinamiento y serenidad. A partir de 1772, bajo los emperadores Habsburgo, Krakovets se convirtió en un típico shtetl, con una abigarrada población de polacos, ucranianos y judíos. En 1914 llegó el desastre. «Siete años de terror y carnicería» dejaron un legado de feroces antagonismos nacionales. Durante la Segunda Guerra Mundial, los judíos murieron asesinados en circunstancias que Wasserstein describe de manera desgarradora. Tras la guerra, se expulsó a los polacos y la ciudad quedó reducida a un puesto fronterizo. Hoy, la tormenta de la historia vuelve a arrasar Krakovets, con las multitudes de refugiados que huyen de Ucrania para sobrevivir.
Que los rituales son un rasgo básico y compartido del ser humano lo ha aprendido Ignacio Jáuregui de la manera más directa: a base de encontrárselos por todos los rincones del mundo. De los bar mitzvah celebrados junto al Muro de las Lamentaciones al funeral por un magistrado inglés, o de la puesta de largo de unas adolescentes birmanas a un partido de máxima rivalidad en Chiapas, el autor pasea su mirada, a la vez despegada y atenta, por ceremonias religiosas y civiles que le salen al encuentro. El resultado es un mosaico fascinante que dibuja, por agregación, una idea del ritual como mecanismo de reconocimiento en un nosotros, como cadena de transmisión en el tiempo, como vehículo de codificación de sentimientos.
La antigua Roma como nunca antes te la habían contado: lo que creías saber (pero no era así), lo que no sabías y mucho más que ni te imaginas
Asociamos la antigua Roma con batallas, legionarios, acueductos, gladiadores. Emperadores sabios y emperadores locos. Rómulo y Remo, dioses y diosas, cristianos y leones. Señores con toga y señoras con peinados imposibles. Esclavos. Orgías. El senado, las termas, alcantarillas, letrinas. Pompeya y Herculano, Marco Antonio y Cleopatra, Julio César. ¿Te suena? Pero, ¿seguro que fue como creías? ¿Y si hay mucho más?