Luis XIV gobernó Francia desde su dormitorio. Durante la segunda Guerra Mundial Winston Churchill gobernó Gran Bretaña desde el suyo. Los viajeros acostumbraban acostarse con extraños y familias enteras compartían la cama en muchos hogares preindustriales. Las camas era artículos caros y, a menudo, de exhibición. A Tutankamón lo enterraron en un lecho de oro; los griegos acaudalados partían al más allá en camas-comedor y a los victorianos de clase media fallecidos se les reclinaba sobre una cama en el salón.
En esta amplia historia social, que cubre los últimos 70000 años, Brian Fagan y Nadia Durrani analizan el papel infinitamente variado a lo largo del tiempo. Este era un lugar para el sexo, la muerte, el parto, la naración de historias y la socialización, así como para dormir. ¿Pero quién hacía qué con quién, por qué razones, y como era que esto podía variar increíblemente según el momento y el lugar? Es apenas en la era moderna que la cama se ha transformado en una zona privada y oculta, y en gran medida su rica historia social ha quedado en el olvido.
Durante la Antigüedad tardía, el culto a los santos y a sus reliquias se convirtió en un elemento clave de la identidad occidental, pero también en una ventana desde la que asomarse a la sociedad, la cultura y las creencias dominantes.
En este libro el lector es invitado a percibir los anhelos, las certezas y la gran valoración de los santos, invisibles compañeros cuya presencia sentían vívidamente los cristianos en general. A los santos se encomiendan sin excepción amos y siervos, devotos y laxos, ricos y pobres, en busca de la salud perdida, la justicia mancillada, la belleza ideal y la esperanza que se prolonga más allá de la muerte.
La lectura de estas páginas cuestiona en su raíz el «modelo de los dos niveles», según el cual las prácticas religiosas de las élites cultivadas poco tenían que ver con las «supersticiones» de las masas populares. Por el contrario, el culto a los santos afectó por igual a todas las clases; más aún, fue el motor que favoreció el desarrollo de la fe y que configuró una sociedad nueva, inicio de la Edad Media.
Esta obra, convertida en un clásico de los estudios históricos, ha sido enriquecida con un nuevo prefacio donde el autor responde a las críticas y matiza las conclusiones de su reconocida investigación.
En 1779, dos naciones se cruzan en el destino de un hombre: Bernardo de Gálvez, el héroe olvidado de la independencia americana.
En el turbulento año de 1779, el Imperio español y los nacientes Estados Unidos de América se encuentran en un punto crucial de su historia. Después de cuatro años de guerra, el Imperio británico está a punto de someter a sus colonos rebeldes. Con la entrada de España en la guerra, emerge la figura de Bernardo de Gálvez, un hombre cuya valentía y determinación jugarán un papel fundamental en la historia de ambas naciones.
A través de los ojos de Juan de Arcila, fiel servidor de la Casa de Gibralfaro, se revela la vida y gestas de Bernardo de Gálvez, desde sus humildes comienzos en Málaga hasta su papel crucial en la independencia de Estados Unidos. Esta novela histórica narra con rigor y pasión su participación en la conquista de la Florida Occidental y su papel decisivo en la creación de una alianza hispano-estadounidense que marcaría el rumbo de la historia.
Una epopeya de intriga, valentía y patriotismo que une a España y Estados Unidos en uno de los momentos más tumultuosos de su pasado compartido.
A menudo África ha sido descrita de forma simplista como una tierra uniforme de hambrunas y safaris, pobreza y luchas, despojada de todo matiz. En este libro audaz y perspicaz, Dipo Faloyin ofrece un correctivo muy necesario, tejiendo un vibrante tapiz de historias que dan vida a la rica diversidad, comunidades e historias de África. Comenzando con una descripción envolvente de la animada y compleja vida urbana de Lagos, Faloyin desentierra verdades sorprendentes sobre la herencia colonial de muchos países africanos y cuenta la historia de las luchas del continente con la democracia a través de siete dictaduras. Con mordacidad, aborda el fenómeno del complejo del salvador blanco y saca a la luz los daños causados por las campañas benéficas de las últimas décadas, revisando hitos culturales como la película KONY 2012.
Explora un mundo de curiosidades y despierta tu mente con cada página de este libro lleno de sorpresas y conocimientos. ¡Cultura en pequeñas dosis!
¿Alguna vez te has preguntado por qué los cruasanes tienen forma de media luna? ¿O cómo surgieron los nombres de las notas musicales? ¿Y qué tal si te digo que existe un miedo irracional a la felicidad llamado querofobia?
Este libro te invita a embarcarte en un viaje a través de la cultura y el conocimiento, donde cada curiosidad está encadenada a la siguiente, revelando conexiones sorprendentes entre una amplia gama de temas: desde geografía hasta psicología, pasando por arte,
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Con 200 píldoras culturales repletas de ilustraciones y categorizadas por colores, descubrirás los rincones más insólitos y alucinantes del saber. Y, para acabar, la guinda que todo amante de la cultura se merece: un cuestionario para poner a prueba tu conocimiento.
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La historia de cómo un siervo de Dios se convirtió en un ídolo para las élites que dominan el mundo. Túnicas negras, velas, sacrificios humanos, abusos a menores... Si por algo se caracteriza la historia del satanismo es por la acumulación de tópicos. Sin embargo, la realidad es muy distinta. La creencia en la existencia de una especie del dios del mal es hija del clima político que vivieron los judíos en el periodo que transcurre entre la redacción del Antiguo y el Nuevo Testamento, y que llega a su máximo apogeo con la aparición de una nueva religión fundada por un tal Jesús de Nazaret. Desde entonces y hasta hoy, serían los cristianos los verdaderos creyentes en el maligno, aunque algunos grupos han intentado reescribir su biografía y apropiárselo. La religión, la política, la literatura, la filosofía, la música o el true crime fueron moldeando la creencia del satanismo como la definición del mal, que consiguió volverse contra sus creadores y acabó alumbrando, en los años sesenta, la Iglesia de Satán.