Desde la independencia de España y Portugal, los estados en América Latina han constituido un sistema internacional con características propias. Esta obra, dirigida tanto a estudiantes como a investigadores, así como a los lectores interesados en tener una visión global del tema, propone un acercamiento a ese sistema desde principios del siglo xix hasta el final de la II Guerra Mundial, atendiendo a los efectos que, en la consolidación de los nuevos estados y en su integración en el orden internacional, tuvieron desde los conflictos fronterizos, algunos de gran violencia, a las intervenciones europeas y norteamericanas.
«En nuestros días, después de subir las cuestas del Palatino y atravesar el caos de ruinas de lo que un dpia fue el palacio de los emperadores romanos, se llega a una angosta plataforma que domina el valle del Tíber. Ésta, antiguamente cubierta por tierra que traían las lluvias y por toda clase de desechos, hoy está despejada, y en el suelo aparecen los vestigios de una singular aldea que se levantaba en este lugar hace casi tres mil años. Esta aldea, que quizá comprendiera unas decenas de modestas cabañas hechas con ramas entrelazadas y sostenidas por postes de madera, es todo lo que queda de la Roma más antigua.»
Ampurias, Santiago de Compostela, Sevilla, Cádiz, Estella, Barcelona, Madrid, Melilla, Ermua y otros muchos pueblos y ciudades de España conservan las huellas de los que allí vivieron, lucharon, construyeron, amaron, rezaron y, en definitiva, han protagonizado la historia de España. Fernando García de Cortázar narra lo que ocurrió en cada uno de esos paisajes y conforma, pieza por pieza y con una capacidad evocadora que nos traslada a cada escenario, el puzle de nuestra historia desde los primeros asentamientos fenicios hasta el momento actual.
Los milicianos jiguaniseros se dispusieron a la lucha, y los hechos se desencadenaron. (…) Al llamado del Movimiento, el municipio de Jiguaní respondió con un alzamiento masivo de sus milicias como apoyo a la Huelga.
Entre los méritos del libro resalta su gran realismo, lo cual aumenta el valor testimonial de la obra, que es una contribución al conocimiento de la historia de nuestra nación. Fueron aquellos días, los de Baire, Contramaestre, Maffo, Jiguaní y todos los rincones del municipio, los que hicieron honor a su inmarcesible pasado mambí. «Sangre y dolor de abril. Jiguaní, 1958», apunta al valor ideológico que debe tener todo documento revolucionario. En él vemos cumplida la tradición literaria de mostrar la literatura de campaña para perpetuar la memoria histórica.