Según una de las citas más repetidas en las guías turísticas de Belgrado, atribuida al gran arquitecto Le Corbusier, Belgrado es «la ciudad más fea en el lugar más bonito». Miguel Roán, el autor de esta guía personal e intimista de la Ciudad Blanca, no solo desmiente que Le Corbusier dijese tal cosa, sino que nos descubre una de las ciudades más vitales y vibrantes de Europa. Por las páginas de este libro desfilan los lugares, escenas y personajes más característicos de Belgrado, la capital mundial del brutalismo, con construcciones tan emblemáticas como la Puerta del Oeste, el edificio Toblerone o el hotel Yugoslavia. Una ciudad donde las formas sólidas y contundentes albergan vida y el hormigón convive con la naturaleza, con sus ríos y parques, sus bares flotantes, los splavs, y sus kafanas, donde descansar, escuchar música, empaparse de sus olores y su ritmo casi frenético. Belgrado es una ciudad marcada por la historia, por su ubicación entre el Este y el Oeste, por su condición de ciudad fronteriza entre culturas y civilizaciones.
En octubre de 1936 Samuel L. Shneiderman llega a España como corresponsal de guerra de dos publicaciones, una en yidis, Hajnt, y otra en polaco, Nasz Przegląd. Durante un año va a recorrer buena parte de España informando sobre el desarrollo de la contienda y entrevistando a personalidades de la República Española, pero, sobre todo, fijará su mirada en la vida de la gente normal atrapada por el brutal conflicto, en sus miedos, cansancio y preocupaciones.
Shneiderman es considerado el primer corresponsal de guerra judío. Sus reportajes de la guerra civil española, escritos en yidis, llegaban a cientos de miles de lectores judíos a lo largo y ancho de Europa y América, convirtiéndose así en una de sus principales fuentes de información sobre unos acontecimientos que la comunidad judía seguía con vivo interés.
La obra fundamental sobre el origen, expansión y caída del movimiento fascista en el siglo XX.
El atractivo estético del fascismo italiano llegó a asimilarlo a las vanguardias de principios del siglo XX. Como todo nacionalismo, fue vivido por sus seguidores como una religión secular, procedente del socialismo izquierdista pero a la vez con claros antecedentes derechistas. El estudio del fascismo, de su estética, de su lenguaje, de su poder de sugestión, no ha perdido actualidad y sigue atrayendo el interés de numerosos historiadores.
Hablar con propiedad del fascismo exige conocer sus orígenes intelectuales y políticos. El auge del fascismo no llegaría a entenderse sin saber por qué Benito Mussolini acumuló tal número de seguidores y cómo supo aprovechar el descontento de todo un país con una potente mezcla de nacionalismo y populismo. Giovanni Giolitti, de la Unión Liberal y primer ministro en 1922, se encargó de hacer el resto: su debilidad política y su desacertado juicio acerca de las intenciones de Mussolini, permitieron a éste la toma del poder.
Sus mejores herramientas: la inestabilidad política de la Italia de posguerra; su discurso de unidad nacional; el hábil manejo de la propaganda, el deporte y la cultura; la utilización del mito de la mujer-madre como símbolo de seguridad e impulsora de la regeneración del país; y la apelación a los jóvenes como valerosos forjadores de una Nueva Italia. Cuando el Partito Nazionale Fascista llega al poder, aquellos jóvenes, tan movidos por las ideas de valentía y coraje, creerán haber sido los hacedores de la Nueva Italia, una nueva Roma.
La presente obra profundiza en la estructura interna del partido –que acaba identificándose con el Estado–, en su política internacional y en su pretendida vocación de imperio. El autor recuerda que el fascismo fue un fenómeno con rápida repercusión internacional y el surgimiento de grupos miméticos en Europa, América y Asia.
Papas que ya no se mueren como dios manda, reyes que se creían ranas, príncipes de incógnito por Madrid, cocineros desesperados, monjas farsantes, diputados espiritistas… De todo hay en este nuevo compendio de aconteceres narrados con el punto de vista único y divertidísimo de Nieves Concostrina, desde un premio Nobel de rebote, a un marqués desenterrado o una invasión de vírgenes.
Historia intelectual de la humanidad
Es difícil calificar un libro que nos ofrece nada menos que el patrimonio intelectual de la humanidad. No se encontrará en sus páginas la majestad de los reyes, o el fragor de las batallas, sino la belleza de las intuiciones, las ideas y las invenciones que, desde la noche de los tiempos ha desarrollado el hombre para mejorar su condición y su vida.
Tras el asesinato de Julio César en el 44 a. C., fueron dos los hombres que se disputaban el mandato de la todopoderosa Roma: Marco Antonio y el heredero elegido por el propio César, el joven Octavio, futuro Augusto. Pero Marco Antonio se enamoró de la mujer más poderosa del mundo, la gobernante egipcia Cleopatra, y frustró la ambición de Octavio de gobernar el Imperio. Y entonces estalló una nueva guerra civil.
Corría el año 31 a. C. cuando tuvo lugar una de las mayores batallas navales del mundo antiguo: más de 600 barcos, casi 200 000 hombres y una mujer. Aquello fue la batalla de Accio. El resultado: la victoria de Octavio, que derrotó posteriormente a Marco Antonio y Cleopatra. Y éstos acabaron suicidándose…
Las consecuencias de Accio cambiaron para siempre el Imperio romano. De haber ganado los amantes, la capital podría haberse trasladado a Alejandría, y el latín podría haberse convertido en el segundo idioma del Imperio después del griego, lengua que se hablaba en todo el Mediterráneo oriental, incluido Egipto.
Y ésta es por fin la historia que no se había contado. En este fascinante y emocionante ensayo, Barry Strauss, experto mundial en Historia de la Roma Antigua, describe la batalla y sus consecuencias con el dramatismo y la intensidad que merece. Una obra esencial que nos presenta, además, a tres de las figuras más importantes no sólo del Imperio romano, sino de nuestra Historia con mayúsculas.