Tras el asesinato de Julio César en el 44 a. C., fueron dos los hombres que se disputaban el mandato de la todopoderosa Roma: Marco Antonio y el heredero elegido por el propio César, el joven Octavio, futuro Augusto. Pero Marco Antonio se enamoró de la mujer más poderosa del mundo, la gobernante egipcia Cleopatra, y frustró la ambición de Octavio de gobernar el Imperio. Y entonces estalló una nueva guerra civil.
Corría el año 31 a. C. cuando tuvo lugar una de las mayores batallas navales del mundo antiguo: más de 600 barcos, casi 200 000 hombres y una mujer. Aquello fue la batalla de Accio. El resultado: la victoria de Octavio, que derrotó posteriormente a Marco Antonio y Cleopatra. Y éstos acabaron suicidándose…
Las consecuencias de Accio cambiaron para siempre el Imperio romano. De haber ganado los amantes, la capital podría haberse trasladado a Alejandría, y el latín podría haberse convertido en el segundo idioma del Imperio después del griego, lengua que se hablaba en todo el Mediterráneo oriental, incluido Egipto.
Y ésta es por fin la historia que no se había contado. En este fascinante y emocionante ensayo, Barry Strauss, experto mundial en Historia de la Roma Antigua, describe la batalla y sus consecuencias con el dramatismo y la intensidad que merece. Una obra esencial que nos presenta, además, a tres de las figuras más importantes no sólo del Imperio romano, sino de nuestra Historia con mayúsculas.
Si bien las primeras expediciones a la Florida desde su descubrimiento en 1512 tuvieron en común su fracaso final, el intento de Pánfilo de Narváez en 1527 ha pasado a la posteridad como máximo ejemplo de insensatez e improvisación. Felizmente, tal catástrofe nos dejó el documento excepcional en que Álvar Núñez Cabeza de Vaca relató sus desventuras, desde la dispersión de las naves y el cautiverio de sus tripulantes, hasta su posterior liberación y la penosa peregrinación durante años por las tierras del actual sur de Estados Unidos. Si "Naufragios" posee un inestimable valor etnográfico por sus descripciones de pueblos y costumbres, la crónica alcanza tonos épicos en su narración de hazañas, calamidades y peligros, siendo la experiencia de su autor, como concluye Trinidad Barrera, un verdadero «descenso a los infiernos que sólo una naturaleza superior podía resistir».
Invitado a exponer sus piezas de cerámica en el museo Nissim de Camondo, Edmund de Waal disfrutó del inesperado privilegio de adentrarse en uno de los palacetes más lujosos de París, antigua propiedad de una influyente familia sefardí. Construido por deseo del filántropo y coleccionista de arte Moïse de Camondo en 1912, el edificio acoge desde entonces una extraordinaria colección de arte francés del siglo XVIII. Sin embargo, como ocurrió a los antepasados de De Waal, los Ephrussi, también los Camondo se convirtieron pronto en blanco del antisemitismo. El infausto destino de este ilustre linaje sobrecogió a De Waal, que comenzó a escribir las cartas reunidas en este libro para rendir homenaje al recuerdo de una familia perdida y «contrarrestar el silencio del desdén». El resultado es una conmovedora y personalísima reflexión sobre el precio de la asimilación, la melancolía, los vínculos familiares, el arte, las vicisitudes de la historia y el valor de la memoria.
A finales del siglo VIII, los vikingos irrumpieron en la escena internacional con brutales incursiones y matanzas, pero esa es solo una parte de la historia. A lo largo de la Edad Media, los nórdicos navegaron a multitud de lugares, donde no solo saqueaban, sino que también comerciaban, exploraban y colonizaban nuevas tierras, se encontraban con razas desconocidas y se embarcaban en peregrinaciones y cruzadas.
Así, hacia el norte, viajaron a los yermos de la Escandinavia ártica; hacia el sur, al corazón políticamente turbulento de la Cristiandad medieval; hacia el oeste, a través de los mares salvajes, hasta Groenlandia y los confines del continente norteamericano; y hacia el este, por las vías fluviales rusas, comerciando con plata, pieles y esclavos.
Con la ayuda de magníficas ilustraciones a todo color, Eleanor Rosamund Barraclough nos invita a explorar este mundo mediante las historias que los vikingos contaron sobre sí mismos en las sagas, donde los hechos históricos se entremezclan con la más desbordante fantasía, y en las que troles, dragones y pueblos míticos comparten páginas con exploradores, comerciantes y reyes.
Al incorporar los últimos hallazgos arqueológicos y documentales, Más allá de las tierras del norte es una obra fundamental para comprender la visión que los nórdicos tenían del mundo y de su lugar en él.
Al-Ándalus y Bizancio, orillas enfrentadas de un mismo mar.
Cuando, en los albores del siglo VII, Mahoma inició la era musulmana, el equilibrio de poder en el antiguo Mare Nostrum resultó profundamente alterado. El Imperio bizantino, hasta entonces la indiscutible potencia naval y territorial del Mediterráneo, se vio forzado a convivir con el pujante poder islámico. Al-Ándalus, en occidente, y Bizancio, en oriente, son las orillas extremas de un mar atravesado por el enfrentamiento religioso, pero también por el intercambio de ideas, viajes, embajadas y experiencias comunes.
De la mano de Carlos Martínez, experto en el mundo bizantino y sus conexiones con el islam, vislumbraremos, a través de la neblina de las fuentes históricas, el fascinante panorama de los mundos andalusí y bizantino a finales de la Alta Edad Media, y descubriremos sus relaciones. Conoceremos la aventura de los andalusíes que fundaron un emirato en Alejandría para después conquistar Creta, navegaremos en embajadas con destino a Córdoba y Constantinopla, encontraremos a viajeros ávidos de saber como Ibn Habib y León el Filósofo y seremos testigos de las turbulencias sociales que sacudieron los dos poderosos Estados. Todo ello, junto con otras escenas, tejerá el sugerente tapiz de una época y lugar igualmente cautivadores y complejos.
Las Guerras Apaches fueron el conflicto más largo librado por Estados Unidos, que se prolongó durante un cuarto de siglo y marcó la historia del suroeste americano y el norte de México. Una tierra de frontera inhóspita y desolada, infestada de bandoleros, donde cada planta tenía una púa, cada insecto un aguijón, cada pájaro una garra y cada reptil un colmillo: la Apachería. Durante más de dos décadas, los guerreros apaches, duros como su tierra, fogueados por siglos de lucha contra los españoles, pelearon contra los intentos mexicanos y estadounidenses por acabar con su forma de vida. Su conocimiento del terreno, su movilidad y una cultura guerrera que no conocía la misericordia, les convirtieron en un enemigo terrible y formidable.