Un fascinante viaje por las civilizaciones a través de los cincuenta libros más influyentes de la historia.
Este libro es un emblema de la cultura y de todas las civilizaciones. Aquí conviven una multitud de historias para contarnos cómo ha caminado la humanidad en este planeta. Daniel Smith da cuenta de este camino a través de cincuenta de los libros más importantes, cuya influencia marcaron el devenir de percepciones y realidades.
Puede que hoy sintamos más intensamente bajo nuestros pies el temblor de la destrucción de los monumentos. Movimientos como "Black Lives Matter", las justas reclamaciones de los descendientes de pueblos colonizados o las luchas por la memoria histórica tras las dictaduras del siglo XX han exigido reparaciones simbólicas que a menudo pasan por intervenir, retirar o demoler estatuas de personajes y acontecimientos heroificados por una sola versión de los hechos. Sin embargo, como nos invita a reconocer aquí Mauricio Tenorio, el subir y bajar de los monumentos es tan viejo como la propia historia. La auténtica novedad reside en el flamante monumento de nuestra era: el "selfie", la imagen que, gracias a la magia de las redes sociales, pretende congelar el gesto de destrucción como un acto monumental que rinde honores a la verdadera justicia y al definitivo progreso, y que ofrenda los escombros del presente en los altares de un futuro mejor, más ético y puro. Pero basta meter las manos en el barro del pasado para convencerse, con el autor, de que la historia no es sino una sucesión de infamias, y nada en ella nos indica que el porvenir tenga la capacidad de conjurar sus males. Frente al gesto reductor y estéril de la destrucción, Mauricio Tenorio propone buscar refugio en la ironía para alumbrar, con una buena dosis de autocrítica, la posibilidad de una relación con la historia que permita hacer cuentas con aquello que incomoda políticamente, mirándolo cara a cara. Repensando nuestros usos del discurso histórico y del espacio público, y, sobre todo, desmitificando sus poderes, tal vez podamos ofrecer a nuestra generación y a las que vengan algo más que ruinas.
Cómo los mongoles occidentales dieron forma a la primera globalización
Los mongoles son célebres sobre todo por una cosa: la conquista. Pero, en realidad, sus logros fueron mucho más allá de la guerra. Durante tres siglos, la Horda de Oro, la porción occidental del Imperio mongol que surgió tras la muerte de Gengis Kan, tuvo tanta influencia en el mundo como en otros tiempos la tuvo Roma, y dejó tras de sí un profundo legado en Europa, Rusia, Asia Central y Oriente Próximo, perceptible incluso hoy.
Marie Favereau nos sumerge en la épica historia de la Horda, que vertebró el intercambio de gentes e ideas a través de su extensísimo territorio. Su singular régimen político, con el poder repartido entre el kan y la nobleza, recompensaba a los administradores y diplomáticos hábiles y fomentó una economía próspera, organizada e innovadora que impulsó el auge comercial euroasiático de los siglos xiii y xiv. Desde su capital en Sarái, en el curso inferior del Volga, la Horda proporcionó un modelo de gobierno para Rusia, influyó en las costumbres y la estructura estatal de todas las culturas islámicas, difundió sofisticadas teorías científicas y practicó la tolerancia religiosa.
La Horda es la primera historia completa de uno de los imperios más influyentes de la historia, que, para muchos, sigue siendo un gran desconocido.
Finalista del Premio Cundill de Historia
Mejor Libro del Año para el Financial Times
Mejor Libro del Año para el Spectator
Mejor Libro del Año para Five Books
En el Primer Coloquio Internacional de Primavera «La humanidad amenazada: ¿Quién se hace cargo del futuro?», 38 especialistas de la talla de Noam Chomsky, Rigoberta Menchú o Tawakkol Karman, procedentes de 11 países, se reunieron para analizar y proyectar el futuro de la humanidad. Las discusiones abordaron temas cruciales en lo que acabó siendo una profunda indagación en la responsabilidad de la humanidad en la construcción y cuidado del futuro. El libro La humanidad amenazada reúne estas reflexiones.
Los textos resultantes recorren todos los temas abordados: cómo pensar el futuro, los desafíos de la crisis climática, los retos que plantea la desigualdad en todo el mundo, y en el interior de las regiones y países, así como las posibilidades que tienen las democracias de asumir este contexto y fortalecerse.
En una era donde la política y la democracia son cuestionadas y la confianza ciudadana decae, los gobiernos enfrentan una creciente inestabilidad y una pérdida de poder real. Mientras la democracia enfrenta un escrutinio mundial, los grandes problemas que azotan a la humanidad, ya sean económicos, medioambientales o de salud, tienen sus raíces y soluciones en el ámbito político. Ahora bien, ¿quién tomará las riendas del futuro? La obra destaca la necesidad de reflexionar sobre nuestra relación con la modernidad, con la naturaleza, y sobre cómo hemos erosionado valores fundamentales, como la solidaridad y los derechos que alguna vez promovieron la convivencia. Este libro da cuenta de la complejidad de los desafíos actuales y de la urgencia de pensar cómo construir el futuro que queremos.
Uno de los temas fundamentales de la España del siglo XX.
La Iglesia católica española, que había vivido la llegada de la República como una auténtica desgracia, se apresuró a apoyar la sublevación militar de julio de 1936. No lo dudó. Estaba donde tenía que estar, frente a la anarquía, el socialismo y la República laica. Y todos sus representantes, excepto unos pocos que no compartían ese ardor guerrero, ofrecieron sus manos y su bendición a la política de exterminio inaugurada por los militares rebeldes.
Tras casi tres años de guerra, el «plebiscito armado» que decían los obispos acabó el 1 de abril de 1939 con la victoria incondicional del Ejército de Franco. La Iglesia y el «enviado de Dios hecho Caudillo» caminaron asidos de la mano durante casi cuatro décadas.
Esa complicidad, sus causas y consecuencias, es lo que se narra y analiza en este libro, riguroso, fiel con las fuentes, anotado ahora por primera vez, que sumerge al lector en uno de los temas fundamentales de la España del siglo XX.
«El 11 de marzo de 2004 fue un jueves aciago en Madrid. Acababa de amanecer cuando retumbaron varias explosiones en un tren de cercanías que entraba en el andén de la estación de Atocha. Eran las 7.37 de una mañana casi primaveral. En menos de cinco minutos diez bombas reventaron cuatro trenes procedentes de Alcalá de Henares, con un efecto devastador que se traduciría en 191 muertos y más de 2.000 heridos. "Tengola certeza de que ha sido ETA", fue el veredicto inapelable que el presidente Aznar me transmitió por teléfono a las 13.06».
Se cumplen veinte años del 11-M. Lo que sucedió aquel día, tanto la serie de ataques en los trenes de la red madrileña de Cercanías como la actuación del gobierno en vísperas de las elecciones generales, afectó a la sociedad española de manera brutal. En el eje de esa gestión estaba el intento por parte del Gobierno del Partido Popular de responsabilizar a ETA de los atentados, aun cuando desde muy pronto empezaron a aparecer indicios que apuntaban al terrorismo islamista como autor del ataque. El momento paradigmático de esa voluntad fue la llamada del presidente Aznar a los medios de comunicación para asegurarles que había sido ETA. El periodista de máximo prestigio Jesús Ceberio, entonces director de El País, habló con él por teléfono.
En esta crónica rigurosa y trepidante Ceberio, como testigo directo, narra cómo fueron desarrollándose las investigaciones, discrepando cada vez más de la versión oficial y generando un nivel de tensión social y política que marcó la pauta para los años posteriores y la actualidad. En definitiva, un relato estremecedor que gira en torno a la famosa mentira del presidente Aznar a los medios de comunicación.