«La filosofía es la actividad disruptiva de la razón y ésta se encuentra en el límite de todo pensamiento científico.»
La obra filosófica, histórica, ensayística y periodística de Luis Villoro se ha extendido a lo largo de más de siete décadas, y transcurre por las corrientes más importantes de la segunda mitad del siglo xx: el existencialismo, la filosofía de lo mexicano, la fenomenología, la filosofía analítica, el marxismo y el multiculturalismo. La lista completa de sus publicaciones es extensa y se ocupa de una diversidad de temas sobre metafísica, epistemología, ética, filosofía política y filosofía de la religión; por lo mismo, resulta relevante contar con una guía para empezar a leer su obra o adentrarse más en su pensamiento.
A lo largo de los siglos IV a I a. C., los antiguos griegos desarrollaron un creciente interés por algunos de los pueblos con los que estaban en contacto. A pesar de valorar enormemente su propia cultura, la civilización helena se abrió a apreciar y aprovechar los conocimientos de los que ellos concebían como bárbaros. En este ensayo clásico sobre los intercambios culturales, Arnaldo Momigliano investiga la circulación internacional de ideas que se dieron sobre todo entre Grecia y los romanos, celtas, judíos e iranios, cómo se estableció una relación especial entre ellos y cómo todo ello tuvo consecuencias para que su influencia y dominio intelectual se prolongara en el tiempo.
La sociedad del cansancio puede considerarse una de las obras más emblemáticas de Byung-Chul Han. En ella, con una visión casi profética, se presentan los grandes temas que el filósofo surcoreano desarrollaría luego durante más de una década, alcanzando celebridad mundial. En conmemoración de toda esa trayectoria filosófica, y por su rotunda actualidad, volvemos a presentar ahora esta obra en una nueva traducción.
Byung-Chul Han detecta que en las últimas décadas se ha producido en nuestras sociedades occidentales avanzadas un cambio de paradigma y que la anterior sociedad disciplinaria --basada en imperativos y prohibiciones externos-- ha pasado a ser una sociedad del rendimiento, en la que los individuos se afanan por explotarse a sí mismos. Si antiguamente el quebrantamiento de la norma acarreaba el castigo, ahora el incumplimiento del anhelo provoca frustración.
Cifrar la plenitud personal y el sentido de la vida en la incesante autoexigencia de rendir cada vez más conlleva como resultados culturales la nivelación de todas las diferencias, el infierno de lo igual y la pura positividad. Como consecuencias psicológicas acarrea cansancio, aburrimiento e indiferencia y como secuelas psiquiátricas ocasiona diversos síndromes: de hiperactividad, impaciencia, desatención y agotamiento. De este modo, el precio vital exige la renuncia al ánimo festivo, a la pura celebración de la vida.
Nunca el conocimiento había sido tan importante y a la vez tan sospechoso; nunca lo habíamos necesitado tanto y desconfiado al mismo tiempo de el; nunca habíamos depositado tantas esperanzas en el conocimiento como solución mientras se convertía el mismo en un problema. La ciencia es fuente de la máxima autoridad y siempre controvertida. Los expertos son para unos la tabla de salvación y para otros los destinatarios de todas las iras. Mientras hay quien espera que el conocimiento nos saque del error y la ignorancia, hay tambien quien teme que nos este conduciendo a los peores desatinos. No entenderemos la sociedad en la que vivimos si no damos una explicación adecuada de este extraño antagonismo, que ya no puede ser entendido a partir de la moderna contraposición entre la Ilustración y sus sombras, como un combate moral entre progresistas y reaccionarios, la clásica demarcación entre cuerdos y locos.
Un llamamiento a favor de repensar el sistema educativo y premiar la excelencia
El mérito ha sido un valor fundamental desde la Revolución francesa, que defendió la virtud del esfuerzo frente a los privilegios de nacimiento. Desgraciadamente, este principio republicano, fruto de la Ilustración, es atacado a diario desde todos los frentes.