Convoyes de mercantes atacados en mitad de la noche, aviones que salen de las nubes para sorprender a los submarinos en superficie, ataques con cargas de profundidad, naufragios, largos viajes por el Ártico o el Caribe, submarinos que aparecen donde menos se les esperaba tras la guerra, héroes, comandantes crueles, banderas piratas, tiempos felices y tiempos duros… todo esto y mucho más formó parte de la guerra submarina en la Segunda Guerra Mundial.
Un homenaje al niño que todos llevamos dentro y una invitación a recuperar la extrañeza ante el mundo.
A veces intentamos ver el mundo con mirada infantil. Al hacerlo, nos topamos con algunas preguntas fundamentales, esas preguntas que los pequeños se hacen sin miedo y que en cambio los adultos a menudo olvidamos o dejamos que queden ocultas tras el ritmo frenético de la actividad diaria. ¿Cómo responder cuando una hija quiere saber si sus padres la quieren tal como es, o si se esperaban otra cosa? ¿Cómo explicar qué son la vida y la muerte, por qué las piedras no sienten dolor y los animales no hablan? ¿Qué significa cumplir una promesa? ¿Qué representan los amigos imaginarios con los que jugamos de niños? La filosofía es esto: asombro y descubrimiento del mundo. Y las preguntas a veces cuentan incluso más que las respuestas.
Durante miles de años, los seres humanos ignoraron gran parte de los territorios, paisajes y pobladores del planeta, y en los mapas las regiones desconocidas recibían el nombre de Terra incognita. Todavía en el año 1840, el fondo marino era un completo misterio, treinta años después los científicos seguían defendiendo que el mar cubría los polos y en 1900 nadie había logrado alcanzar aún la estratosfera. Y, sin embargo, todas estas lagunas se convirtieron en el estímulo que nuestros antepasados necesitaban para desentrañar los secretos de la Tierra que los maravillaban y aterrorizaban a partes iguales. En pos del conocimiento cometieron innumerables errores, a veces brillantes, a menudo extraños, pero siempre fascinantes. En este magnífico ensayo, Alan Corbin nos ofrece una reveladora historia de la ignorancia como motor de la curiosidad humana que despierta nuestra sed de conocimiento y transforma nuestra visión del mundo.
TERRITORIO DE IDENTIDAD es una muestra del periodismo cultural, que duda cabe. Se trata de un abanico de ese paraíso divulgativo y periodístico, a la vez divido en tres temáticas: I Comunicación, Periodismo y Cultura; II Territorio de Identidad y III Clásicos de la Literatura Universal.