El viaje de nueve meses que realizara en 1831 Alexis de Tocqueville (1805-1859) a través de Estados Unidos en busca de información sobre las reformas del sistema penitenciario norteamericano inspiró una de las más importantes obras de teoría política y de interpretación histórica de la época contemporánea. " La democracia en América " es un libro clásico gracias a la peculiar combinación de observaciones precisas, generalizaciones audaces e intuiciones geniales mediante las que el autor supo captar las grandes tendencias que configurarían la sociedad burguesa del futuro. Publicado en 1835, el primer volumen consagró a Tocqueville como el «heredero lógico de Montesquieu».
Howard Gardner, que ya revolucionó nuestra concepción de la mente con su teoría de
las inteligencias múltiples, nos ofrece ahora una obra trascendental sobre los objetivos
de la educación. En este libro, Gardner reúne los discursos de sus obras anteriores en
una nueva e importante síntesis destinada a padres, educadores e interesados en general.
El texto va más allá de cuestiones locales y explora las cualidades que debe poseer toda
persona formada en cualquier especialidad, así como los modos de transmitir esa
formación a sus alumnos. Gardner argumenta con entusiasmo que toda enseñanza
debería reforzar en los estudiantes la comprensión de la verdad y la falsedad, la belleza
y la fealdad, la bondad y la maldad, tal como las definen sus propias culturas. En
La. educación de la mente y el conocimiento de las disciplinas, Gardner explora la teoría de
la evolución, la música de Mozart y las consecuencias del Holocausto como ejemplos ilustrativos de la naturaleza de la verdad, la belleza y la moralidad. Su objetivo final es una ciudadanía educada que comprenda el mundo físico, el mundo biológico y el mundo social, y que sepa aplicar esta comprensión a su mundo personal, social y cultural. Lejos de la mentalidad basada en los contenidos y la experimentación que se ha apoderado tanto de los ciudadanos como de los legisladores, la educación que propone ayudará a las generaciones más jóvenes a aceptar los desafíos del futuro, conservando al mismo tiempo las metas tradicionales de una educación «humana».
Nada ha tenido tanto impacto en la historia de la humanidad como el cambio tecnológico. Si durante milenios los seres humanos vivieron básicamente con la misma renta per cápita, fue la Revolución Industrial, fruto en gran medida de nuevos hallazgos tecnológicos, la que hizo que nuestros ingresos se dispararan, y que a partir de 1800 se hayan multiplicado por veinte. Algo que ha sido posible incluso en lugares tradicionalmente poco desarrollados. Hoy nos encontramos ante una nueva oleada de innovaciones tecnológicas. Todas las anteriores han mejorado el bienestar humano en términos generales, pero también han generado dilemas, problemas y perdedores. Ahora, nuestras expectativas sobre la revolución digital son confusas. En primer lugar, porque, a pesar de la velocidad de los cambios, atravesamos un período de inusitada atonía en el crecimiento económico. Y porque, además, no sabemos el impacto que tendrán los robots, la inteligencia artificial y los algoritmos en el empleo y la distribución de la renta. En este panorama confuso y temeroso, los economistas Javier Andrés y Rafael Doménech trazan un mapa imprescindible para conseguir entender cuál es el futuro de nuestras sociedades en asuntos básicos como el trabajo, la desigualdad y el estado de bienestar. Y su punto de partida invita a la responsabilidad y la reflexión: no hay nada inevitable ni inexorable en las nuevas tecnologías. Pero para encauzarlas de manera adecuada es necesario que las decisiones personales, políticas y empresariales empleen esa tecnología para lograr una sociedad no solo más próspera, sino también más inclusiva.