Orar por un cambio en nuestras esposas es invitar a Dios para que también haga grandes cosas en nuestra vida. Caballeros, ¿Qué desean para sus matrimonios? Amas a tu esposa, y más que ninguna otra cosa deseas verla feliz, próspera y creciendo a tu lado. Y no hay mejor manera de amarla que orar por ella.
Me acerqué a El regreso del hijo pródigo de Rembranndt como si se tratara de mi propia obra: un cuadro que contenía no sólo lo esencial de la historia que Dios quería que yo contara a los demás, sino también lo que yo mismo quería contar a los hombres y mujeres de Dios. En él está todo el evangelio. En él toda mi vida y la de mis amigos. Este cuadro se ha convertido en una misteriosa ventana a través de la cual puedo poner un pie en el Reino de Dios.